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II. Disuadir a la gente de recurrir al terrorismo y de apoyarlo
7. En Madrid dije que las Naciones Unidas, los Estados Miembros y la sociedad civil debían disuadir a los grupos descontentos de elegir al terrorismo como táctica para alcanzar sus objetivos. Debemos subrayar el carácter inexcusable e inaceptable del terrorismo, y esforzarnos por remediar, al mismo tiempo, las condiciones que los terroristas aprovechan. Sabemos que varios grupos terroristas han "cerrado el negocio" porque han ido perdiendo el apoyo de aquellos cuya causa pretenden defender. Por lo tanto, debemos tratar de abrir una brecha entre los terroristas y sus simpatizantes inmediatos. Debemos impedir que quienes profesan opiniones moderadas se conviertan en extremistas militantes y que los extremistas militantes se conviertan en terroristas.
8. Los Estados Miembros han estado debatiendo si el terrorismo puede atribuirse a supuestas "causas profundas". A los efectos de avanzar hacia una estrategia operacional contra el terrorismo, espero que los Estados Miembros reconozcan que los actos terroristas no se producen en un vacío social o político. Convengamos, sin embargo, en que no hay excusa alguna para el terrorismo y que todo terrorismo es inaceptable. Pero convengamos también en que debemos encarar las condiciones que se prestan a ser aprovechadas por los terroristas.
A. El terrorismo es inaceptable
9. Las Naciones Unidas deben proyectar un mensaje claro e inmutable basado
en el principio de que el terrorismo es inaceptable. Jamás debe permitirse a
los terroristas crear un pretexto para sus actos. Cualesquiera sean las causas
que pretendan defender, cualesquiera sean las injusticias a las que afirmen responder,
el terrorismo no puede justificarse. Las Naciones Unidas deben mantener su superioridad
moral en esta materia.
10. Los grupos que recurren a tácticas terroristas lo hacen porque creen que esas tácticas son eficaces y contarán con la aprobación de muchos, o por lo menos de aquellos en cuyo nombre pretendan actuar. Nuestro cometido principal, por lo tanto, es reducir el atractivo que el terrorismo puede tener para sus posibles partidarios. Para limitar el número de quienes pueden recurrir al terrorismo, debemos dejar perfectamente en claro que ninguna causa, por más justa que sea, puede ser excusa para el terrorismo. Ello incluye la legítima lucha de los pueblos por la libre determinación. Ni siquiera ese derecho fundamental definido en la Carta de las Naciones Unidas justifica el asesinato y la mutilación deliberados de civiles y no combatientes. En la Cumbre Mundial 2005, los Estados Miembros se unieron por primera vez para condenar enérgicamente el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, independientemente de quién lo cometa y de dónde y con qué propósitos, puesto que constituye una de las amenazas más graves para la paz y la seguridad internacionales.
11. Insto a los dirigentes políticos a que utilicen de manera más coherente a las Naciones Unidas y otros foros, en el marco de una cultura de auténtico multilateralismo, para reforzar el mensaje de que el terrorismo jamás puede justificarse. La condena de los actos de terrorismo por el Consejo de Seguridad, incluso a nivel de Jefe de Estado y de Gobierno, seguirá siendo de crucial importancia para ello. Del mismo modo, la condena del terrorismo por la Asamblea General, especialmente a nivel de Jefes de Estado y de Gobierno, es particularmente elocuente porque expresa un mensaje de unión de todos los gobiernos del mundo. Insto también a las organizaciones regionales a que se valgan de todas las oportunidades posibles para condenar al terrorismo, incluso en las cumbres regionales.
