Con motivo de este Día de Conmemoración anual, rendimos homenaje a las víctimas de la guerra química.
El horripilante uso de armas químicas en la República Árabe Siria en 2013 ensombrece la conmemoración de este año. No puedo olvidar las imágenes sumamente impactantes que vi. El uso de armas químicas en Siria fue una deplorable ofensa contra la humanidad.
La iniciativa multinacional para eliminar el programa de armas químicas de Siria demuestra lo que puede hacerse cuando la comunidad internacional aúna esfuerzos. Aunque todavía queda más por hacer, el 90% de las armas químicas de Siria ya han sido retiradas o destruidas.
Aprovecho esta oportunidad para reiterar que toda utilización de armas químicas en cualesquiera circunstancias sería una grave violación del Protocolo de 1925 y otras normas pertinentes del derecho internacional consuetudinario.
También reitero la importancia de la Convención sobre las Armas Químicas de 1997. Seis países siguen al margen de la Convención: Angola, Egipto, Israel, Myanmar, la República Popular Democrática de Corea y Sudán del Sur.
Hasta que su composición sea universal y se hayan destruido las últimas existencias de armas químicas, nuestra labor no habrá terminado. No debemos bajar la guardia. Debemos hacer todo lo posible para impedir cualquier otro incidente en el futuro.
En este solemne día, renovemos nuestro compromiso de eliminar todas las armas químicas. Una vez más, insto a todos los Estados que aún no lo hayan hecho a que se adhieran a la Convención sin demora. Solo entonces podremos finalmente dejar atrás la amenaza de las armas químicas.