Tegucigalpa

16 July 2014

Secretary-General's message to Conference on Unaccompanied Child Migrants (scroll down for Spanish version)

Ms. Consuelo Vidal, UN Resident Coordinator

I am grateful to the Government of Honduras for hosting this important and timely conference. 

I am deeply concerned about the plight of unaccompanied child migrants from Central America -- an urgent humanitarian situation affecting tens of thousands of children.  Unaccompanied minors, including those under seven years of age, are making this dangerous journey, often relying on unscrupulous human smuggling networks that expose them to harm, exploitation and abuse.

In the Declaration of the United Nations High-level Dialogue on International Migration and Development last year, Member States “reaffirmed the need to promote and protect effectively the human rights and fundamental freedoms of all migrants, regardless of their migration status, especially those of women and children”.

I therefore call upon the Governments of the countries concerned, whether of origin, transit or destination, to urgently protect the human rights of migrant children, most importantly their life and physical integrity as laid out in relevant international legal standards.

The present situation calls upon us to find compassionate and comprehensive solutions to a number of crucial issues:

First, it is important to address the needs of minors currently in transit or in government custody after crossing an international border.  In all cases, their dignity and human rights must be protected.  It is becoming increasingly clear that there is a particular need to establish robust protection mechanisms for children and other groups affected by violence and impunity in the region.  We also need to prevent and respond to the risk of human trafficking by sensitizing both parents and children about the dangers of irregular, un-planned migration and in relying upon often inaccurate claims and information.

Second, we must better understand and address the root causes behind the current phenomenon.  Poverty and inequality are longstanding issues in the region and lie at the source of established migration patterns.  In addition, we need to grapple with the severe problem of citizen security and the pernicious role of criminal groups in the region forcing countless youths into displacement in search of international protection. 
Public security problems have thrived in contexts of weak institutions, poor rule of law and impunity.  Leaders from Central America have drawn repeated attention to this security challenge and have requested international support. We must all recognize that we have a vested interest in providing such support.
     
Lastly, we must help countries offer a better and more secure future to their younger generations.  We must support state institutions, public policies and resources in shaping societies that provide opportunities and a life of dignity for our children.

I hope that today’s conference will provide a forum for a well-needed dialogue amongst affected states on how to better protect these vulnerable children. The United Nations system stands ready to continue supporting you and offer its expertise.

Thank you.

*****

[Mensaje pronunciado por la Sra. Consuelo Vidal, Coordinadora Residente de las Naciones Unidas]

Agradezco al Gobierno de Honduras por auspiciar esta conferencia importante y oportuna.

Me preocupa profundamente la grave situación de los niños migrantes no acompañados procedentes de América Central -- una situación humanitaria urgente que afecta a decenas de miles de niños. Los menores no acompañados, incluyendo aquellos menores de siete años, están haciendo este peligroso viaje, confiando a menudo en redes, sin escrúpulos, de tráfico de personas que los exponen a lesiones, explotación y abusos.

En la Declaración del Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la Migración Internacional y el Desarrollo, celebrado el año pasado, los Estados Miembros reafirmaron la necesidad de promover y proteger con eficacia los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes, independientemente de su estatus migratorio, en particular los de las mujeres y los niños.

Por consiguiente, hago un llamamiento a los Gobiernos de los países afectados, ya sean países de origen, tránsito o destino, para que protejan con urgencia los derechos humanos de los niños migrantes, sobre todo su vida e integridad física, de acuerdo con lo establecido en las normas jurídicas internacionales pertinentes.

Esta situación nos exige hallar soluciones compasivas e integrales para algunas cuestiones cruciales:

En primer lugar, es importante atender las necesidades de los menores que se encuentran en tránsito o detenidos por los Gobiernos después de cruzar las fronteras internacionales. En todos los casos, su dignidad y sus derechos humanos deben ser protegidos. Es cada vez más evidente que existe una necesidad particular de establecer mecanismos sólidos de protección para los niños y otros grupos afectados por la violencia      e impunidad  imperante en la región. También debemos prevenir y responder al riesgo de la trata de personas sensibilizando tanto a los padres como a los niños acerca de los peligros de la migración irregular no planificada y de confiar en afirmaciones e información inexactas.

En segundo lugar, debemos comprender mejor y atacar las causas fundamentales de este fenómeno. La pobreza y la desigualdad son problemas de larga data que afectan a la región y que constituyen el origen de las rutas de migración establecidas. Además, necesitamos encarar el grave problema de la seguridad ciudadana y el papel pernicioso de los grupos delictivos de la región que obligan a innumerables jóvenes a desplazarse en busca de protección internacional. Los problemas de seguridad pública se han agudizado en contextos de debilidad institucional, deficiencias del estado de derecho e impunidad. Los dirigentes de América Central han señalado en reiteradas oportunidades estos riesgos para la seguridad y han solicitado apoyo internacional. Todos debemos reconocer que tenemos un interés particular en proporcionar ese apoyo.

Por último, debemos ayudar a los países a ofrecer un futuro mejor y más seguro para sus generaciones más jóvenes. Debemos apoyar para que las instituciones estatales, las políticas y los recursos públicos ayuden a configurar sociedades que proporcionen oportunidades y una vida digna para nuestros niños.

Espero que esta conferencia sirva de foro para la celebración de un diálogo tan necesario entre los Estados afectados acerca de la manera de proteger mejor a sus niños y jóvenes vulnerables. El sistema de las Naciones Unidas está dispuesto a continuar prestándoles apoyo y a ofrecer sus conocimientos especializados.

Muchas gracias.