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V. Desarrollar la capacidad de los Estados para prevenir el terrorismo

74. Los terroristas explotan los puntos débiles de los países -tanto en desarrollo como desarrollados- para financiar, organizar, equipar y adiestrar a los nuevos miembros, cometer sus atentados y ocultarse para no ser detenidos. Así pues, la creación de capacidad en todos los Estados debe ser la piedra angular de la lucha mundial contra el terrorismo. En otras partes del presente informe se aborda una serie de iniciativas importantes en este sentido. La presente sección se centra específicamente en determinar los medios prácticos mediante los cuales los Estados pueden aumentar su capacidad para prevenir el terrorismo, así como los métodos correspondientes mediante los cuales las Naciones Unidas pueden aprovechar sus ventajas comparativas para ayudar a los Estados a lograrlo.

75. Las iniciativas regionales y subregionales han demostrado construir un valioso foro para intercambiar la prácticas recomendadas y la experiencia adquirida con respecto a la creación de capacidad, así como para facilitar las contribuciones regionales a la labor de la comunidad internacional. Insto a los Estados que tienen dificultades similares a que colaboren entre sí para mejorar su capacidad, aprovechando, en particular, las ventajas de la cooperación Sur-Sur.

76. En todos los ámbitos de la creación de capacidad, es fundamental que quienes proporcionan asistencia trabajen juntos a fin de maximizar los efectos de la labor internacional general. Los Estados también deberán poner de su parte para recibir asistencia y utilizarla para introducir cambios reales en la aplicación de las medidas. Insto a todas las entidades a que hagan un seguimiento adecuado de la asistencia que prestan, tal vez diseñando programas de asesoramiento y orientación en este ámbito o mejorando los existentes.

A. Aspectos prioritarios

1. Promover el imperio de la ley, el respeto de los derechos humanos y sistemas eficaces de justicia penal

77. La base fundamental de nuestra lucha común contra el terrorismo es el respeto de los derechos humanos y el imperio de la ley. Por lo tanto, el fortalecimiento de la arquitectura jurídica internacional en el marco de la cual nos esforzamos por prevenir y combatir el terrorismo debe constituir una prioridad. En la resolución 1373 (2001) el Consejo de Seguridad contribuyó a ese fin al decidir que todos los Estados aseguraran el enjuiciamiento de toda persona que participara en la financiación, planificación, preparación o comisión de actos de terrorismo o prestara apoyo a esos actos, y que dichos actos quedaran tipificados como delitos graves en las leyes y otros instrumentos legislativos internos. Es preciso que los Estados puedan aplicar y hacer cumplir esas leyes y llevar a los perpetradores ante la justicia, con el debido respeto de los derechos humanos.

78. Las Naciones Unidas pueden aportar una ayuda apreciable a los Estados para la elaboración y el mantenimiento de un sistema de justicia penal eficaz basado en el imperio de la ley que pueda cumplir esas funciones. Por ejemplo, la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito ha acumulado una valiosa experiencia en materia de prestación de asistencia legislativa y de otra índole para facilitar la fiscalización de drogas, combatir la delincuencia organizada transnacional, el blanqueo de dinero, el terrorismo y la corrupción, e intensificar la cooperación internacional, especialmente en los ámbitos de la extradición y la asistencia mutua en cuestiones penales. La capacidad de la Oficina de hacerlo se refuerza mediante el uso de sus 22 oficinas sobre el terreno, las que desempeñan una función singular de facilitación y aumento de la prestación de asistencia técnica a los Estados, a solicitud de éstos, con respecto a los instrumentos universales relacionados con la prevención y la supresión del terrorismo internacional. En particular, la Subdivisión de Prevención del Terrorismo de la Oficina se ha establecido como proveedora de asistencia técnica en materia de redacción de textos legislativos y de cooperación internacional, así como de capacitación de funcionarios de justicia penal. Aún queda mucho por hacer en lo que respecta a la legislación per se, y al fortalecimiento de las estructuras y mecanismos institucionales de los Estados para aplicarla. Insto a la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito a que prosiga su trabajo tan necesario a este respecto.

