A. Gobernanza: consolidación de algunas funciones, y fortalecimiento de otras
El elemento central de la coherencia es una gobernanza eficaz. Para
permitir que en el sistema de las Naciones Unidas haya “unidad en la acción”
ante los desafíos del desarrollo a escala mundial y, en particular, para lograr
que la “unificación de las Naciones Unidas” a nivel de país sea una realidad
para los países en desarrollo, el Grupo propone la serie de medidas que
figuran a continuación.
A nivel intergubernamental
A nivel intergubernamental
- Se debería establecer un Foro de dirigentes mundiales en el que la orientación estratégica en lo que respecta a la política de desarrollo sostenible y los bienes públicos mundiales pudiera determinarse a un alto nivel.
- Se debería establecer una Junta de Desarrollo Sostenible para supervisar los aspectos operacionales de la “unificación de las Naciones Unidas” a nivel de los países. La Junta también tomaría decisiones sobre la financiación en común, mediante contribuciones voluntarias, de los programas para los países.
A Nivel regional
- Se debería racionalizar la importante labor de las Naciones Unidas en el plano regional estableciendo centros regionales que apoyen a los equipos de las Naciones Unidas en los países y definiendo claramente las funciones de las comisiones regionales.
A Nivel organizativo
- La Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación debería mejorar su función de adopción de decisiones sobre la reforma general e impulsar con eficacia la reforma administrativa.
- La Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas para la coordinación debería mejorar su función de adopción de decisiones sobre la reforma general e impulsar con eficacia la reforma administrativa.
- Se debería establecer una clara línea divisoria y un marco bien definido de rendición de cuentas entre las funciones operacionales del PNUD, de alcance más reducido, y sus actividades reorientadas de apoyo al sistema de coordinadores residentes. Esto permitiría que las organizaciones de las Naciones Unidas asumieran un compromiso pleno con el sistema de coordinadores residentes (véase cap. II.A).
- El Grupo de políticas y operaciones de desarrollo debería recibir apoyo de una Dependencia de financiación para el desarrollo y seguimiento de resultados que le proporcionaría información y análisis de financiación y los gastos del sistema de las Naciones Unidas y los resultados obtenidos.
Racionalización y consolidación
55. El Grupo ha participado en amplias consultas sobre el funcionamiento del
sistema de las Naciones Unidas en los planos nacional, regional y mundial y
también se ha centrado en los principales factores e incentivos necesarios para la
coherencia comenzando desde la base. La elaboración de propuestas más detalladas
y específicas para aumentar la racionalización y la consolidación con objeto de
mejorar la coherencia en todo el sistema exige un análisis más profundo que no era
posible en el contexto de nuestra labor. El Grupo considera importante que, su labor
sobre la base de la labor que ya ha realizado, se estudie con mayor atención la forma
de eliminar las duplicaciones innecesarias en el sistema de las Naciones Unidas y se
delimiten claramente las funciones y los mandatos.
56. Sin embargo, no estamos en favor de una única entidad de las Naciones Unidas
porque algunos organismos pueden cumplir mejor su función vital de proveer bienes
públicos mundiales, organizar actividades de promoción, hacer investigaciones,
fomentar las mejores prácticas y establecer normas mundiales funcionando
individualmente en sus respectivos campos de actividad.
Recomendación: El Grupo recomienda que el Secretario General establezca un grupo de tareas independiente que, tomando como base la labor ya realizada,
desempeñe las siguientes funciones:
- Delimitar claramente las funciones de las Naciones Unidas y sus fondos, programas y organismos especializados para asegurar la complementariedad de sus mandatos y eliminar la duplicación de funciones, elaborando recomendaciones concretas para consolidar o fusionar entidades cuando sea necesario. Ese proceso permitiría economizar una cantidad importante de recursos —posiblemente hasta un 20% por año— que debería utilizarse para apoyar la unificación del sistema de las Naciones Unidas a nivel de los países.
- Examinar el sistema de prorrateo para financiar las actividades de los organismos especializados de las Naciones Unidas con el objeto de solucionar el actual desequilibrio entre las cuotas y las contribuciones voluntarias destinadas a la ejecución de los mandatos normativos. Ese examen debería determinar si la actual política de crecimiento real cero permite a los organismos de las Naciones Unidas cumplir sus mandatos de alcance mundial.