12. También dirijo un llamamiento a todos los Estados Miembros para que se hagan parte en los 13 instrumentos universales relativos a la prevención y represión de los actos de terrorismo internacional, y los apliquen. Esos instrumentos, además de su considerable importancia práctica, subrayan que la comunidad internacional no tolera actividades terroristas y está dispuesta a luchar contra ellas. Insto también a los Estados Miembros a que concierten, lo antes posible, un convenio general sobre el terrorismo, que sería un mensaje elocuente de la comunidad internacional y fortalecería la autoridad moral de las Naciones Unidas. Todos los Estados Miembros también deben aplicar plenamente las resoluciones del Consejo de Seguridad contra el terrorismo, en particular la resolución 1267 (1999) y las resoluciones posteriores sobre el tema, 1373 (2001) y 1540 (2004).
13. Una de las maneras más elocuentes de expresar que el terrorismo es inaceptable es dirigir nuestra atención hacia sus víctimas, y asegurar que sus voces sean oídas. Nuestra meta debe ser reducir el atractivo del terrorismo, reivindicando la inviolabilidad de los civiles y tratando a sus víctimas con justicia, dignidad y compasión.
14. Las Naciones Unidas tienen especialmente presente ese aspecto, después de haber perdido a un grupo de queridos colegas en un ataque terrorista perpetrado en Bagdad tres años atrás. La Organización puede y debe promover la solidaridad internacional en apoyo a las víctimas, entre otras cosas estudiando la posibilidad de proporcionar asistencia a las víctimas de actos terroristas y a sus familiares inmediatos. Insto a los Estados a establecer un sistema de asistencia que promovería los derechos de las víctimas y sus familias, haciendo todo lo posible para reintegrarlas en la sociedad y facilitar su regreso a una vida digna y fructífera. A pedido de los interesados, las entidades pertinentes de las Naciones Unidas pueden ayudar a los Estados a elaborar semejante sistema, entre otras cosas prestando asistencia para la redacción de proyectos de leyes.
15. Pero debemos recordar también que las víctimas no son sólo quienes han sido directamente afectados por los atentados terroristas. Son víctimas también quienes han sido afectados indirectamente por trastornos políticos, económicos y sociales. Los grupos más vulnerables de nuestras sociedades sufren de manera desproporcionada los efectos de esas dislocaciones, ya que carecen de redes de protección, especialmente en los países en desarrollo.
16. Porque el terrorismo nos afecta a todos, todos debemos luchar contra él. En esta tarea, el papel de la sociedad civil y los dirigentes religiosos es esencial. La sociedad civil ha llevado a cabo unas campañas de efectos notables contra las minas terrestres, el VIH/SIDA, la degradación ambiental, el reclutamiento de niños soldados y la impunidad por los crímenes de guerra. Quisiera ver una campaña mundial igualmente eficaz contra el terrorismo. Encomio al Club de Madrid, el grupo independiente de antiguos Jefes de Estado y de Gobierno dedicado a fortalecer la democracia en todo el mundo, por haber organizado la conferencia internacional celebrada en 2005 sobre el papel de la democracia en la lucha contra el terrorismo. También me resulta alentador observar las nuevas iniciativas transnacionales, como la red Ciudadanos contra el Terror, surgida de la participación de la sociedad civil en la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, celebrada en Madrid en marzo de 2005.
17. Semejante campaña mundial deberá llevarse a cabo en los planos internacional, regional y local, centrando la atención en la suerte de las víctimas y destacando otros efectos negativos concretos del terrorismo, desde las graves consecuencias económicas y los reveses en el desarrollo, hasta el deterioro del Estado de derecho. Los medios de difusión pueden hacer una aportación esencial, señalando a la atención del público las consecuencias del terrorismo y sus efectos en las víctimas, así como la asistencia de que éstas disponen, prestando la debida atención al derecho a la intimidad y tomando en cuenta el peligro de infligir nuevos traumas.
18. La campaña de la sociedad civil deberá tratar de convencer a quienes tienen reivindicaciones auténticas de que existen otras estrategias, no violentas, y que, en la mayoría de los casos, semejantes estrategias han resultado ser más eficaces. La historia reciente ofrece numerosos ejemplos de movimientos opositores no violentos que han logrado cambios importantes. Es necesario hacer más hincapié en esos éxitos.