79. Como se indicó anteriormente en la presente estrategia, el PNUD, cuya presencia sobre el terreno en 166 países no tiene paralelo, desempeña una función esencial en la promoción de la buena gobernanza. Puede integrar los aspectos de lucha contra el terrorismo en sus programas esforzándose por la ratificación y la implementación de las normas internacionales para combatir el terrorismo, apoyando y aumentando la capacidad de los sistemas judiciales y de policía, y prestando especial atención al respeto de las normas internacionales de derechos humanos. Además, el Departamento de Operaciones de Mantenimiento de la Paz ha estado y sigue estando en una posición inigualable para impartir formación a la policía nacional en cuestiones penales, entre ellas secuestros, toma de rehenes, y la investigación de asesinatos, homicidios y atentados con bombas, y le insto a que continúe su labor de fortalecimiento de la capacidad policial nacional. Al mismo tiempo, debemos asegurarnos de que todas las fuerzas policiales entienden las consecuencias que entraña la labor relativa a los derechos humanos. Por consiguiente, la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos debería seguir empleando medios de crear más conciencia de las normas internacionales de derechos humanos, especialmente en el contexto del terrorismo y la lucha contra el terrorismo.

2. Promover la educación de calidad y la tolerancia religiosa y cultural

80. La UNESCO tiene una función rectora que desempeñar en la esfera esencial de la educación y la promoción de la tolerancia, entre otras cosas mediante el diálogo interconfesional e intraconfesional. Debería ampliar los programas existentes para fortalecer la capacidad de los sistemas educacionales de todo el mundo de integrar la educación sobre derechos humanos, los valores compartidos internacionalmente, el entendimiento mutuo, la prevención de conflictos y el pensamiento crítico en cada uno de los aspectos de los sistemas educacionales de los Estados, inclusive mediante la elaboración de normas sobre los planes de estudios, la formación de maestros y la aprobación de los libros de texto escolares.

3. Oponerse a la financiación del terrorismo

81. Diversas organizaciones de las Naciones Unidas y sus asociados, en particular el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito y la Interpol están ya trabajando para asegurar de que los Estados cuenten con las leyes e instituciones necesarias para cumplir plenamente las normas y las obligaciones internacionales relativas a la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.

82. Insto a que se aumente la capacitación del personal de justicia penal pertinente, así como la asistencia técnica que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los sectores financieros y los riesgos específicos que corresponden a cada país. Insto además a que se sigan llevando a cabo iniciativas conjuntas, como el grupo de trabajo establecido entre la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y la Interpol para la prestación de asistencia técnica en la lucha contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo, así como para ampliar las bases de datos pertinentes.

4. Velar por la seguridad del transporte

83. Desde hace tiempo los grupos terroristas muestran especial interés en llevar a cabo atentados contra la infraestructura esencial, incluidos los sistemas de transporte y el transporte de pasajeros y bienes por mar y por aire. Varias entidades del sistema de las Naciones Unidas relacionadas con el transporte, en particular la Organización Marítima Internacional (OMI), la Organización Mundial de Aduanas (OMA) y la OACI desempeñan ya una función esencial en el fortalecimiento de la capacidad de los Estados Miembros para protegerse en esferas que abarcan desde la seguridad de los contenedores hasta la protección contra el uso de sistemas portátiles de defensa aérea. Celebro especialmente la aprobación en 2004 de un Código Internacional de Seguridad mejorado para buques e instalaciones portuarias, de cuyo cumplimiento está encargada la OMI.

