Informe del Secretario General sobre la aplicación de la Estrategia de las Naciones Unidas para la Inclusión de la Discapacidad, 2020
La pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) ha afectado a todos los países sin que ninguno haya quedado a salvo. No se trata solo de una crisis sanitaria, sino de una crisis con dimensiones socioeconómicas, humanitarias, de seguridad y de derechos humanos. Las personas con discapacidad se encuentran entre las más marginadas en cualquier comunidad afectada por una crisis, y la crisis de la COVID-19 no ha sido diferente y ha afectado de forma desproporcionada a las mujeres, los hombres, los niños y las niñas con discapacidad. La recuperación tras la pandemia de COVID-19 será un éxito en la medida en que las personas, especialmente las más excluidas, constituyan el eje central de los esfuerzos de recuperación y se responda a la principal promesa de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: no dejar a nadie atrás.
Por lo tanto, la efectividad de los derechos de las personas con discapacidad no debe seguir siendo una aspiración, sino que debe convertirse en nuestro camino hacia la recuperación tras la pandemia de COVID-19. La crisis debería transformarse en una oportunidad para construir un mundo más igualitario e inclusivo y para garantizar que nuestras sociedades sean más resistentes y diligentes. La Estrategia de las Naciones Unidas para la Inclusión de la Discapacidad, que se puso en marcha hace dos años, en 2019, proporciona un marco sólido para una acción decisiva en todo el sistema a fin de incluir a las personas con discapacidad en los programas y operaciones de nuestra Organización, y en cualquier plan de respuesta y recuperación ante la COVID-19. La Estrategia ha sido fundamental durante esta pandemia para coordinar nuestros esfuerzos sobre la inclusión de la discapacidad, y seguirá siendo nuestra brújula para una recuperación inclusiva.
En el informe de este año se exponen avances perceptibles en todos los niveles del sistema, así como lagunas a la hora de incorporar la inclusión de la discapacidad. En él también se reflexiona sobre los retos y oportunidades que persisten, tanto en relación con la pandemia como con la transformación que aún se necesita para lograr un cambio duradero para las personas con discapacidad. Los progresos realizados a pesar de la pandemia demuestran la determinación de todo el sistema de las Naciones Unidas de dar prioridad a la inclusión de la discapacidad, incluso en momentos difíciles. Por lo tanto, debemos mantener nuestra dedicación para propiciar un mayor cambio en favor de las personas con discapacidad.
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