- Examinar el funcionamiento y la relevancia de las estructuras regionales existentes para determinar si siguen respondiendo a las necesidades de las regiones, teniendo en cuenta las diferencias a ese nivel y la aparición de poderosas instituciones regionales y subregionales. También se deberían considerar las posibilidades de racionalización y consolidación.
Estructuras intergubernamentales
Consejo Económico y Social
Consejo Económico y Social
57. La Asamblea General es el órgano intergubernamental de más alto nivel para la
formulación de políticas sobre cuestiones económicas, y sociales y cuestiones
conexas. El Consejo Económico y Social es el principal órgano encargado de la
coordinación, el examen de políticas, el diálogo sobre cuestiones normativas y
formulación de recomendaciones acerca del desarrollo económico y social, así como
para el examen y el seguimiento de los objetivos de desarrollo convenidos
internacionalmente.
58. El mandato del Consejo ha sido mucho más amplio en teoría que en la
práctica. Pese a numerosos intentos de reforzar su papel, el Consejo continúa
careciendo de eficacia e influencia. La supervisión que ejerce sobre los fondos y
programas sigue siendo superficial y es casi inexistente en el caso de los organismos
especializados. El Consejo debe mejorar sus funciones operacionales y de
coordinación en relación con el sistema en su conjunto.
59. Es mucho lo que se puede hacer para mejorar el Consejo dentro de los límites
de su actual mandato, pero se requerirán nuevas modalidades de funcionamiento. En
la Cumbre Mundial, de 2005, los dirigentes adoptaron disposiciones para permitir
que el Consejo desempeñara una función eficaz de coordinación en cuestiones de
política, como se prevé, en la Carta de las Naciones Unidas. El Grupo considera que
la función que se concibió para el Consejo en la Cumbre de 2005 debería ejercerse
plenamente y que la capacidad del Consejo debería reforzarse mediante la
participación en su labor de los Estados Miembros al más alto nivel político.
Recomendación: Se debería establecer un Foro de dirigentes mundiales del
Consejo Económico y Social. El Foro estaría compuesto por los dirigentes de la
mitad de sus miembros, cuya rotación estaría basada en la representación geográfica
equitativa; en él participarían los jefes ejecutivos de las principales instituciones
económicas y financieras internacionales. Sus reuniones podrían estar precedidas
por una reunión preparatoria de ministros de relaciones exteriores y de asuntos
económicos, sociales y asuntos conexos.
Recuadro 3
Funciones del Foro de dirigentes mundiales
Funciones del Foro de dirigentes mundiales
- Guiar y orientar a la comunidad internacional en cuestiones de desarrollo y asuntos relacionados con los bienes públicos mundiales.
- Elaborar un marco estratégico a largo plazo para asegurar la coherencia e los objetivos de política de las principales organizaciones internacionales.
- Promover el consenso entre los gobiernos para encontrar soluciones integradas a los problemas económicos, sociales y ambientales de alcance mundial.
Junta de Desarrollo Sostenible
60. El Grupo considera necesario establecer un nuevo mecanismo de gobernanza
que supervise la unificación del sistema de las Naciones Unidas a nivel de los
países. La actual estructura del sistema de las Naciones Unidas sólo prevé fondos,
programas y organismos que rinden cuentas por separado a sus respectivas juntas de
administración en relación con su labor nacional, regional y mundial. Es necesario
proporcionar orientación y dirección operacionales a las distintas organizaciones
para que el sistema de las Naciones Unidas en los países sea coherente y eficaz. El
Grupo recomienda la creación de una Junta de Desarrollo Sostenible que rinda
informes al Consejo Económico y Social, y que se encargue de la coherencia y la
coordinación operacionales, así como de la ejecución de políticas a nivel de todo el
sistema, la asignación de los fondos procedentes de contribuciones voluntarias y los
resultados de la unificación del sistema de las Naciones Unidas en los países.
61. Las juntas de los organismos deberían seguir ocupándose de las cuestiones que
requirieran específicamente su atención, incluidas las relativas a los marcos de
financiación multianuales que reflejaran el enfoque estratégico aprobado por cada
organismo. La Junta de Desarrollo Sostenible examinaría los programas unificados
para los países, que incluirían componentes de las distintas organizaciones que
reflejaran las políticas y directrices de sus juntas respectivas.
