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Día Internacional de los Pueblos Indígenas,
9 de agosto

Mensaje del Presidente de la Asamblea General

Los pueblos indígenas y el VIH/SIDA

Cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió en 1994 observar cada año el Día Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo, lo hizo con intención de transmitir un mensaje claro y rotundo sobre el deber de reconocer y respetar los derechos humanos de los pueblos indígenas. Al igual que entonces, hoy debemos seguir presionando para que se ponga fin a su marginación y pobreza extrema, a la expropiación de sus tierras tradicionales y a otros abusos graves de los derechos humanos que aún padecen muchos de los 370 millones de indígenas de todo el mundo.

Demasiados pueblos indígenas viven hoy como minorías marginadas en condiciones de pobreza e impotencia, unas condiciones propicias para la transmisión del VIH. Su aislamiento dificulta su acceso a los servicios de prevención y tratamiento de la infección. Como en muchas otras comunidades, sean o no indígenas, las mujeres y los niños son especialmente vulnerables a la explotación y, por ende, al riesgo de infección por el VIH. Por muchos motivos, la marginación es un factor particularmente relevante en lo que respecta a los riesgos asociados al VIH.

Nuestra diversidad humana, una característica que debemos aprender a valorar y sostener, nos exige reconocer que cada comunidad tiene sus propios valores y prácticas. Es en este contexto donde debemos orientar nuestra búsqueda de formas efectivas de mitigar las repercusiones de la epidemia del VIH. Los pueblos indígenas tienen una perspectiva holística de la salud, que incluye las dimensiones física, social, mental, emocional y espiritual.

Todas estas dimensiones deben tenerse en cuenta y ponerse de relieve como base para determinar criterios eficaces para la atención de la salud de las personas indígenas. Por lo tanto, los programas sociales y de salud dirigidos a estas personas deben basarse en una comprensión de la cultura, las prácticas y las creencias de cada comunidad indígena. Los curanderos, por ejemplo, suelen desempeñar un papel primordial en muchas comunidades indígenas, ejerciendo una influencia determinante en su forma de entender la salud y el bienestar.

Otro problema que afecta a los pueblos indígenas es la falta de datos sobre el VIH/SIDA en sus comunidades. En el mundo se infectan cada día por el VIH casi 7.500 personas y mueren de SIDA 5.500, principalmente debido a la falta de servicios de prevención y tratamiento. Ahora bien, la disponibilidad del tratamiento del VIH/SIDA, aunque es muy limitada, está aumentando, por lo que se está comenzando a contrarrestar estas cifras exorbitadas. Debemos procurar que la recopilación de información sobre las personas indígenas que viven con el VIH/SIDA y el análisis de dicha información se sustenten en una perspectiva integral. Esta labor debe llevarse a cabo de una forma respetuosa con las necesidades de los pueblos indígenas que ellos mismos han determinado y a las que se hace referencia en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio representan una oportunidad de mejorar los programas de prevención y asegurar que las cuestiones indígenas se tengan en cuenta en las estrategias y los planes de acción. Se trata de cuestiones que están relacionadas con todos los aspectos de la prevención y el tratamiento del VIH. Insto a los Estados Miembros, los pueblos indígenas, el sistema de las Naciones Unidas y todos los actores pertinentes a que trabajen de forma solidaria para garantizar que se escuchen las voces de los indígenas y que estos participen en los procesos decisorios en todos los países. Ello nos servirá para determinar el número de personas indígenas que viven con el VIH y ayudar a estas a obtener acceso al tratamiento del VIH/SIDA, fijándonos como objetivo último el acceso universal.