19. Las Naciones Unidas pueden ayudar a preparar una campaña de la sociedad civil, por ejemplo mediante la iniciativa de la "cultura de paz" de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). También estableceré una función de enlace en la Secretaría, para apoyar la coordinación de las iniciativas de los grupos de la sociedad civil que se ocupan de cuestiones relacionadas con el terrorismo.
B. Debemos encarar las condiciones que pueden ser aprovechadas por los terroristas
20. Toda estrategia amplia contra el terrorismo debe tener un componente a largo plazo para encarar las condiciones que pueden ser aprovechadas por los terroristas para crear o ampliar su base de poder. Ninguna de esas condiciones, sin embargo, puede ser excusa ni justificación de actos terroristas. Semejante componente a largo plazo tampoco puede distraernos del gran número de importantes medidas a corto plazo que podemos adoptar para prevenir y combatir el terrorismo. Aún si esas condiciones permanecen constantes, el terrorismo podrá intensificarse, declinar o desaparecer. Insto a las instituciones de investigación de todo el mundo a que presten más atención al estudio de la dinámica subyacente del terrorismo.
21. Las Naciones Unidas y la comunidad internacional deben encarar las siguientes condiciones que pueden ser aprovechadas por los terroristas:
1. Las ideologías extremistas y la deshumanización de las víctimas
22. El terrorismo depende de negar la humanidad de sus víctimas. Las ideologías extremistas y excluyentes que rechazan el valor y la dignidad de los demás y los presentan como seres infrahumanos que merecen la extinción, son herramientas esenciales de movilización y proselitismo. Esas ideologías extremistas promueven una cultura de violencia e intolerancia y aumentan el apoyo a los grupos terroristas entre aquellos cuya causa los terroristas pretenden defender.
23. Las Naciones Unidas han comprendido bien el peligro que representan quienes propugnan cosmovisiones extremistas. Los que perpetran genocidios y atrocidades son también los que niegan la humanidad de los demás. El Consejo de Seguridad dio un paso importante con su resolución 1624 (2005) que procura, entre otras cosas, impedir la subversión de las instituciones educativas, culturales y religiosas haciendo un llamamiento a los Estados Miembros para que impidan y prohíban por ley la incitación a la comisión de actos de terrorismo, conforme con las obligaciones que les incumben en virtud de la legislación internacional de derechos humanos.
24. En este caso también la sociedad civil deberá desempeñar un papel destacado, contrarrestando los mensajes hipernacionalistas y xenófobos que glorifican el asesinato en masa y el martirio. De la misma manera en que los terroristas aprovechan a diario el ciclo de noticias, debemos asumir el desafío de responder a la narrativa del odio con la narrativa de las víctimas, la narrativa de las comunidades divididas y destruidas por actos de terrorismo, la narrativa del coraje de quienes arriesgan la vida en su quehacer cotidiano; la narrativa de los valores que las Naciones Unidas representan.
25. Los medios de difusión tal vez deseen también estudiar la experiencia de los países que han adoptado códigos voluntarios de conducta para los periodistas que informan sobre el terrorismo, que podrían incluir, por ejemplo, la prohibición de entrevistar a terroristas. Las Naciones Unidas están dispuestas a colaborar a este respecto con las asociaciones de periodistas y las organizaciones que defienden la libertad de prensa, entre otras cosas mediante la organización de una conferencia internacional para facilitar el examen del tema, si así se quisiera. A su vez, los Estados Miembros deben prestar la debida atención a la necesidad de medidas para promover la seguridad de los periodistas.
