Mujer camboyana de pie en un campo de cultivo.

Declaración de Audrey Azoulay, Directora General de UNESCO

La igualdad de género es una idea sencilla. Es la convicción de que las mujeres merecen los mismos derechos, las mismas oportunidades y los mismos conocimientos que los hombres. Es también la convicción de que las mujeres tienen tanto que aportar a la sociedad como a la solución de los problemas sociales.

Es el compromiso de derribar las barreras que han frenado a las mujeres durante demasiado tiempo. Sin embargo, a pesar de ser sencilla, la igualdad de género está resultando extraordinariamente difícil de alcanzar.

Hoy en día, ningún país del mundo puede presumir de haberla logrado. Al ritmo actual, harán falta casi 300 años para que todos los países lo consigan. Mientras tanto, según datos de la UNESCO, la inteligencia artificial privará de empleo a más mujeres que hombres de aquí a finales de esta década.

Se calcula que la crisis climática sumirá en la pobreza a 160 millones de mujeres de aquí a 2050.Para derribar las barreras a las que se enfrentan las mujeres, la UNESCO ha hecho de la igualdad de género una prioridad global de su acción.

Reconocemos la inestimable contribución que aportan las científicas, artistas, periodistas, educadoras y deportistas. Trabajamos para garantizar que todas las mujeres y niñas tengan las oportunidades que merecen. Y cada año, el 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de la Mujer para concienciar sobre estas cuestiones. El tema del Día este año es “Invertir en las mujeres para acelerar el progreso”. Esto significa elaborar, financiar y aplicar soluciones transformadoras para impulsar la igualdad de género y la sostenibilidad frente a los numerosos problemas y crisis mundiales. La UNESCO lo hace, de la mano de sus asociados, en todos los ámbitos de su mandato.

En primer lugar, para comprender mejor las repercusiones negativas que tiene la discriminación de género en las economías y las sociedades, la UNESCO ha elaborado un marco de resiliencia basado en el género, titulado “Empoderar a las mujeres por el bien de la sociedad”, en el que se subraya la importancia de acabar con las brechas de género en el trabajo, la innovación y el deporte, pero también en materia de liderazgo y adopción de decisiones, en línea con nuestro nuevo podcast que se lanza hoy: Leadership for Equality. En el ámbito de la educación, empoderamos a las mujeres enseñándoles las competencias que necesitan para lograr una mayor autonomía económica y social, por ejemplo, mediante nuestro programa insignia “Su educación, nuestro futuro”. Este año, en un documental que se estrenará el 7 de marzo, contamos la historia de cuatro niñas cuyas vidas han cambiado gracias a esta iniciativa.

También estamos decididos a garantizar que las mujeres y las niñas puedan prosperar en los campos científicos, sobre todo teniendo en cuenta que las mujeres solo representan un tercio del total de investigadores, según el Informe de la UNESCO sobre la ciencia. En 2022, para derribar barreras en el ámbito de las CTIM, apoyamos a 5 550 mujeres y niñas mediante tutorías, modelos de conducta y programas de desarrollo profesional. Y, desde 1998, a través del Programa L’Oréal-UNESCO “La Mujer y la Ciencia”, hemos reconocido a más de 4 200 científicas con talento en más de 140 países de todo el mundo.

También en las industrias creativas la UNESCO trabaja para crear oportunidades profesionales para las mujeres. Por ejemplo, con Walt Disney Company, nos hemos asociado con Women in Animation y su programa “Stories x Women” de 2024 a fin de ofrecer a una docena de animadoras —especialmente de África— la oportunidad de presentar proyectos en el Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy (Francia).

Por último, la UNESCO llama la atención sobre las difíciles condiciones a las que se enfrentan las periodistas —el 73 % de las cuales sufre violencia en línea, según nuestro estudio— y está trabajando con gobiernos, jueces, plataformas digitales y medios de comunicación para crear condiciones de trabajo más seguras y luchar contra el acoso en línea.

Lograr el empoderamiento de la mujer sigue siendo uno de los mayores retos de la humanidad y, al mismo tiempo, una inmensa oportunidad para desarrollar plenamente el potencial del género humano. Este año, en el Día Internacional de la Mujer, la UNESCO hace un llamamiento a la acción inmediata para lograr ya este cambio de paradigma.

Audrey Azoulay

Lograr el empoderamiento de la mujer sigue siendo uno de los mayores retos de la humanidad y, al mismo tiempo, una inmensa oportunidad para desarrollar plenamente el potencial del género humano. Este año, en el Día Internacional de la Mujer, la UNESCO hace un llamamiento a la acción inmediata para lograr ya este cambio de paradigma. Mensaje en el sitio web de UNESCO

 

Declaración de la Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva del Fondo de Población

Un futuro de paz y prosperidad depende del empoderamiento de las mujeres y las niñas. Hace treinta años, en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo, 179 países acordaron que esto era lo correcto y la vía necesaria para avanzar hacia el desarrollo mundial sostenible.

