Es alarmante el número de muchachas adolescentes que son víctimas de asaltos, golpes, violaciones, mutilaciones y asesinatos en todo el mundo. La amenaza de ser objeto de violencia a manos de familiares, parejas, profesores y compañeros constituye una grave vulneración de sus derechos, merma su poder y frena su potencial.
Esta violencia se ve exacerbada y reforzada por las múltiples privaciones a que se enfrentan las adolescentes, en particular la desigualdad de acceso a la educación, las competencias, la información, los servicios de salud sexual y reproductiva, y los recursos sociales y económicos. Las muchachas se ven sometidas a normas sociales discriminatorias y prácticas nocivas —como la mutilación genital femenina— que perpetúan un ciclo de violencia. La cultura de la impunidad posibilita que la violencia contra las adolescentes siga proliferando. Los conflictos y las crisis humanitarias aumentan drásticamente el riesgo de violencia, abusos y explotación.
Mi campaña ÚNETE para Poner Fin a la Violencia contra las Mujeres está haciendo participar a los gobiernos, las organizaciones internacionales, los grupos de la sociedad civil, los medios de información y los ciudadanos del mundo entero en la labor de concienciar y aumentar la voluntad política y los recursos para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas y ponerle fin. Una campaña paralela —HeForShe— pone de relieve que la igualdad entre los géneros no es tan solo una cuestión de mujeres al incorporar a los varones a la lucha contra todas las formas de violencia y discriminación respecto de las mujeres y las niñas. En tanto definimos el marco para el desarrollo después de 2015 y examinamos el progreso logrado en la aplicación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, poner fin a la violencia por razón de género y promover el empoderamiento de las niñas y las mujeres debe ser uno de los pilares de nuestra agenda mundial.
Para detener el ciclo de violencia contra las adolescentes debemos ir más allá de la sensibilización y adoptar medidas destinadas a equipar a las niñas con los conocimientos, las competencias, los recursos y el poder necesarios para determinar su propio camino en la vida. Debemos proporcionarles transporte seguro y acceso a fuentes de energía y agua, servicios de atención de la salud de calidad y entornos propicios para que prosperen.
En este Día Internacional de la Niña, insto a los gobiernos a que adopten medidas para poner fin a todas las formas de violencia contra las niñas en el mundo entero. Juntos debemos crear un mundo donde la violencia contra las mujeres y las niñas no se tolere jamás y las niñas estén siempre empoderadas para hacer realidad todo su potencial.