Mensaje del Secretario General sobre el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza

17 de octubre de 2006

El tema del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza de este año, "Juntos contra la pobreza", pone de relieve la necesidad de una alianza verdaderamente mundial en la lucha contra la pobreza, en la que participen de manera activa tanto los países desarrollados como los países en desarrollo.

El mundo ha realizado progresos reales, pero insuficientes, en la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio. Aunque la pobreza extrema disminuyó apreciablemente entre 1990 y 2002 -del 28% al 19% de la población del mundo en desarrollo-, los progresos han sido desiguales de unas regiones y unos países a otros y dentro de ellos. En gran parte de Asia, los avances económicos y sociales han permitido salir de una pobreza perpetua casi a 250 millones de personas. En cambio, las tasas de pobreza no han variado en Asia occidental y África del Norte, mientras que en las economías en transición de Europa oriental y Asia central han aumentado. El África subsahariana es la región más rezagada, donde es poco probable que se logre el objetivo de desarrollo del Milenio de reducir la pobreza extrema a la mitad para 2015.

Es preciso desplegar más esfuerzos para hacer frente a la pobreza y el subdesarrollo. Las negociaciones comerciales de Doha deben culminar en un comercio más libre y justo para todos. Los países desarrollados han de cumplir los compromisos asumidos en relación con la asistencia oficial para el desarrollo (AOD) y el alivio de la deuda. Por su parte, los países en desarrollo deben dar prioridad a los objetivos de desarrollo del Milenio y, si no lo han hecho todavía, adoptar estrategias nacionales por lograrlos. Deben emplear las corrientes de AOD para aumentar de manera sostenible sus capacidades nacionales, haciendo hincapié en una mejor gobernanza y el imperio de la ley. Y los países que ya están en camino de conseguir los objetivos pueden apuntar aún más alto fijándose metas incluso más ambiciosas.

Lamentablemente, la "alianza mundial para el desarrollo" es más teórica que práctica. Esta situación tiene que cambiar. Todos los agentes fundamentales del desarrollo -gobiernos, sector privado, sociedad civil y personas que viven en la pobreza- deben iniciar un esfuerzo verdaderamente colectivo contra la pobreza que eleve el nivel de vida y alivie los sufrimientos humanos.

La campaña destinada a hacer de la pobreza historia -un desafío moral básico de nuestra época- no puede ser tarea de unos pocos; debe congregar a la mayoría. Con ocasión de este Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, exhorto a todos a que se sumen a la lucha. Juntos podemos realizar progresos reales y suficientes para acabar con la pobreza.

 

 
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