84. Insto a la OMI, la OMA y la OACI a que continúen intensificando su cooperación, y a que traten de identificar aquellos aspectos de la seguridad del transporte que los Estados hayan descuidado. Soy partidario también de que se amplíen los programas de asistencia técnica de cada organización, e insto a los Estados a que hagan uso de ellos para asegurarse de que se respetan las normas internacionales. Todos los Estados deberían aplicar las normas actualizadas de la OACI de noviembre de 2005 y el Marco Normativo de la OMA para asegurar y facilitar el comercio mundial, de junio de 2005. Además, aliento a la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo a que siga ampliando su labor, mediante visitas a los países y en estrecha cooperación con la OMI y la OACI, para determinar las necesidades de los Estados, incluida la protección de la infraestructura crítica. La Dirección Ejecutiva debería además estudiar medios de facilitar la difusión de las mejores prácticas, teniendo debidamente en cuenta la confidencialidad.

5. Aprovechar las posibilidades de la Internet para combatir el terrorismo

85. En las secciones anteriores del presente informe se ha puesto de relieve la urgente necesidad de que la comunidad internacional combata el uso de la Internet para fines terroristas. A la inversa, todos los Estados deben aprovechar plenamente las posibilidades que ofrece la Internet como medio de combatir el terrorismo. En este sentido, tenemos la posibilidad de lograr que una de las herramientas favoritas de los terroristas se vuelva en contra de ellos. La Internet es un instrumento poderoso e inigualable para poner freno a la propagación de las ideologías del terrorismo, centrarse en la difícil situación de las víctimas, vincular a las comunidades y los establecimientos educacionales de distintos países, y recopilar y compartir información sobre los sospechosos de terrorismo. Los Estados deberían trabajar de consuno para aprovechar al máximo los efectos de la Internet en todas esas áreas, teniendo debidamente en cuenta la confidencialidad.

6. Mejorar la protección de los blancos fáciles y la respuesta a los atentados perpetrados contra ellos

86. La capacidad de los Estados Miembros de proteger a los blancos fáciles y responder a los atentados perpetrados contra ellos es muy desigual, y lamentablemente tal vez sea más débil allí donde más se la necesita. Insto a los Estados Miembros a que examinen los mandatos existentes de las Naciones Unidas relacionados con la asistencia para el fomento de la capacidad de impedir que se perpetren atentados terroristas en contra de la población en general. El sistema de las Naciones Unidas debería además identificar y fortalecer los medios de facilitar el intercambio de las mejores prácticas entre los Estados Miembros en esta esfera. Insto a la Interpol a que colabore con la Secretaría, en particular el Departamento de Seguridad y Vigilancia, que está en condiciones de actuar con los Estados Miembros sobre el terreno, para ese fin. Como muchos de los blancos de los terroristas, como la infraestructura, las tiendas y los restaurantes, son de propiedad privada, debería prestarse más atención a la creación de asociaciones público-privadas. Insto asimismo a la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito a que, en colaboración con el Instituto Interregional de las Naciones Unidas para Investigaciones sobre la Delincuencia y la Justicia, continúe su labor para facilitar la protección contra los ataques terroristas durante eventos y reuniones de gran magnitud.

7. Fortalecer la capacidad del Estado para impedir que los terroristas adquieran materiales nucleares, biológicos, químicos o radiológicos, y velar por una mejor preparación para el caso de un atentado de esa naturaleza

87. El Organismo Internacional de Energía Atómica y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas han estado ayudando a los Estados a crear capacidad para impedir que los terroristas tengan acceso a materiales nucleares, biológicos, químicos o radiológicos, y para responder eficazmente en el caso de un atentado en el que se empleen esos materiales. Los insto a trabajar en conjunto para identificar y resolver cualesquiera deficiencias en esta materia.