Recomendación: Se debería establecer una Junta de Desarrollo Sostenible. Esa
Junta, que rendiría informes al Consejo Económico y Social, proporcionaría el
marco normativo y de supervisión para la unificación de las Naciones Unidas a nivel
de los países. Además, se encargaría de supervisar la ejecución del programa
experimental con miras a la formulación de programas unificados de las Naciones
Unidas para los países.
Recomendación: Las reuniones conjuntas de las juntas del PNUD, el UNFPA, la
entidad de la igualdad entre los géneros, el PMA y el UNICEF serían
reemplazadas por las reuniones de la Junta de Desarrollo Sostenible. La eficacia
de la Junta debería evaluarse al cabo de tres años y esa evaluación debería incluir un
examen de la posibilidad de integrar las juntas de administración del PNUD, el
UNFPA y el UNICEF como componentes de la Junta de Desarrollo Sostenible, en
lugar de que esas juntas siguieran existiendo como órganos independientes.
Meta: Los Estados Miembros deberían llegar a un acuerdo sobre la
composición y el mandato de la Junta de Desarrollo Sostenible antes de
septiembre de 2007 y la Junta debería celebrar su primer período de sesiones
antes de junio de 2008. Los nuevos órganos necesarios para prestar apoyo a la
Junta (Grupo de políticas y operaciones de desarrollo, incluidas la Dependencia de
financiación para el desarrollo y seguimiento de resultados y la Dependencia de
evaluación independiente) deberían establecerse antes de junio de 2007. Antes
de 2010 debería realizarse una evaluación independiente de la eficacia de la Junta.
Recuadro 4
Funciones y mandato de la Junta de Desarrollo Sostenible
Funciones y mandato de la Junta de Desarrollo Sostenible
- Aprobar los programas unificados para los países y la correspondiente asignación de las contribuciones voluntarias de los donantes en el marco del mecanismo de financiación para los objetivos de desarrollo del Milenio (véase el recuadro 6). Después de un proceso de planificación inclusiva realizado por el equipo de las Naciones Unidas en los países, de conformidad con el principio de que los países adopten los programas como propios y tras la aprobación de los programas por los países mismos, la Junta de Desarrollo Sostenible aprobará programas unificados y la asignación de los fondos de contribuciones voluntarias. Asimismo, velará por que el organismo se ajuste a las prioridades de las Naciones Unidas aprobadas de común acuerdo.
- Mantener una supervisión estratégica del sistema para impulsar la planificación conjunta y la coordinación entre todos los fondos, programas y organismos y detectar duplicaciones y carencias.
- Examinar la labor analítica y normativa mundial de las Naciones Unidas en relación con la unificación del sistema a nivel de los países, con objeto de avanzar hacia los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente y proporcionar orientación estratégica para la labor analítica y en materia de políticas relacionada con las actividades de las Naciones Unidas en pro del desarrollo sostenible.
- Supervisar la gestión del mecanismo de financiación para los objetivos de desarrollo del Milenio, que coordinará los recursos de los donantes y consolidará las asignaciones de fondos. En sus decisiones, en particular las relativas a las asignaciones, la Junta tendrá en cuenta el asesoramiento estratégico en materia de políticas y operaciones proporcionado por el Grupo de políticas y operaciones de desarrollo, bajo la dirección del Coordinador para el Desarrollo. Para cumplir esta función, el Grupo precisa una Dependencia interna de financiación para el desarrollo y seguimiento de resultados que administre los fondos de los donantes y supervise los resultados a nivel de todo el sistema (véase cap. III.B).
- Examinar el funcionamiento del sistema de coordinadores residentes, tomando todas las medidas necesarias para aumentar su coherencia y mejorar la ejecución de sus actividades. Ello incluirá la supervisión de las medidas que se adopten para aumentar la eficiencia, la gestión basada en los resultados y la armonización de las prácticas institucionales. Asimismo, se examinará la prestación de servicios comunes a todos los fondos, programas y organismos especializados sobre el terreno.
- Examinar la ejecución de los planes estratégicos de los fondos, programas y organismos especializados que participan en la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio, los demás objetivos convenidos internacionalmente y las actividades normativas relacionadas con el desarrollo sostenible, en particular en el contexto de los programas unificados para los países, y formular observaciones al respecto. La Junta evaluaría y reforzaría la coherencia operacional y normativa, el rendimiento y la eficacia de las actividades de todo el sistema de las Naciones Unidas en pro del desarrollo sostenible. La Junta debería disponer de fondos adicionales para poder incentivar, cuando lo estimara oportuno, el buen desempeño de las sedes de los fondos, programas y organismos especializados, así como para subsanar carencias y financiar actividades prioritarias de los programas.
