Transcripción del discurso pronunciado
Declaración del Excmo. Sr. Tijjani Muhammad Bande, Presidente del septuagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
23 de septiembre de 2019
Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno,
Secretario General de las Naciones Unidas,
Director General de la Organización Mundial de la Salud,
Presidente del Grupo Banco Mundial,
Paladín de alto nivel de la cobertura sanitaria universal,
Excelencias,
Distinguidas delegaciones:
Me complace darles la bienvenida esta mañana al evento de alto nivel sobre la cobertura sanitaria universal y espero con interés escuchar sus opiniones sobre este tema esencial.
El acceso a servicios de salud de calidad debe ser un derecho universal y no un privilegio. Es bien sabido que la inversión en salud aportará importantes beneficios económicos a las personas y las sociedades, y debemos hacer todo lo posible para que las naciones de todo el mundo se beneficien mutuamente de la formación médica y la provisión de infraestructura médica, entre otras cosas, si queremos lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible que hemos acordado.
El objetivo de la cobertura sanitaria universal es fortalecer nuestros sistemas de salud, empezando por la atención primaria. Debemos seguir trabajando para garantizar que todas las personas gocen de una vida más sana, velando por que tengan acceso, entre otras cosas, a servicios asequibles de salud preventiva, curativa y de rehabilitación. Por lo tanto, debemos seguir centrándonos en la prevención de enfermedades y en la accesibilidad y disponibilidad de diagnósticos, medicamentos y vacunas.
Si bien cada nación tiene sus propias prioridades y necesidades, estas últimas se atienden mejor cuando la cooperación internacional es sólida. La cooperación, por ejemplo, como la que dirigen la Organización Mundial de la Salud y sus asociados, ha dado magníficos resultados. Los gobiernos de todo el mundo deben alentar también a las organizaciones locales dedicadas a llevar los beneficios de la atención sanitaria a la población. Para ello, es importante que la atención se centre en la calidad y la financiación de la atención sanitaria para garantizar que los servicios prestados se traduzcan en sociedades más sanas, algo esencial para reforzar la economía, en particular a través del capital humano más sano que puede ofrecer.
Excelencias,
Distinguidas delegaciones:
Los Estados Miembros deben seguir apoyándose mutuamente para lograr servicios de salud de calidad, incluido el acceso a una atención integrada, eficiente, segura y centrada en las personas. No cabe duda de que la erradicación de la viruela sigue siendo uno de los mayores triunfos de la humanidad. Uno de los logros destacados ha sido la campaña de inmunización infantil en los países en desarrollo contra las temidas enfermedades de la infancia, en particular la difteria, la tosferina y la poliomielitis. Tal vez el mayor efecto se haya logrado gracias a la influencia en la medicina de salud pública, en particular el énfasis en las soluciones comunitarias, que ofrecen más flexibilidad que la atención sanitaria hospitalaria, a la que, al mismo tiempo, sirven de apoyo; esto ha revolucionado el diseño de los servicios de salud en todo el mundo.
No hay duda de que han surgido nuevos desafíos que complican los ya existentes. Hay cambios demográficos, como el envejecimiento de la población acompañado de un aumento masivo del número de niños y niñas, que supone un nuevo reto al que debemos enfrentarnos. Además, hay factores sociales y ambientales como la calidad del agua, la contaminación, la vivienda deficiente y el suministro de medicinas con enormes repercusiones para la vida y que deben examinarse.
Los efectos del cambio climático y sus consecuencias en cuanto a la prestación de servicios de salud son ingentes y merecen una atención especial. La mayor resistencia a los antibióticos y la aparición de las bacterias superresistentes son también motivo de preocupación. De hecho, está cada vez más difundida la opinión de que esto puede suponer, en última instancia, una amenaza aún mayor para la humanidad. Es fundamental actuar urgentemente, por lo tanto, y no debemos dejar de hacer lo correcto.
Solo lograremos correctamente la verdadera atención sanitaria universal si seguimos cooperando y haciendo lo necesario, como mejorar la infraestructura, por ejemplo, el transporte, para que las personas puedan llegar a los centros médicos con relativa facilidad. Las oportunidades que brindan los avances en la tecnología, así como la revolución de la información, también deben aprovecharse plenamente tanto en la educación sanitaria como en la provisión de servicios de salud.
El viejo adagio médico de que más vale prevenir que lamentar sigue siendo válido hoy, más que nunca si cabe. Por lo tanto, debemos seguir invirtiendo en la investigación para estar mejor preparados en cuanto a la prevención de enfermedades, entre otras mejoras.
Excelencias, señoras y señores:
En conclusión, los desafíos a los que nos enfrentamos son enormes y no deben ser subestimados, pero confío en que, si mantenemos y reforzamos la cooperación internacional y aprovechamos las oportunidades ya disponibles, creando al mismo tiempo otras nuevas, podremos superarlos – JUNTOS.
Muchas gracias.