88. Además, propongo que los Estados Miembros examinen la posibilidad de pedir al Consejo de Seguridad que promueva la facilitación de asistencia técnica para contrarrestar la elaboración, adquisición y uso por parte de terroristas de armas de destrucción en masa, a través de la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo y del grupo de expertos que presta asistencia al Comité establecido en virtud de la resolución 1540 del Consejo de Seguridad. Además, la Asamblea General y el Consejo de Seguridad tal vez deseen considerar la aprobación de una resolución en la que se pida a todos los Estados que proporcionen la cooperación y asistencia necesarias en caso de un atentado terrorista en el que se empleen armas de destrucción en masa. También puede ser necesario elaborar o revisar directrices para los Estados Miembros sobre su respuesta a un atentado de esa naturaleza, en particular la forma en que deben informar al respecto y solicitar asistencia internacional.

89. Para impedir que los terroristas adquieran materiales químicos, los Estados deberían velar por que se mantenga el más alto nivel de seguridad en las plantas químicas, e insto a las entidades pertinentes de las Naciones Unidas a que proporcionen asistencia cuando se necesite. Sería preciso además crear un mecanismo que permitiera a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, en cooperación con otros agentes pertinentes de las Naciones Unidas, proporcionar la asistencia necesaria y coordinar las operaciones de respuesta y socorro en caso de un atentado con armas químicas o mediante la diseminación de agentes químicos.

90. Para ayudar a prevenir un atentado con armas biológicas y asegurar la preparación para esa eventualidad, se necesita una iniciativa importante para fortalecer los sistemas de salud pública de los Estados. El mejoramiento de los sistemas de salud mundiales producirá múltiples efectos positivos, entre ellos la reducción del número de personas que mueren cada año a causa de enfermedades infecciosas. Las mismas medidas pueden privar a aquellos terroristas tentados de utilizar agentes patógenos para fines nefandos, tanto de sus blancos como del efecto deseado. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha hecho una buena labor proporcionando asistencia técnica para ayudar a los Estados a mejorar sus sistemas de salud pública, pero es preciso aumentar considerablemente las actividades. El apoyo de los Estados Miembros, ya sea en forma de recursos, voluntad política o cooperación, es esencial. Además, las Naciones Unidas deberían tratar de elaborar una base de datos única y amplia sobre incidentes biológicos y promover el intercambio de información para facilitar la evaluación de las amenazas y los riesgos y prestar apoyo a las investigaciones criminales. También es necesario actualizar la lista de expertos y laboratorios biológicos que están a disposición del Secretario General.

91. En general, la Naciones Unidas deben mejorar la coordinación en la planificación de una respuesta a un atentado terrorista con armas de destrucción en masa. En particular, será necesario examinar y mejorar la eficacia del mecanismo de coordinación interinstitucional existente para prestación de asistencia y operaciones de socorro, lo que incluye la evaluación de riesgos, la gestión de la respuesta de emergencia y las crisis, y el apoyo a las víctimas, así como los planes de recuperación de emergencia, de modo que todos los Estados puedan recibir asistencia suficiente. Los mecanismos de respuesta humanitaria de las Naciones Unidas, están disponibles para el caso de que los atentados terroristas tengan consecuencias humanitarias importantes y se necesite asistencia internacional. Están ya en marcha varias iniciativas de reforma que fortalecerían la capacidad de la comunidad humanitaria para responder con rapidez y eficacia a las emergencias humanitarias en general.

B. Proporcionar recursos suficientes para combatir el terrorismo

92. La demanda de los Estados Miembros de que las entidades de las Naciones Unidas les proporcionen asistencia técnica ha aumentado enormemente en los últimos años. Sin embargo, ese aumento sin precedentes de la demanda no ha estado acompañado del aumento necesario de los recursos. Además, gran parte de la entrega de asistencia técnica de las Naciones Unidas en la esfera de la lucha contra el terrorismo se financia con cargo a fondos voluntarios, financiación que tiende a ser inestable e impide que las entidades puedan planificar a largo plazo. Pido a los Estados Miembros que estudien otras fuentes más fiables de financiación.

