Transcripción del discurso pronunciado
Declaración del Excmo. Sr. Tijjani Muhammad Bande, Presidente del septuagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas
17 de septiembre de 2019
Secretario General de las Naciones Unidas,
Excelencias,
Distinguidas delegaciones,
Señoras y señores:
Hoy tengo el honor de dirigirme a todos como Presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas en su septuagésimo cuarto período de sesiones. Doy las gracias a todos los Estados Miembros por la confianza que han depositado en mí y les aseguro que pueden contar con mi compromiso de defender la ética de la Oficina de la Presidencia de la Asamblea General y los principios consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.
Doy las gracias a la ex Presidenta María Fernanda Espinosa Garcés por su excelente dirección y sus incansables esfuerzos al guiar nuestra labor durante el septuagésimo tercer período de sesiones. Doy las gracias también al Secretario General por su liderazgo y compromiso con las Naciones Unidas y sus ideales.
En los preparativos para asumir el cargo, interactué con todos ustedes y les doy las gracias por sus aportaciones para enmarcar mejor y profundizar más nuestra visión estratégica, que es de todos nosotros. Ha llegado la hora de poner en práctica nuestros planes, para lo cual contaré con su apoyo constante.
Nuestra visión estratégica se centra en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular la erradicación de la pobreza, el hambre cero, la educación de calidad, la acción climática y la inclusión. Por lo tanto, con su amable apoyo y orientación, prestaré especial atención a la ejecución eficaz de los mandatos heredados y las siguientes prioridades, que enuncié en mi visión estratégica y en el diálogo con los Estados Miembros antes de mi elección:
Con respecto a la promoción de la paz y la seguridad, en particular la prevención de conflictos, colaboraré y trabajaré en coordinación con el Consejo de Seguridad y la Secretaría para garantizar que se preste más atención a la prevención que a la reacción ante un conflicto que ya ha estallado. Asimismo, abogaré por sistemas eficaces de detección y alerta temprana, así como por la mediación, la negociación y la solución pacífica de los conflictos actuales. Trabajaré para generar cooperación con miras a abordar las causas de los conflictos, como la pobreza, la exclusión y el analfabetismo.
Me centraré en el aumento de las asociaciones para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular la erradicación de la pobreza, el hambre cero y la educación de calidad. Durante este período de sesiones, insto a todos los Estados Miembros a que intercambien sus experiencias sobre la erradicación de la pobreza, especialmente sobre la manera en que la mejora de los sistemas de protección social puede beneficiar a las personas vulnerables, que son las más afectadas por la pobreza. Pido a todos ustedes que centren su atención en la mejor manera de fortalecer el sistema de las Naciones Unidas para asegurar que los más vulnerables puedan escapar del debilitante ciclo de pobreza y hambre por medio del intercambio de conocimientos sobre los sistemas sostenibles de producción de alimentos, las prácticas agrícolas resilientes, la disponibilidad de maquinaria agrícola productiva y asequible y la ampliación de la capacidad empresarial.
Es importante una educación de calidad, y el hecho de que ningún país pueda desarrollarse más allá de su capacidad educativa, en particular la de sus docentes, significa que debemos trabajar para asegurar que los Estados Miembros puedan asociarse en la formación de docentes y el acceso a una educación primaria y secundaria gratuita y de calidad, entre otras cosas. En algunas comunidades, lo que hace falta es construir escuelas, mientras que en muchas otras es necesario ocuparse de la seguridad de los estudiantes. Debemos concebir mecanismos para atender las necesidades educativas de todos.
El cambio climático continúa siendo una cuestión clave en el desarrollo, y debemos hacer frente a sus causas y sus repercusiones. Las recientes situaciones de emergencia que se observaron en las Bahamas, Mozambique y la región del Sahel, entre otras, nos recuerdan que es urgente fortalecer la acción mundial y que debemos encontrar la manera de fortalecer esa acción para hacer frente al cambio climático.
Es importante hacer hincapié en la inclusión, comenzando en el seno de nuestra Organización en particular. Debemos seguir velando por que se dé prioridad a los derechos y el empoderamiento de los jóvenes, las mujeres y las personas con discapacidad en todo el mundo.
Sin duda, debemos forjar alianzas para acelerar la aplicación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y trabajar con diligencia para encontrar formas innovadoras de mejorar los déficits financieros.
Nunca debemos olvidar que el mundo considera a las Naciones Unidas como un verdadero instrumento para alcanzar la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos universales.
Dentro de una semana, nuestros Jefes de Estado y de Gobierno se reunirán en este gran Salón para el debate general. Al mismo tiempo, también dedicarán su atención a la Cumbre sobre la Acción Climática, la reunión de alto nivel sobre la cobertura sanitaria universal, la Cumbre sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la conmemoración de la Convención sobre los Derechos del Niño, el Diálogo de Alto Nivel sobre la Financiación para el Desarrollo, el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares y el examen de mitad de período de las Modalidades de Acción Acelerada para los Pequeños Estados Insulares en Desarrollo (Trayectoria de Samoa). Durante esa semana, deliberarán sobre cuestiones que son fundamentales para mejorar la vida de miles de millones de personas en todo el mundo y dictarán políticas para fomentar el desarrollo. Los resultados de las deliberaciones durante la semana de alto nivel guiarán nuestra labor en el resto del período de sesiones.
Estimados colegas:
Nunca debemos olvidar que el mundo considera a las Naciones Unidas como un verdadero instrumento para alcanzar la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible y los derechos humanos universales.
Como el órgano deliberativo más representativo de las Naciones Unidas, la Asamblea General debe redoblar sus esfuerzos encaminados a colmar las lagunas y adoptar medidas en pro del bien común de las personas a las que servimos, sobre todo a medida que nos preparamos para celebrar el septuagésimo quinto aniversario de la Organización y en consonancia con la visión de futuro de sus fundadores. Debemos fomentar la confianza mutua, profundizar las asociaciones y demostrar empatía. Esa es la única manera de resolver los numerosos desafíos a los que nos enfrentamos. Deberemos trabajar de consuno para servir a todos.
Para concluir, deseo reiterar que, durante el septuagésimo cuarto período de sesiones de la Asamblea General, la Oficina del Presidente de la Asamblea General trabajará en estrecha colaboración con los Presidentes del Consejo de Seguridad y del Consejo Económico y Social, así como con el Secretario General, a fin de garantizar mejor el éxito en la consecución de nuestros objetivos comunes. Si bien soy consciente de las exigencias encontradas que recaerán sobre ustedes durante este período y después de él, continuaré llamando a sus puertas y contando con su apoyo para hacer de este período de sesiones de la Asamblea General un período de sesiones productivo e incluso agradable. Eso es lo que todas y cada una de las delegaciones me han asegurado que harán. Por lo tanto, estoy totalmente seguro de que lograremos mucho durante este período de sesiones.
Muchas gracias.
Puede descargarse la declaración en formato PDF