Declaraciones

Discurso pronunciado en la reunión de alto nivel de la Asamblea General sobre el VIH/SIDA

Nueva York, 10 de junio de 2008

Señor Presidente:
Excelentísimos señores:
Damas y caballeros:

Hace dos años, los Estados Miembros de las Naciones Unidas se comprometieron a avanzar en los esfuerzos por lograr para 2010 el acceso universal a la prevención, el tratamiento, la atención y el apoyo en la lucha contra el VIH.

Hoy nos hemos reunido para examinar en qué medida se ha cumplido ese compromiso.

Como indica claramente el informe que presenté a la Asamblea General, se han registrado algunos logros importantes.

A finales del año pasado, tres millones de personas de países de ingresos bajos y medianos recibían tratamientos antirretrovirales, lo que les permitía vivir más tiempo y disfrutar de una mejor calidad de vida.

Se observan tendencias alentadoras en la prestación de servicios de salud a las mujeres y los niños. Ha aumentado el número de madres que tienen acceso a intervenciones para prevenir la transmisión del virus a sus hijos, así como el número de niños infectados por el VIH que se benefician de programas de tratamiento y atención.

Esto demuestra lo que puede lograrse con voluntad política y lo que podemos hacer cuando hay un compromiso firme y recursos para obtener resultados tangibles.

No obstante, el año pasado se produjeron 2,5 millones de nuevas infecciones por el VIH y hubo más de dos millones de muertes. El número de personas que necesitaban tratamiento antirretroviral, pero no lo estaban recibiendo, era el doble de las que sí lo recibían.

Esta situación es inaceptable.

El desafío que tenemos por delante consiste en continuar la labor que hemos iniciado, subsanar las deficiencias existentes y redoblar nuestros esfuerzos en los años venideros.

Sólo lograremos cumplir nuestro cometido si mantenemos y aumentamos nuestro grado de compromiso y niveles de financiación. Asegurémonos de que así sea.

Excelentísimos señores:

Este es un año histórico por varias razones. En septiembre nos reuniremos en esta Asamblea para examinar los progresos alcanzados en la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio, tras haber superado la primera mitad del plazo que termina en 2015.

Detener y reducir la propagación del SIDA no sólo constituye un objetivo en sí mismo, sino que es también una condición necesaria para lograr casi todos los demás objetivos.

Los resultados que obtengamos en la lucha contra el SIDA repercutirán en todos nuestros esfuerzos por reducir la pobreza y mejorar la nutrición, reducir la mortalidad infantil y mejorar la salud materna y frenar la propagación de la malaria y la tuberculosis.

De manera recíproca, los avances hacia el logro de los demás objetivos —desde la educación hasta el empoderamiento de las mujeres y las niñas— son esenciales para avanzar en la lucha contra el SIDA.

Este año también se conmemora el sexagésimo aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

Es vergonzoso que, seis decenios después de que se aprobara la Declaración, aún se discrimine a las personas que se encuentran expuestas a un mayor riesgo, como los hombres que mantienen relaciones homosexuales, o se estigmatice a las personas que viven con el VIH. Esta situación no sólo hace que la infección por el virus se oculte y se propague sigilosamente; es igualmente importante el hecho de que constituye una afrenta para nuestra común humanidad.

Una de las experiencias más conmovedoras de mi labor como Secretario General han sido las reuniones con UN Plus, el Grupo de Funcionarios Seropositivos del Sistema de las Naciones Unidas, integrado por personas magníficas, valerosas y motivadas. Estoy decidido a convertir a las Naciones Unidas en un lugar de trabajo modelo que los acoja sin reparos, a ellos y a todos nuestros funcionarios que viven con el VIH.

Exhorto a que, en todo el mundo, se modifiquen las leyes que perpetúan la estigmatización y la discriminación, incluidas las restricciones a los viajes de las personas que viven con el VIH.

Por último, permítanme concluir con unas palabras de agradecimiento. Esta es la última reunión de alto nivel de la Asamblea General a la que asistirá el Dr. Peter Piot como Director Ejecutivo del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA). Permítanme rendir un homenaje a este líder incansable, que se ha mantenido en la vanguardia de la lucha contra el SIDA desde los primeros tiempos de la epidemia, y que ha hecho del ONUSIDA un ejemplo vivo de la reforma de las Naciones Unidas, en el mejor y más estricto sentido de la palabra.

Necesitamos más líderes como Peter en todos los sectores de la sociedad para seguir avanzando en la lucha contra el SIDA. Ojalá que todos estemos a la altura de esta misión en los difíciles años que tenemos por delante.

Muchas gracias.