93. Por ejemplo, se estima que la demanda y entrega de servicios de asistencia técnica de la División para la Prevención del Terrorismo de la Oficina de las Naciones Unidas sobre la Droga y el Delito ha aumentado por lo menos al triple desde 2003, desde el punto de vista del contenido sustantivo y la cantidad de las actividades requeridas. Al mismo tiempo, la asignación de recursos básicos para la Subdivisión -para proporcionar los conocimientos especializados necesarios y llevar a cabo las funciones básicas de apoyo- sigue siendo la misma desde 2003, lo que hace necesario subvenir a las necesidades de recursos mediante asistencia voluntaria, lo que tiene considerables inconvenientes operacionales. Por consiguiente, los Estados Miembros deberían estudiar la posibilidad de asignar fondos adicionales con cargo al presupuesto ordinario para ese tipo de actividades.

C. Fomentar la coherencia de todo el sistema de las Naciones Unidas en sus actividades de lucha contra el terrorismo

94. Existe un número considerablemente alto de organizaciones, departamentos, organismos, dependencias y grupos del sistema de las Naciones Unidas y de sus asociados que contribuyen activamente a fomentar la capacidad de los Estados para impedir actos de terrorismo. De hecho, el Equipo Especial para la lucha contra el terrorismo da cabida a miembros de 23 entidades. Muchas de ellas son organizaciones independientes y organismos especializados con sus propias normas de funcionamiento. En el anexo I del presente informe se describen sus actividades, todas ellas de gran alcance.

95. Esta fragmentación entre organizaciones pone de relieve la amplitud de las actividades que realiza el sistema de las Naciones Unidas en este ámbito y subraya la necesidad de respuestas especializadas y múltiples para abordar la compleja amenaza del terrorismo. Al mismo tiempo, nos obliga a garantizar que las Naciones Unidas actúen con coherencia y que los recursos disponibles, siempre escasos, no se malgasten por deficiencias en el intercambio de información y solapamientos entre actividades. Sólo impulsando la mejora de la cooperación y la coordinación podrán las Naciones Unidas aprovechar plenamente sus posibilidades con el fin de ayudar a los Estados a crear capacidad para combatir el terrorismo.

96. El Comité contra el Terrorismo, establecido en virtud de la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad, ocupa un lugar primordial en nuestras gestiones para que la asistencia técnica se preste con mayor coherencia y eficiencia. La resolución 1373 (2001) dispone que el Comité no sólo debe verificar la aplicación de la resolución, sino facilitar la prestación de asistencia técnica a los Estados de modo que puedan mejorar sus capacidades para cumplir sus obligaciones en materia de lucha contra el terrorismo. Los Estados respondieron de forma abrumadoramente positiva la primera vez que el Comité les pidió información acerca de las medidas que habían adoptado para dar cumplimiento a la resolución 1373 (2001). En el momento de redactarse el presente informe, los 191 Estados Miembros sin excepción habían enviado al menos un informe al Comité. Muchos han presentado dos, tres o más informes. Esos informes han ofrecido por primera vez al mundo una visión general de las leyes y normas institucionales en vigor en los Estados Miembros, permitiendo identificar las deficiencias existentes.

97. Para intensificar las medidas del Comité contra el Terrorismo destinadas a fomentar con mayor eficacia la colaboración y la capacidad de los Estados, el Comité creó la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo, que comenzó a funcionar a pleno rendimiento a finales de 2005. Gracias a las visitas de la Dirección Ejecutiva a las capitales sobre el terreno y a su diálogo con los Estados y con las organizaciones internacionales, regionales y subregionales pertinentes, el Comité ha dejado de centrarse exclusivamente en los informes escritos y ha mejorado su capacidad para supervisar y evaluar qué medidas están tomando realmente los Estados para combatir el terrorismo. La Dirección Ejecutiva también ha mejorado la capacidad del Comité para determinar las necesidades de asistencia técnica de los Estados Miembros y establecer prioridades al respecto.