- Encargar estudios estratégicos periódicos de los programas unificados para los países. La Junta velará por que los programas unificados para los países se ajusten a los planes de desarrollo nacionales, se basen en procesos inclusivos de consulta que aseguren su aceptación por todos los interesados a nivel nacional y estén orientados hacia objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente. Estos estudios estratégicos se elaborarán bajo la dirección del Coordinador para el Desarrollo y se someterán a la consideración de la Junta, que habrá de proporcionar orientación e indicaciones claras a las partes interesadas para la aplicación de las recomendaciones contenidas en ellos.
- Examinar los resultados de las evaluaciones, los análisis de la gestión de los riesgos y las auditorías que realice la nueva Dependencia de evaluación independiente —creada por el Secretario General y responsable ante la Junta— y tomar sobre esa base las medidas que corresponda. Esa Dependencia reforzará la labor de evaluación de todos los organismos del sistema para el desarrollo y aportará oportunamente información independiente sobre el desempeño para mejorar el sistema y sus procesos (véase cap. III.B).
- Examinar
Composición y presentación de información
El Consejo Económico y Social debería crear la Junta y determinar su
composición basándose en la experiencia adquirida en las juntas ejecutivas de los
fondos, los programas y los organismos especializados. La Junta estaría formada por
un grupo Estados Miembros, elegidos sobre la base de la representación geográfica
equitativa y representados por personal de categoría superior de los ministerios de
desarrollo, planificación, finanzas y relaciones exteriores que posean la capacitación
y las competencias apropiadas. En caso necesario, la Junta debería reunirse a nivel
ministerial y permitirá la plena participación en sus reuniones de las principales
organizaciones intergubernamentales no pertenecientes a las Naciones Unidas que
tuvieran un papel clave en el sistema internacional para el desarrollo. La Junta
debería comunicar sus decisiones a todos los órganos intergubernamentales
pertinentes de las Naciones Unidas. Los jefes ejecutivos, o los jefes adjuntos, de los
organismos de las Naciones Unidas que ejecutaran programas operacionales y
normativos importantes deberían participar como miembros por derecho propio.
Cuando la Junta fuera a asignar fondos al programa unificado para un país, debería
invitar a un representante de alto nivel de ese país. Además, cuando fuera necesario,
debería invitar a expertos independientes y a funcionarios de categoría superior de
las instituciones de Bretton Woods y de organizaciones no gubernamentales para que
participaran en los debates y proporcionaran a la Junta la información que pudiera
necesitar para tomar decisiones.
Estructuras de organización
62. Un sistema más coherente en la esfera del desarrollo permitiría unificar e
integrar la labor analítica y normativa mundial de las Naciones Unidas, teniendo en
cuenta las perspectivas regionales y las intervenciones a nivel de los países, y
maximizar las sinergias entre todos esos elementos. Se crearía un mecanismo para
desplegar las perspectivas multidimensionales de las Naciones Unidas en apoyo de
los servicios técnicos y de asesoramiento en materia de políticas prestados a todos
los países. Todo ello ayudaría a las Naciones Unidas a desempeñar el papel singular
y complementario que le corresponde como organización asociada en las actividades
internacionales de desarrollo. Mediante la consolidación, la definición de
prioridades y la eliminación de duplicaciones, el sistema reconfigurado para el
desarrollo mejoraría su desempeño y aumentaría su eficacia en función de los
costos. También se reforzarían significativamente la responsabilidad y la eficiencia
del personal de gestión sin crear una gran burocracia centralizada. Además, a nivel
de los países, proporcionaría el marco para la unificación de las Naciones Unidas.
Junta de los jefes ejecutivos del sistema de las Naciones Unidas
para la coordinación
63. La Junta de los jefes ejecutivos, creada en el año 2000, ha logrado algunas
mejoras en la coordinación entre organismos. Los Comités de Alto Nivel sobre
Programas y sobre Gestión han elaborado criterios más coherentes para asuntos que
afectan a todo el sistema y enfoques coordinados para reformar los procesos
institucionales. Sin embargo, no se ha explotado todo el potencial de la Junta ni se
ha sacado el máximo provecho de su función ejecutiva. La coherencia en el sistema
aumentaría si la Junta actuara, de manera eficaz y centrándose en los resultados,
como contraparte de un Consejo Económico y Social que funcionara más
eficientemente.
