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Secretario General Ban Ki-Moon

Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Mundial de la Salud

7 de abril de 2014

Cada año, más de 1 millón de personas mueren de enfermedades transmitidas por mosquitos, moscas, garrapatas y otros insectos, como los triatominos. Estas enfermedades transmitidas por vectores —la malaria, el dengue, la fiebre amarilla, la encefalitis japonesa, la enfermedad de Chagas y la leishmaniasis— causan enfermedades crónicas e inmensos sufrimientos a cientos de millones de personas más.

El cambio climático, la alteración de los hábitats y el aumento del comercio y los viajes internacionales están exponiendo a más personas a los vectores que transmiten estas enfermedades. Si bien plantean un riesgo en todas las regiones, incluidos los países donde la amenaza había sido erradicada, los más afectados son los más pobres del mundo, especialmente los que viven en comunidades rurales remotas, lejos de los servicios de salud o en barrios de viviendas precarias de zonas urbanas. Como afectan profundamente a la salud de la población, las enfermedades transmitidas por vectores constituyen un gran impedimento para la reducción de la pobreza y el desarrollo sostenible.

Al esforzarnos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y definir una agenda para el desarrollo después de 2015, reconozcamos que es acertado y necesario invertir en la lucha contra los vectores y la prevención de las enfermedades. Tenemos el conocimiento científico y hemos elaborado las intervenciones de eficacia demostrada necesarios para hacer frente a estas enfermedades. En África, por ejemplo, más de 700 millones de mosquiteros tratados con insecticida ya han ayudado a reducir drásticamente las tasas de la malaria, especialmente entre los niños y las mujeres embarazadas.

Sosteniendo el compromiso político pueden salvarse millones de vidas y obtenerse considerables beneficios sociales y económicos. Ahora bien, es importante reconocer que la lucha contra los vectores no se limita al sector de la salud. Planificadas de manera deficiente, iniciativas de desarrollo tales como la eliminación de bosques, la construcción de represas o el riego para aumentar la producción de alimentos pueden aumentar la carga de la enfermedad. Abordar esta cuestión exige un esfuerzo integrado, coherente y unido en muchos sectores, como el medio ambiente, el agua y el saneamiento, la agricultura, la planificación urbana y la educación.

Todos tenemos un papel que desempeñar en la lucha contra las enfermedades transmitidas por vectores: las organizaciones internacionales, los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil, los grupos comunitarios y las personas. En este Día Mundial de la Salud, insto a los países y a los asociados para el desarrollo a priorizar la lucha contra los vectores. Trabajemos juntos para hacer frente a esta amenaza, grave pero eminentemente evitable, para la salud y el desarrollo humanos.