98. Hasta el momento, la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo ha efectuado siete visitas sobre el terreno y se prevé que para finales de 2006 realice 10 más. Es digno de encomio que, en sus visitas, la Dirección Ejecutiva estuviera acompañada de representantes de otras entidades del sistema de las Naciones Unidas y, en ocasiones, incluso de organizaciones regionales. Insto a las organizaciones pertinentes a que sigan aprovechando esas sinergias entre las diversas entidades. Una vez que se realicen las evaluaciones, los recursos humanos y financieros disponibles para la prestación de asistencia técnica deberán ajustarse a las necesidades.

99. Asimismo, valoro positivamente la elaboración de un nuevo instrumento de evaluación que permite a la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo ponderar, de manera sistemática y transparente, hasta qué punto cumplen los Estados las obligaciones que se establecen en la resolución 1373 (2001) del Consejo de Seguridad. Este instrumento permitirá a la Dirección Ejecutiva establecer sectores prioritarios en cada país. Quienes ofrecen asistencia técnica, incluidos los donantes bilaterales, deben estar dispuestos a intercambiar información, respetando debidamente las exigencias de confidencialidad, sobre los proyectos de asistencia técnica que estén en curso o hayan finalizado. Insto a la Dirección Ejecutiva a que estreche su cooperación con los proveedores de asistencia técnica e intercambie con ellos información que pueda resultarles útil para sus programas de asistencia.

1. Mejorar el intercambio de información

100. Dada la pluralidad de entidades de las Naciones Unidas competentes en asuntos de terrorismo, es esencial mejorar lo máximo posible la coordinación y el intercambio de información. A tal fin, recomiendo que se cree un grupo oficioso, que incluya a los proveedores de asistencia técnica de las Naciones Unidas, así como a los donantes y los receptores, que podría reunirse una o dos veces al año para intercambiar información.

101. Esa coordinación también debe incluir la mejora del intercambio de información sobre el terreno. A ese respecto, pueden establecerse varios mecanismos innovadores.

102. En primer lugar, tomaré las medidas necesarias para que la información que figura en todos los recursos de las Naciones Unidas sobre la lucha contra el terrorismo esté disponible en un sólo lugar, en forma de manual en línea. Esto responde a una necesidad tanto de los Estados como de los equipos de las Naciones Unidas en los distintos países. En dicho manual figurarán, entre otras cosas, los datos de los puntos de contacto en los órganos de las Naciones Unidas y los proveedores de asistencia. También debería identificar claramente dónde pueden encontrarse los recursos pertinentes, incluidas las mejores prácticas en los principales ámbitos y las preguntas que suelen plantearse con más frecuencia. Pido al Equipo Especial para la lucha contra el terrorismo que colabore con las entidades pertinentes para que el manual se redacte cuanto antes.

103. En segundo lugar, hay que coordinar mejor las actividades de prestación de asistencia técnica y fortalecerlas a nivel de los países. Debemos aprovechar del mejor modo posible las oficinas que las Naciones Unidas tienen ya en los países. Hay que crear centros de coordinación comunes a todo el sistema de las Naciones Unidas, así como una corriente de información que circule con fluidez por todo el sistema, en particular desde el terreno y hacia él, para que, a medida que se avance en la lucha contra el terrorismo, las medidas adoptadas se ajusten al enfoque general de las actividades de las Naciones Unidas en cada país. Los coordinadores residentes y otros funcionarios superiores sobre el terreno disponen de una posición privilegiada para detectar si existen indicios de simpatía popular por grupos o ideologías terroristas, actividades de reclutamiento por grupos extremistas y medios de información que propagan el odio. Al señalar esas cuestiones a la atención del sistema de las Naciones Unidas y la comunidad internacional, pueden contribuir a que se tomen medidas a tiempo.