Desde entonces, las inversiones dedicadas a la salud y los derechos de las mujeres y las niñas han mejorado y salvado millones de vidas. En la actualidad, un tercio menos de mujeres que en 2000 mueren por complicaciones evitables relacionadas con el embarazo y el parto. El número de niñas que dan a luz durante la adolescencia también ha descendido un tercio durante el mismo período. Y el número de mujeres que utilizan anticonceptivos modernos se ha duplicado desde 1990.

Sin embargo, aunque las tendencias generales revelan avances sustanciales hacia la consecución de la igualdad de género, no reflejan la experiencia de los millones de personas que siguen quedándose atrás debido, en gran medida, a la desigualdad de género, que suele estar combinada con otras formas de discriminación. Las mujeres y las niñas con discapacidad, de minorías étnicas o raciales, o que se identifican como personas LGBTQI+, todavía encuentran impedimentos para disfrutar de su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Las mujeres atrapadas en situaciones de conflicto o desastres relacionados con el clima se encuentran con que los servicios de planificación familiar y de respuesta a la violencia de género tienden a desmoronarse precisamente cuando más falta hacen.

La consecución de un futuro más brillante para todas las personas, independientemente de quiénes sean y dónde se encuentren, requiere un apoyo ágil, sostenido y transversal a las mujeres y las niñas en todas partes, e invertir en ellas.

La buena noticia es que sabemos lo que funciona, y que es una gran inversión.

Según el análisis realizado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) y sus asociados del ámbito académico, 222.000 millones de dólares de nueva inversión garantizarían el fin de las muertes maternas evitables; eliminarían las necesidades insatisfechas de planificación familiar; y protegerían a las mujeres y las niñas contra la violencia de género y las prácticas nocivas en todas partes de aquí a 2030. Esta inversión transformaría millones de vidas.

Las niñas a quienes no se casa en la infancia tienen mayores posibilidades de terminar la escuela y obtener un empleo, lo que se traduce en billones de dólares en beneficios económicos para la sociedad. El aumento de la participación de las mujeres en el lugar de trabajo amplía su potencial de ingresos a lo largo de su vida, y puede impulsar el producto interno bruto (PIB) per cápita en casi un 20% por término medio. Las empresas que costean la salud sexual y reproductiva de su plantilla pueden aumentar la productividad hasta un 15% y reducir la fuga de talento hasta un 22%. Cuando invertimos en las mujeres y las niñas, todo el mundo sale ganando.

Sin embargo, pese a lo evidente de estos beneficios, las inversiones siguen siendo insuficientes: en 2017, menos del 1% de la ayuda mundial destinada a la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres fue a parar a organizaciones de mujeres. En 2022, menos de un 1% de la ayuda externa mundial se dedicó a erradicar la violencia de género. Solo un 1% de la investigación mundial en atención de la salud trata enfermedades específicas de la mujer, salvo en el caso de la oncología. Las mujeres y las niñas merecen más.

Tenemos una enorme deuda de gratitud con las mujeres de todo el mundo que han liderado el camino hacia la igualdad de género en el seno de sus familias, sus hogares, sus lugares de trabajo y sus comunidades. Mujeres como Safia*, sobreviviente de la mutilación genital femenina que perdió a una hija a causa de esta práctica y se negó a que la segunda se sometiera a ella; y Ngoma*, de 15 años, que se dedica a sensibilizar sobre la violencia sexual y de género, y está movilizando a su comunidad para que defienda los derechos de sus niñas.

Tenemos la obligación de realizar inversiones genuinas en las mujeres y las niñas para, por ejemplo, promover la educación secundaria; defender su liderazgo en el ámbito de las nuevas tecnologías; respaldar sus propias iniciativas innovadoras contra la violencia; y abrir más plataformas para escuchar su voz y ayudarlas a salvar vidas.

Solo mediante la inversión en la inclusión social, económica y política de las mujeres y las niñas lograremos fortalecer el tejido social y crear algo verdaderamente hermoso: un futuro que abarque a todas las personas.

Dra. Natalia Kanem

Solo mediante la inversión en la inclusión social, económica y política de las mujeres y las niñas lograremos fortalecer el tejido social y crear algo verdaderamente hermoso: un futuro que abarque a todas las personas.