Recomendación: La Junta de los jefes ejecutivos debería examinar sus
funciones, en vista de la experiencia obtenida desde su creación hace cinco años,
con objeto de mejorar su desempeño y asumir su responsabilidad de aumentar la
coherencia en todo el sistema.
Grupo de políticas y operaciones de desarrollo
64. El Grupo considera que, para aumentar la coherencia en materia de
organización, se debería crear un Grupo de políticas y operaciones de desarrollo, en
el marco de la Junta de los jefes ejecutivos, que unificara e integrara la labor
analítica y normativa mundial de las Naciones Unidas con las perspectivas
regionales y las operaciones a nivel de los países. Con su visión de conjunto el
Grupo aunaría en un todo integrado las políticas y las actividades económicas,
sociales y ambientales. Englobaría al actual Grupo de las Naciones Unidas para el
Desarrollo y el Comité Ejecutivo de Asuntos Económicos y Sociales actuales y
contaría con los servicios de una secretaría compuesta por funcionarios competentes
procedentes de todas las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas.
65. El Grupo propone que el Secretario General designe Coordinador para el
Desarrollo al Administrador del PNUD, que presidirá el Grupo de políticas y
operaciones de desarrollo. Propone también que el Grupo de políticas y operaciones
de desarrollo esté compuesto por los jefes ejecutivos de los fondos, los programas,
las comisiones regionales, los organismos especializados y la Secretaría de las
Naciones Unidas. Propone asimismo que la Presidencia del nuevo Grupo cuente con
el apoyo del jefe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, en su calidad
de economista principal de las Naciones Unidas, y del jefe ejecutivo de uno de los
organismos especializados de las Naciones Unidas que tenga a su cargo un volumen
importante de actividades operacionales que ejercería esta función por rotación. Se
constituiría un comité ejecutivo integrado por los jefes de los fondos, programas y
organismos especializados de las Naciones Unidas que administraran un volumen
considerable de proyectos y de aquellos que tuvieran amplios mandatos
multisectoriales, como el jefe del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales.
El Coordinador para el Desarrollo presentaría informes y rendiría cuentas a la Junta
de Desarrollo Sostenible.
Recomendación: El Secretario General debería nombrar Coordinador para el
Desarrollo al Administrador del PNUD para que presidiera el Grupo de
políticas y operaciones de desarrollo, que se ocuparía de apoyar la unificación
del sistema de las Naciones Unidas en los países. El Coordinador para el
Desarrollo presentaría informes y rendiría cuentas a la Junta de Desarrollo
Sostenible acerca de la aplicación del proceso de unificación del sistema. Se crearía
una Dependencia de financiación del desarrollo y seguimiento de resultados para
prestar apoyo al Grupo de políticas y operaciones de desarrollo.
Recuadro 5
Funciones del Grupo de políticas y operaciones de desarrollo
Funciones del Grupo de políticas y operaciones de desarrollo
- Servir de foro inclusivo para la adopción de decisiones estratégicas, mejorar la eficacia de las actividades operacionales de las Naciones Unidas en los países, promover la aceptación del régimen de coordinadores residentes a nivel de todo el sistema y permitir que los organismos miembros colaboren entre sí y trabajen unidos en la acción a nivel de los países.
- Proporcionar un marco que permita vincular la experiencia normativa, analítica y técnica con objeto de apoyar los programas para el desarrollo determinados e impulsados por los países.
- Crear redes de conocimientos y compartir prácticas recomendadas y experiencia técnica para apoyar los programas regionales y subregionales.
- Establecer un sistema que promueva la coherencia, la eficiencia, la eficacia en función de los costos y la creación de redes al desplegar los recursos de las Naciones Unidas.
- Prestar apoyo al Coordinador para el Desarrollo en la presentación de informes a la Junta de Desarrollo Sostenible.