26. Las Naciones Unidas también pueden ayudar a organizar diálogos constructivos y bien publicitados entre prestigiosos representantes de diversas religiones para desmentir la idea que presentan los grupos terroristas de que ciertas partes del mundo están sumidas en una contienda épica entre el bien y el mal, y para subrayar que el asesinato de civiles es contrario a las enseñanzas de todas las religiones. De la misma manera, debemos estar atentos a la difamación de las religiones. Me siento alentado por la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones, y aguardo con interés su informe final.
27. Por último, las Naciones Unidas deben promover la tolerancia religiosa y étnica mediante la educación, ayudando a los Estados a proporcionar a todos sus ciudadanos una educación que aliente la libertad de pensamiento, la tolerancia y la moderación ilustrada, como alternativas a la militancia y el extremismo.
2. Los conflictos violentos
28. Muchos grupos terroristas han surgido en el contexto de conflictos violentos locales o regionales, algunos de los cuales son utilizados como llamada a la lucha por dirigentes terroristas en regiones remotas. Concretamente, los conflictos irresolutos durante mucho tiempo a menudo crean condiciones que son aprovechadas por los terroristas y, por tanto, hay que procurar que no lleguen a enconarse por difíciles que puedan parecer. Además, las campañas terroristas suicidas suelen ocurrir en situaciones de ocupación extranjera o que se perciben como una ocupación extranjera. De ello se deduce que la labor para solucionar los conflictos de manera satisfactoria y la atención a los problemas que surgen en el contexto de la ocupación extranjera real o que se percibe como tal pueden contribuir a reducir la prevalencia del terrorismo a largo plazo.
29. Las Naciones Unidas tienen una larga tradición en la labor para prevenir y resolver los conflictos armados. En Human Security Report 2005 se reconoció una reducción notable de un 40% en los conflictos armados desde 1992, que se atribuyó en parte al aumento de las actividades de prevención y de mantenimiento y consolidación de la paz de las Naciones Unidas. Nuestros recursos para el mantenimiento de la paz son únicos en el mundo y deben fortalecerse de manera constante. En lo que respecta a la prevención, el Departamento de Asuntos Políticos y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), por ejemplo, han emprendido un programa conjunto titulado "Fomento de las capacidades nacionales para la prevención de conflictos". Encomio esas iniciativas conjuntas y exhorto a las entidades pertinentes de las Naciones Unidas a que sigan prestando asistencia a los Estados para que desarrollen sistemas de alerta temprana e indicadores de posibles brotes de conflictos violentos a nivel local o regional.
30. Igualmente, las Naciones Unidas, gracias a mis buenos oficios y con el apoyo del Departamento de Asuntos Políticos, ha construido un sólido historial de mediación en conflictos civiles. Como señaló el Grupo de alto nivel sobre las amenazas, los desafíos y el cambio en su informe, en los últimos 15 años la negociación ha permitido poner fin a más guerras civiles que en los dos siglos años anteriores. Pero el Grupo destacó también que es posible mejorar y fortalecer la diplomacia y la mediación de buenos oficios de las Naciones Unidas. Por consiguiente, acojo con satisfacción las iniciativas recientes para fortalecer la capacidad de mediación de las Naciones Unidas en casos de conflicto, especialmente mediante la creación de una dependencia de apoyo a la mediación en el Departamento de Asuntos Políticos, que ayudará a identificar las prácticas óptimas y a respaldar las labores de mediación sobre el terreno.
31. Debemos asegurarnos de que los acuerdos de paz que se concierten sean aplicados. En la actualidad, casi el 50% de los países que salen de una guerra civil vuelven a la violencia en un plazo de cinco años. Se trata de una situación inaceptable que impulsó a los Estados Miembros a crear una Comisión de Consolidación de la Paz encargada de garantizar la paz sostenible en las sociedades que salen de un conflicto. Aplaudo esa iniciativa y exhorto a los Estados Miembros a que sigan por esa vía mediante la aprobación y creación de una sólida base financiera y de organización para la Oficina de Apoyo a la Consolidación de la Paz y el Fondo para la Consolidación de la Paz.
