ONUBienvenidos a las Naciones Unidas. ¡Es su mundo!
 

* en inglés

OBSERVACIONES DEL EXCMO. SR. MIGUEL D’ESCOTO BROCKMANN, PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA GENERAL, EN EL CONCIERTO ORGANIZADO CON OCASIÓN DEL DÍA DE LAS NACIONES UNIDAS, PRESENTADAS POR EL EXCMO. SR. HUGO SILES, REPRESENTANTE PERMANENTE DE BOLIVIA ANTE LAS NACIONES UNIDAS Y VICEPRESIDENTE DE LA ASAMBLEA GENERAL

Es para mí un honor dar lectura al mensaje del Excelentísimo Señor Miguel d’Escoto, Presidente del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General. El Padre Miguel lamenta mucho no poder estar con nosotros esta noche, ya que se encuentra de viaje. Su mensaje es el siguiente: Desearía poder estar con ustedes esta noche. En estos tiempos de gran tensión e inquietud, ciertamente disfrutaría de una velada con Yo-Yo Ma y me resultaría inspiradora la música del Silk Road Project.

Esta es una forma muy especial de celebrar el día en que entró en vigor la Carta de las Naciones Unidas. Yo-Yo Ma es conocido en todo el mundo como un virtuoso del violonchelo. Menos conocida es su faceta de Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas. Es un hombre que, a través de su maravillosa música, puede transmitir los valores de las Naciones Unidas e inspirar nuestro compromiso con ellos. La compasión, la cooperación y la comunicación, la fortaleza a través de la diversidad – estos son algunos de los valores que parecen estar ausentes o carecer de importancia en las relaciones internacionales, pero son valores en los que deberían sustentarse todos los emprendimientos de nuestra gran Organización.

Esta noche, reflexionemos sobre las inmensas posibilidades que se nos ofrecen a pesar de estos tiempos difíciles. Soñemos un poco. Pensemos en los músicos de Silk Road como si fueran una especie de asamblea general, formada por 19 miembros en lugar de 192. Son músicos de diferentes orígenes y países, que se reúnen, superan sus diferencias y adoptan el idioma universal de la música. Como profesionales y artistas, dejan a un lado sus recelos y sus intereses privados y aportan su talento para colaborar en la interpretación de una música bella e inspiradora.

¿Es tan imposible reproducir aquí, en este Salón, esta cooperación y colaboración en beneficio de todos?

Creo que los pueblos del mundo anhelan una inspiración y colaboración de este tipo. Quieren sentirse conmovidos y escuchar una melodía. Incluso hoy, después de tantas desilusiones y amargas traiciones, miles de millones de personas siguen depositando su confianza y expectativas en las Naciones Unidas. Han confiado a las Naciones Unidas nuestro futuro común. ¿Cómo podemos traicionar esta confianza sagrada?

En mi calidad de Presidente del sexagésimo tercer período de sesiones de la Asamblea General, a veces desearía poder tomar las riendas de este órgano, la verdadera orquesta mundial. Eso, por supuesto, es imposible. Pero con un poco de coordinación, de promoción del acercamiento entre las personas, y de atención a las voces diversas, podemos intentar crear cierta armonía a partir de tantas notas discordantes. Estos son desafíos que asumo con gusto. Esta noche, inspirémonos en la belleza y las ilimitadas posibilidades que nos brinda la combinación de nuestros talentos humanos.