La Dependencia de financiación para el desarrollo y seguimiento de
resultados, bajo la autoridad del Grupo de políticas y operaciones de desarrollo, tendría las siguientes funciones:
- Actuar como centro de coordinación y base de datos en relación con todas las fuentes de financiación y gastos de las Naciones Unidas para prestar asistencia a la Junta de Desarrollo Sostenible en la formulación de planes financieros estratégicos y la asignación de fondos.
- Asesorar a la Junta sobre la asignación de fondos a nivel regional y nacional y para la labor relacionada con las políticas mundiales.
- Asesorar a la Junta sobre la formulación y aplicación de medidas para maximizar las inversiones en programación, sobre la base de las auditorías e informes internos sobre la ejecución de los presupuestos a nivel nacional y regional.
- Establecer un sistema común de auditorías internas para todas las actividades de las Naciones Unidas relativas al desarrollo sostenible.
- Preparar anualmente un informe financiero y un informe sobre la ejecución de los presupuestos de todas las actividades de las Naciones Unidas relativas al desarrollo sostenible.
Estructuras y coordinación regionales
66. Las comisiones económicas regionales se crearon para fomentar el desarrollo
económico y social de sus respectivas regiones, y los fondos, los programas y los
organismos de las Naciones Unidas han establecido mecanismos regionales para
ofrecer apoyo técnico y de gestión a sus respectivas oficinas en los países. El
resultado es una amplia presencia de las Naciones Unidas en las regiones con un
enorme potencial de bienes y conocimientos, pero que también ha entrañado un
aumento de la duplicación, la fragmentación y la incoherencia.
necesidades de sus respectivas regiones en tanto que otras se han desviado de la
función de hacer análisis regionales, elaborar marcos de política y normas y apoyar
los esfuerzos y las actividades de integración regional haciendo uso de sus ventajas
comparativas, y han dedicado su atención, en cambio, a actividades operacionales
en los países. En la actualidad se necesitan firmes disposiciones institucionales para
asegurar la complementariedad y crear una auténtica cultura de cooperación entre
todas las organizaciones de las Naciones Unidas que operan en cada región, así
como entre las entidades regionales que pertenecen a la Organización y las que son
ajenas a ella.
Recomendación: Se deberían reconfigurar las entidades de las Naciones Unidas
a nivel regional y se debería reorganizar la estructura regional de la
Organización en torno a dos grupos de funciones interrelacionadas:
- Funciones centradas en la labor analítica y normativa, así como en actividades de alcance transfronterizo. Las comisiones regionales actuarían como catalizadoras de esas funciones ejerciendo, entre otras cosas, su facultad de convocar en los planos intergubernamental y de la Secretaría.
- Funciones centradas en la coordinación de los servicios prestados a los equipos de las Naciones Unidas en los países. El PNUD actuaría de catalizador de estas funciones, ya que es responsable de la gestión del sistema de coordinadores residentes.
Recomendación: Las oficinas regionales de las entidades de las Naciones Unidas
deberían compartir locales comunes, y la definición de las regiones se debería
normalizar en todas ellas en bien de la uniformidad y la coherencia de la labor
de las Naciones Unidas en el plano regional.
Coherencia a nivel nacional
en los gobiernos nacionales, las funciones suelen estar a cargo de distintos
ministerios (comercio, asistencia, agricultura, medio ambiente, empleo, sanidad y
educación). A medida que aumente la integración de la economía mundial, también
se estrecharán los vínculos entre esas cuestiones. Sin una política y una dirección
coherentes en los gobiernos, la disparidad de las políticas y su aplicación
fragmentada socavarán la eficacia de las organizaciones multilaterales. Una mejor
coherencia de las estructuras gubernamentales, en particular para los donantes,
puede asegurar la coherencia en la elaboración y aplicación de políticas, tanto en el
plano bilateral como a través de las instituciones multilaterales.
69. Además, los gobiernos nacionales deben esforzarse más por lograr la coherencia y asegurar una buena gestión de las donaciones de conformidad con las
obligaciones mutuas de los donantes y los receptores establecidas en el Consenso de
Monterrey y la Declaración de París sobre la eficacia de la ayuda al desarrollo. Se
debería hacer un examen a nivel internacional franco de las políticas adoptadas por
los países desarrollados y del cumplimiento de sus compromisos, en el que
participara, entre otros, el Comité de Asistencia para el Desarrollo de la
Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos.
