INTERVENCION DEL REPRESENTANTE PERMANENTE, EMBAJADOR  DE EL SALVADOR

VICTOR MANUEL LAGOS

 

 

Mérida 10 de diciembre de 2003

 

Señor Presidente, Señores Delegados:

 

Permítame expresarle, en nombre del Pueblo y Gobierno de El Salvador, nuestras más sinceras felicitaciones por su elección para conducir esta Conferencia, así como nuestros agradecimientos al Gobierno de México y a las autoridades y el pueblo de Yucatán, y en particular de su capital, Mérida por sus cálidas atenciones como anfitriones de la misma.

 

Asimismo, expresamos nuestro reconocimiento a la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito y muy en particular al Comité Especial encargado de elaborar y negociar la Convención de Naciones Unidas Contra la Corrupción, que este día nos enorgullece suscribir en nombre de mi país.

 

Señor Presidente:

 

Luego de un dia de debates, coincidimos en afirmar que el fenómeno de la corrupción involucra tanto al sector público como al sector privado, trasciende fronteras y pone en riesgo a la sociedad internacional en su conjunto, sin distinguir entre naciones desarrolladas o en desarrollo.

 

La corrupción afecta gravemente las estructuras de las sociedades, atenta contra las democracias y genera desestabilización institucional, constituye un grave obstáculo para la movilización y asignación eficiente de recursos y pone en peligro el desarrollo social, económico y político de las naciones.

 

Por todo ello, la naturaleza transnacional del fenómeno de la corrupción reclama una respuesta conjunta de los Gobiernos, los organismos internacionales, los organismos no gubernamentales y la sociedad civil. Ahora, con la Convención de Naciones Unidas, contamos con el instrumento para hacer esto una realidad.

 

Con fundamento en este instrumento, para nosotros será posible continuar identificando y formulando políticas de prevención, y posibilitará el adecuar o crear normas nacionales, según sea el caso, para combatir eficazmente este flagelo. Por otra parte se convierte en un firme compromiso ante la comunidad internacional para hacer llegar ante la justicia a quienes incurran en delitos de esa naturaleza.

 

Señor Presidente:

 

En mi país, después de diez años de la suscripción de los Acuerdos de Paz que pusieron fin al conflicto armado interno y que dieron inicio a una nueva realidad, nuestro proceso democrático se ha venido consolidando progresivamente y se perfila en la consecución de una mayor transparencia en la gestión gubernamental, lo que se fundamenta en el firme deseo de todos los y las salvadoreñas.

 

El Gobierno de El Salvador comparte la convicción que es necesario prevenir y reprimir el fenómeno de la Corrupción, en todos los ámbitos de la vida, a través de estrategias y políticas de largo plazo basadas principalmente en la transparencia y la probidad.

 

Ello nos ha llevado a mantener una férrea posición en contra de este flagelo y que es manifestada en los diferentes foros a través del apoyo a las iniciativas presentadas para combatirlo En lo regional, somos parte de la Convención Interamericana contra la Corrupción y hemos venido ajustando la legislación nacional de conformidad a lo establecido en ese instrumento regional.

 

La Alianza por la Seguridad del Plan de Gobierno del Presidente Francisco Flores, estableció un programa institucional denominado Seguridad Jurídica en la Administración Pública, el cual incluye el combate a la Corrupción a través de la creación de mecanismos innovadores en el accionar del Sector Público.

 

El combate a la corrupción es atendido desde la Vicepresidencia de la República. La Fiscalía General de la República, cuenta con un departamento especializado que atiende los delitos de corrupción. En la Policía Nacional Civil se han creado unidades especializadas de investigación. En la Corte Suprema de Justicia, funciona una Comisión de Probidad integrada por magistrados de ese órgano y que trabaja actualmente en un proyecto de ley destinado a evitar el enriquecimiento ilícito en el órgano Judicial.

 

Por otra parte, se cuenta con leyes nacionales cuya aplicación introduce métodos y criterios modernos compatibles con la modernización del Estado, adoptando nuevas formas de auditoria gubernamental como herramienta de control de la hacienda pública con base a la independencia presupuestaria para el cumplimiento pleno de sus atribuciones.

 

Se ha dictado legislación que regula un sistema coordinado de administración financiera del sector público con criterios de probidad, a través de un marco normativo básico y orgánico que contribuye a la consecución permanente de la estabilidad macroeconómica y al control eficiente y correcto del gasto público.

 

Señor Presidente:

 

Nuestra presencia en esta Conferencia de Alto Nivel, ilustra el alto compromiso de mi Gobierno para adoptar como nuestro este nuevo instrumento internacional. Nuestro principal objetivo será ahora proceder a dar los pasos legislativos respectivos para que, junto a las declaraciones que de acuerdo de a nuestro ordenamiento jurídico sean necesarios, la podamos ratificar cuanto antes.

 

A partir de ahí, estableceremos con todas instancias nacionales responsables, un Plan de Acción que asegure la implementación de la Convención contra la Corrupción. Para ello, necesitaremos del concurso de toda la comunidad internacional, por lo que todos los ofrecimientos de cooperación que hemos escuchado durante esta conferencia son muy bienvenidos.

 

En particular, estamos seguros de poder contar desde ya con el apoyo de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, a través de su Representación Regional para México y América Central, con la cual siempre hemos tenido una fructífera colaboración.

 

Muchas Gracias.