104. En tercer lugar, deben mejorarse las sinergias entre las organizaciones internacionales, regionales y subregionales. Debemos reforzar y aprovechar al máximo las disposiciones y mecanismos en vigor y establecer nuevos canales de cooperación, con el debido respeto a la confidencialidad. Las Naciones Unidas, en particular la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y la Dirección Ejecutiva del Comité contra el Terrorismo, pueden desempeñar una importante función en la creación de mecanismos y centros regionales de lucha contra el terrorismo. La corriente de información debe ser lo más amplia posible y es prioritario que los distintos actores de cada país intercambien sus análisis y evaluaciones. Habría que organizar visitas de evaluación comunes a varias organizaciones a fin de reducir el volumen de trabajo de los Estados.

2. Simplificar los mecanismos de presentación de informes

105. Las obligaciones de presentación de informes son excesivamente onerosas y constituyen un problema común a todo el sistema de las Naciones Unidas, tal como se desprende de mi reciente informe titulado "Los mandatos y su ejecución: análisis y recomendaciones para facilitar el examen de los mandatos" (A/60/733). En lo que respecta a los mecanismos de presentación de informes sobre la lucha contra el terrorismo, pueden tomarse algunas medidas prácticas para aliviar el problema.

106. En primer lugar, habría que determinar si la disminución del número de informes que han de presentarse al Consejo de Seguridad conforme a lo dispuesto en la resolución 1267 (1999) y sus sucesoras, las resoluciones 1373 (2001) y 1540 (2004), se debe a falta de energía e interés, de voluntad o de capacidad.

107. En segundo término, como quiera que la mayoría de Estados que no han presentado informes a los tres Comités pertenecen a regiones concretas, los Comités podrían estudiar la posibilidad de crear conciencia sobre esas cuestiones a escala regional. Sin perjuicio del principio de que cada Estado debe presentar su propio informe, el Consejo podría crear un mecanismo o elegir a un Estado Miembro para que ofrecieran ayuda y asesoramiento a los Estados de la región.

108. En tercer lugar, los Comités deben hacer todo lo posible para coordinar sus peticiones de información, tanto entre sí como con otras organizaciones internacionales, de modo que tengan conocimiento de la información que ya se haya presentado y eviten solicitar por separado información de carácter similar. El Documento Final de la Cumbre Mundial 2005 alentó al Consejo de Seguridad a que estudiara la manera de consolidar las obligaciones de presentación de informes por los Estados, teniendo en cuenta y respetando los distintos mandatos de sus órganos subsidiarios contra el terrorismo. Confío en que el Consejo de Seguridad tenga en cuenta las recomendaciones formuladas por los grupos de expertos que prestan asistencia a sus diversos comités de lucha contra el terrorismo y tome medidas al respecto. Asimismo, las peticiones de información deben adaptarse a las circunstancias del Estado receptor. El período entre unas peticiones y otras debe ser lo suficientemente largo como para permitir que los Estados apliquen o examinen la legislación o los procedimientos nacionales pertinentes a fin de evitar la multiplicación de informes que aportan muy poca información nueva.

3. Institucionalizar el Equipo Especial para la lucha contra el terrorismo

109. El Equipo Especial para la lucha contra el terrorismo, dependiente de mi Oficina, es un importante mecanismo que puede contribuir a la coordinación y coherencia generales de las medidas de lucha contra el terrorismo adoptadas por el sistema de las Naciones Unidas. Teniendo en cuenta su acertada labor hasta el momento, no sólo por su contribución a mis recomendaciones para una estrategia contra el terrorismo sino también por su papel impulsor de la cooperación entre las entidades pertinentes de las Naciones Unidas, estoy tomando medidas para institucionalizar la función que desempeña el Equipo Especial dentro de la Secretaría. A tal fin, crearé un pequeño servicio de apoyo en mi Oficina para que coordine y desarrolle sus actividades, sobre todo en lo que respecta a la aplicación de los resultados de las deliberaciones de los Estados Miembros sobre las recomendaciones que figuran en el presente informe.

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