Recomendación: En el plano nacional, los gobiernos deberían adoptar un
enfoque uniforme con respecto al desarrollo internacional a fin de garantizar la
coordinación de las posturas de sus representantes en las estructuras
normativas de todas las organizaciones pertinentes, incluidas las instituciones
de Bretton Woods y la Organización Mundial del Comercio. La aplicación de
políticas uniformes en los distintos entornos permitiría a todos los órganos rectores
pertinentes promover la coherencia con eficacia en todo el sistema para cumplir los
objetivos convenidos internacionalmente.
Recomendación: Las Naciones Unidas deberían establecer puntos de referencia
antes de 2008 para asegurar la aplicación de los principios de buena gestión
multilateral de las donaciones, a fin de que los fondos facilitados en las sedes y en
los países no menoscabaran la coherencia de las actividades de desarrollo ni la
financiación del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo.
Relaciones con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional
70. La cuestión de coherencia en el sistema de las Naciones Unidas no se puede
debatir en el vacío. Es preciso situarla en un marco contextual más amplio: un
entorno internacional dinámico en el cual coexisten numerosos actores y actividades
pertinentes. El actual consenso sobre la acción en pro del desarrollo internacional es
resultado de los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente y de
plataformas para su aplicación mediante estrategias de desarrollo impulsadas por los
países, por un lado, y, por otro, el apoyo de la comunidad de donantes. Esto aumenta
la necesidad de que las Naciones Unidas aborden seriamente la necesidad de aunar
esfuerzos con otras instituciones de desarrollo, ya que esta acción común sólo tendrá
éxito si es coherente.
71. Dada la universalidad de las Naciones Unidas y la función complementaria,
que desempeña la Organización, en los ámbitos económico y social y ámbitos
conexos, con las instituciones de Bretton Woods, es urgente la necesidad de un
compromiso auténtico y más firme entre el sistema de las Naciones Unidas y las
instituciones financieras internacionales. Ello es necesario para asegurar la
coherencia en el plano normativo y permitir que los países alcancen sus objetivos de
desarrollo. Las Naciones Unidas y las instituciones de Bretton Woods fueron
creadas con la intención de que colaboraran entre sí, complementándose
mutuamente. Con el tiempo, tanto el Banco Mundial como las instituciones de las
Naciones Unidas han ido ampliando gradualmente sus funciones de manera que
cada vez se superpone y se duplica más su labor. Es preciso llegar a un equilibrio
entre una sana competencia y una superposición ineficiente de actividades que no
suplen carencias. Las instituciones de Bretton Woods y las Naciones Unidas
necesitan colaborar más estrechamente para eliminar duplicaciones innecesarias y
aprovechar sus ventajas relativas.
Recomendación: El Secretario General, el Presidente del Banco Mundial y el
Director Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) deberían iniciar
con carácter urgente un proceso de examen, actualización y celebración de
acuerdos formales sobre sus respectivas funciones y sus relaciones en los planos
mundial y nacional. Los exámenes deben actualizarse y evaluarse
periódicamente. Este proceso debe emprenderse teniendo en cuenta que el
desempeño de las Naciones Unidas mejorará, su influencia, aumentará y sus
actividades se fortalecerán si se aplican las reformas que recomendamos.
- A nivel mundial. Las instituciones de Bretton Woods deberían tener una participación más sustantiva en las reuniones que el Consejo Económico y Social celebra en el segundo trimestre del año y en el diálogo bienal de alto nivel de la Asamblea General. Deberían centrarse en asuntos de interés común y en medidas concretas para fomentar la coherencia normativa con objeto de alcanzar los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente. Las Naciones Unidas deberían tener una mayor participación y una posición más importante en el Comité para el Desarrollo. Deberían realizarse periódicamente investigaciones conjuntas, intercambios de personal y las evaluaciones mutuas. Deberían mejorar el intercambio de información y de opiniones sobre los proyectos de informe y los documentos estratégicos.
- A nivel nacional. Las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el FMI deberían colaborar estrechamente para apoyar a los países a aplicar sus estrategias nacionales de desarrollo, incluidas las de lucha contra la pobreza y las relativas a los objetivos de desarrollo del Milenio. Se deberían elaborar estructuras comunes para recopilar datos y medir resultados. El Banco Mundial y las Naciones Unidas deberían trabajar conjuntamente en evaluaciones de necesidades con las que los países se sintieran plenamente identificados. Las Naciones Unidas deberían aprovechar al máximo sus conocimientos especializados sobre creación de capacidad y desempeñar el papel que les corresponde legítimamente en esta esfera.