3. La mala gobernanza, la falta de derechos civiles y los abusos
de los derechos humanos
32. El terrorismo prospera a menudo en ambientes en que se producen violaciones de los derechos humanos y donde los derechos políticos y civiles están limitados. De hecho, los terroristas pueden aprovechar las violaciones de los derechos humanos para obtener apoyo para su causa. La persecución y las campañas violentas de los gobiernos suelen hacer que los movimientos de oposición se radicalicen. La ausencia de canales no violentos para expresar el descontento y buscar políticas alternativas puede llevar a algunos grupos a recurrir a medios violentos y al terrorismo.
33. La experiencia ha demostrado que los gobiernos que recurren a un uso excesivo de la fuerza y a la represión indiscriminada para hacer frente al terrorismo corren el riesgo de reforzar la base de apoyo de los terroristas entre la población en general. Esas acciones suelen invitar a las represalias, socavar la legitimidad de las medidas de lucha contra el terrorismo y jugar a favor de los terroristas. Por tanto, hago un llamamiento a los gobiernos para que eviten el uso excesivo de la fuerza y cumplan las normas internacionales de derechos humanos.
34. Las Naciones Unidas desempeñan una función importante en la promoción de la buena gobernanza, el Estado de derecho y los derechos humanos. Exhorto al PNUD a que aumente la asistencia que ya presta en materia de buena gobernanza para apoyar el desarrollo económico y social, a fin de incorporar las preocupaciones relacionadas con el terrorismo en la programación sobre los principios del gobierno democrático. Además, aplaudo la decisión tomada por los Estados Miembros en la Cumbre Mundial de crear un Consejo de Derechos Humanos y aumentar la capacidad operacional de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). Insto a los Estados Miembros a que apoyen la labor de la Alta Comisionada destinada a crear capacidad en materia de derechos humanos en todo el mundo.
4. Discriminación por motivos religiosos y étnicos, exclusión política
y marginación socioeconómica
35. La exclusión o la discriminación por motivos de origen étnico o creencias religiosas y la incapacidad de muchos países de integrar a las minorías o a los inmigrantes producen resentimientos que pueden llevar al proselitismo terrorista, además de sentimientos de alienación y marginación y una mayor tendencia a socializar en grupos extremistas. Parece que esta situación es aplicable sobre todo a los jóvenes, especialmente a los inmigrantes de segunda generación en algunos países desarrollados, que se consideran forasteros sin igualdad de oportunidades. Exhorto a los países con sociedades multiculturales a que reflexionen sobre sus políticas de integración.
36. La exclusión basada en el origen étnico, la religión o la nacionalidad suele ir acompañada de la exclusión política, económica y social. En relación con el aspecto socioeconómico, es preciso prestar especial atención al desempleo juvenil. A nivel mundial, los jóvenes tienen el triple de probabilidades que los adultos de estar desempleados. En algunos países, las tasas de desempleo juvenil se mantienen arraigadas y alcanzan proporciones preocupantes. Tomados en conjunto, los diversos tipos de exclusión pueden combinarse para producir una mezcla explosiva. La marginación, la alienación y el sentimiento resultante de victimización pueden impulsar el extremismo, que a su vez puede facilitar la explotación por parte de los terroristas.
37. Las Naciones Unidas, mediante su formulación de normas y su creciente capacidad operacional para ocuparse de problemas humanitarios y de desarrollo, así como de cuestiones de seguridad, políticas y de derechos humanos, pueden desempeñar un papel fundamental para ayudar a los países a intentar solucionar diversos tipos de exclusión. Debemos seguir adelante con nuestros programas de desarrollo e inclusión social por su propia importancia intrínseca, teniendo presente al mismo tiempo que si logramos aumentar la inclusión y las oportunidades para las personas marginadas, las repercusiones en el ámbito de la lucha contra el terrorismo pueden ser enormemente positivas.
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