Dra. Natalia Kanem, Directora Ejecutiva de UNFPA Mensaje en el sitio web de UNFPA

 

Declaración de Achim Steiner, Administrador del PNUD

 

Este año el tema del Día Internacional de la Mujer es “Invertir en las mujeres: acelerar el progreso”. Se trata de un recordatorio oportuno de que una financiación pública y privada suficiente y bien alineada será lo que en última instancia determinará que las personas tengan comida en la mesa, trabajo o acceso a la educación. Mientras que la riqueza mundial asciende a casi 500 billones de dólares de los Estados Unidos (USD; disponible en inglés), existe un marcado déficit en la financiación mundial que fluye intencionalmente hacia el avance de la igualdad de género; uno de los medios más poderosos para permitir que las personas salgan de la pobreza. Sin embargo, se necesitan 360.000 millones de USD (disponible en inglés) al año para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible. De hecho, se calcula que más de dos tercios de la riqueza mundial (disponible en inglés) está en manos de los países desarrollados. En verdad, la cuestión es dónde se gasta el dinero, quién lo gasta y quién se beneficia o no. Impulsar cambios en cuatro áreas clave será vital para reajustar el panorama financiero y garantizar que las mujeres puedan disfrutar de sus derechos.

En primer lugar, es fundamental apoyar a los países a lo largo de todo el ciclo de las finanzas públicas. Solo disponiendo del espacio fiscal adecuado podrá erradicarse la pobreza. Necesitamos un régimen fiscal mundial justo y sistemas impositivos verdaderamente progresivos que reduzcan la carga fiscal de las comunidades de bajos ingresos que, por lo general, son mujeres pobres. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) está prestando apoyo especializado a los ministerios de finanzas de todo el mundo, desde el replanteamiento de la forma en que se movilizan los recursos a través de los impuestos hasta la forma en que se conciben, ejecutan y supervisan los programas presupuestarios. La iniciativa EQUANOMICS del PNUD apoya a los ministerios de finanzas y a las autoridades fiscales de 26 países para que las políticas fiscales contribuyan a la igualdad de género. Incluye un laboratorio global de aprendizajes (disponible en inglés), cuyo objetivo es ayudar a economistas y responsables políticos a replantearse el futuro del trabajo, dotándolos de los conocimientos necesarios para dirigir los cambios estructurales que ahora necesitamos.

En segundo lugar, el mundo debe comprometerse a reestructurar urgentemente la deuda de los países en desarrollo como parte de una reforma más amplia de la arquitectura financiera internacional, que es crucial para que millones de mujeres y hombres puedan salir de la pobreza. También necesitamos una arquitectura de la deuda adecuada para la igualdad de género. Con docenas de países en desarrollo afectados por la crisis de la deuda, los hogares son los que absorben el impacto de los recortes del gasto social y los servicios públicos, y el trabajo no remunerado de las mujeres se convierte en un subsidio invisible.

En tercer lugar, necesitamos ministerios de finanzas, bancos centrales y autoridades fiscales eficientes, responsables y transparentes. Además, debemos abordar el hecho de que muchas iniciativas que promueven reformas institucionales para la igualdad de género están fragmentadas, lo que limita su impacto. De hecho, si las instituciones financieras públicas no están equipadas y prontas para el cambio, es posible que no puedan emprender ni mantener dichas reformas. Las reformas integrales requieren algo más que formación ad hoc o inversiones segmentadas en paridad. Es necesario trabajar con el ecosistema de las instituciones públicas. Por ello, iniciativas como el Sello de Igualdad de Género para Instituciones Públicas del PNUD están reconociendo a los ministerios de finanzas, las autoridades fiscales y otras instituciones comprometidas con la igualdad de género, al tiempo que las preparan para impulsar reformas fiscales sensibles al género.

Por último, mientras el mundo se enfrenta a los niveles más altos de conflictos violentos desde 1945, la falta de recursos financieros sigue siendo el obstáculo más grave y persistente para poner en práctica los compromisos mundiales (disponible en inglés) con la mujer, la paz y la seguridad de los últimos 15 años. De hecho, en contextos de crisis y conmoción, las mujeres tienen casi ocho veces más probabilidades que los hombres de ser pobres. Por esta razón, el PNUD trabaja como parte de la familia de las Naciones Unidas en países de todo el mundo. Desde el Afganistán, donde el PNUD ha apoyado a 75.000 empresas propiedad de mujeres (disponible en inglés) desde 2021, lo que ha dado lugar a la creación de unos 900.000 puestos de trabajo, hasta Côte d’Ivoire, donde trabaja junto a las mujeres para que reconstruyan sus vidas y perciban ingresos tras la violencia.

Con socios clave como ONU Mujeres, el PNUD va a invertir en las mujeres y construir economías paritarias para romper barreras y prejuicios, garantizando que las mujeres puedan liderar. Las mujeres, sus comunidades (y nuestra comunidad global, de hecho) no pueden permitirse esperar.

 

Achim Steiner

Con socios clave como ONU Mujeres, el PNUD va a invertir en las mujeres y construir economías paritarias para romper barreras y prejuicios, garantizando que las mujeres puedan liderar. Las mujeres, sus comunidades (y nuestra comunidad global, de hecho) no pueden permitirse esperar.

Achim Steiner, Administrador del PNUD Mensaje en el sitio web del PNUD

 

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