- La transición después de un conflicto. Las Naciones Unidas y el Banco Mundial deberían aclarar las condiciones de su colaboración en situaciones posteriores a los conflictos e institucionalizar el diálogo con interlocutores claramente identificados por todas las partes. Las Naciones Unidas deberían ocuparse de asumir los aspectos políticos y de gobernanza de los problemas que se plantean después de un conflicto, como el deterioro de la gobernanza y las cuestiones electorales, así como del apoyo y la financiación de las actividades iniciales de recuperación cuando no se dispone todavía de la capacidad ni de los procesos necesarios para un desarrollo normal. El Banco Mundial debería participar desde las primeras etapas de esos procesos y podría prestar asistencia creando fondos fiduciarios de múltiples donantes y asegurando una financiación más previsible de acuerdo con estrategias de recuperación y desarrollo que los países en cuestión hayan asumido como propias.
Recomendación: Para examinar la cooperación dentro de la estructura
internacional para el desarrollo y asegurar la coherencia y la coordinación en
cuestiones de política, se debería celebrar una reunión anual presidida por el
Secretario General, en la que participaran el Presidente del Banco Mundial, el
Director Gerente del FMI, el Coordinador para el Desarrollo y los jefes de otros
organismos, fondos y programas pertinentes, como los directores generales de
la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de las Naciones
Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre otros, según los temas
que fueran a examinarse.
Participación de las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado
72. El progreso hacia los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente ha
aumentado gracias a la activa colaboración de las Naciones Unidas con diversas
instituciones a distintos niveles, incluidas las alianzas con gobiernos, la sociedad
civil y el sector privado.
73. Las organizaciones de la sociedad civil pueden impulsar las actividades de
desarrollo de las Naciones Unidas. Son colaboradoras indispensables en la
prestación de servicios a los pobres y pueden tener un efecto catalizador en los
países, movilizar campañas de amplia base y ejercer presión para que los dirigentes
cumplan sus compromisos. En los países en crisis y en los que acaban de salir de un
conflicto o han sufrido un desastre, las organizaciones no gubernamentales
nacionales e internacionales son colaboradoras esenciales a nivel operacional: sin
ellas, las Naciones Unidas no podrían prestar asistencia humanitaria.
74. El sector privado cumple una función vital en la generación de nuevas
inversiones, la creación de empleos productivos, la financiación para el desarrollo y
la gestión de los recursos naturales y el medio ambiente. Las coaliciones de
fundaciones privadas y las alianzas de los sectores público y privado son en la
actualidad uno de los medios más dinámicos de transferir recursos financieros y
técnicos para cumplir los objetivos del desarrollo sostenible. También son
importantes plataformas para fomentar la responsabilidad social de las empresas y la
rendición de cuentas.
75. Los gobiernos siguen siendo los principales interlocutores en el diálogo con
las Naciones Unidas al nivel de los países, pero la participación de la sociedad civil
y el sector privado en la preparación de los programas unificados es importante para
que dichos programas sean relevantes y para que los países se sientan plenamente
identificados con ellos. Los equipos de las Naciones Unidas en los países deberían
colaborar con los gobiernos a fin de crear un entorno propicio al empleo productivo
y el desarrollo de empresas, así como para fomentar la creación de conocimientos,
las alianzas, la responsabilidad social de las empresas, la transferencia de
experiencia y el establecimiento de redes públicas y privadas entre regiones.
76. Aunque la relación entre las Naciones Unidas y la sociedad civil se remonta a
la época en que se redactó la Carta, es necesario que la cooperación con las
organizaciones de la sociedad civil y el sector privado sea más sistemática y se
amplíe para que esas alianzas contribuyan con mayor eficacia a la consecución de
los objetivos de desarrollo convenidos internacionalmente.
Recomendación: Se debería reforzar la capacidad de la oficina del coordinador
residente para promover y fomentar la asociación y para actuar de
intermediaria entre el gobierno y las organizaciones de la sociedad civil y del
sector privado pertinentes a fin de obtener el consenso de todos los interesados
y alcanzar los objetivos específicos de cada país definidos en los respectivos
planes nacionales de desarrollo.