Loor a Dios La oración y el saludo sean sobre nuestro
señor Enviado de Dios, sobre su familia y compañeros
Señor Presidente,
Majestades,
Altezas, Excelencias,
Señor Secretario
General, Señoras y Señores,
En primer lugar, Señor
Presidente, quisiera felicitarle por su unánime elección a la
presidencia de la presente sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, asegurándole, en nombre del Reino de Marruecos y del Grupo de los 77 más China, nuestro total apoyo
para aportar el éxito a esta importante sesión.
Conscientes de la
importancia y sensibilidad del momento que estamos atravesando, un gran número
de Jefes de Estado y de Gobierno se han empeñado en responder a la invitación
cursada por el Señor Secretario General de nuestra
Organización. Quiero expresar aquí mi consideración hacia el Señor
Kofi Annan por los esfuerzos que constantemente está desplegando con el fin de aportar mayor consolidación a la eficiencia de
la Organización.
Al tomar la
palabra desde esta insigne tribuna, recuerdo con profunda emoción la llamada y las iniciativas de mis venerables abuelo y padre, Sus Majestades los Reyes Mohatnmed V y Hassan II, Dios
tenga sus almas en su Santa Misericordia, para conjugar los esfuerzos
de la Comunidad Internacional con el fin de acelerar la descolonización,
sobre todo en el Magreb Árabe y en África,
así como para apoyar los principios de la paz, de la convivencia, de la apertura
y de la moderación.
Así pues, nuestra
acción internacional buscó
constantemente la inspiración en tales
virtudes. a las. que exhortaron los fundadores de nuestra Organización,
con el fin de enriquecer el patrimonio cultural que la
humanidad pudo alcanzar a través de las mismas, en pro de la
preservación de la dignidad del hombre y
para garantizar la igualdad en los derechos y deberes, tanto entre hombres y mujeres, como entre las naciones y entre
los pueblos, cualquiera que fuera su
tamaño, en el seno de la legalidad internacional, de la libertad y de la solidaridad.
Si realmente apreciamos los
resultados positivos y concretos logrados por nuestra Organización; el celo por su noble
misión nos lleva a preguntarnos: ¿hasta qué punto la misma consiguió extender la paz,
contribuir eficazmente en la
realización del desarrollo sostenible y resolver los conflictos resultantes, en gran medida,
del desgarro que afectó las entidades históricas de naciones y pueblos colonizados, sobre
todo en nuestro continente africano?
En este contexto, me gustaría
expresar el firme compromiso asumido por Marruecos para aportar una solidaridad
efectiva con
los Estados africanos hermanos, y consolidar la cooperación con los mismos en los dominios de la política, seguridad, economía
y sociedad, así como apoyando las iniciativas africanas constructivas. En este
ámbito, quisiera
invitar a la Comunidad Internacional a ofrecer su respaldo concreto a la
estrategia del NEPAD que aspira a realizar el desarrollo sostenible del continente africano,
apoyándose en la armonía de sus componentes
subregionales.
Señor Presidente,
La "Declaración del
Milenio" ha supuesto un decisivo viraje en la consagración
el papel de la ONU en el dominio del desarrollo sostenible, a través de la unanimidad conseguida, por
primera vez, en
torno a objetivos precisos
y cifrados que se extienden hasta el año 2015. Con el fin de llevar a la práctica los compromisos de la
Comunidad Internacional, se organizaron varios congresos importantes de la ONU.
Desde el mes de enero pasado,
me he empeñado para que la presidencia del Grupo de los 77 más China otorgue la
prioridad a la misión de seguimiento y aplicación integrada de tales compromisos.
Por iniciativa de nuestro
Grupo, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó, por unanimidad en enero pasado, una decisión a este
respecto, en espera de una evaluación
global durante el año 2005.
Si nuestro Grupo ha obrado para que las
cuestiones de desarrollo estén en el centro de las preocupaciones de la ONU, la
tensión que prevalece en Oriente Medio nos ha llevado a dedicar la mayor parte de
nuestros esfuerzos a hacer frente
a los enormes peligros que amenazan la paz mundial.
A pesar de los esfuerzos
desplegados, tanto por las Naciones Unidas, como por el Cuarteto internacional, a través de la
"hoja de ruta" para resolver la cuestión palestina, la permanencia de la
lógica de la violencia y de la inflexibilidad sigue
obstaculizando la realización de la paz y la eliminación de la privación y de la injusticia sufridas por
el pueblo palestino hermano, cosa que requiere un compromiso más decisivo por
parte de la Comunidad Internacional para poder aplicar definitivamente la hoja
de ruta.
En mi calidad de Presidente del
Comité al-Qods, quiero expresar mi total disposición a participar en la búsqueda de una
solución justa y definitiva que permita
establecer un Estado palestino viable, con su capital en la ciudad santa de al-Qods, y que pueda
convivir lado. a lado con el Estado de Israel en el seno de una paz global, justa y duradera. Esto requiere también la retirada
de Israel de todos los territorios árabes
ocupados, para que esta región pueda recuperar su misión civilizadora, en tanto que tierra de
convivencia religiosa y cultural.
Dentro del mismo contexto,
Marruecos invita a conjugar los esfuerzos internacionales, para que el pueblo
iraquí hermano pueda vivir en seguridad, estabilidad y libertad, y reconstruya su país, dentro del total respeto de sus opciones, de su soberanía, y de
su unidad nacional y territorial.
Señor Presidente,
El espacio mediterráneo sufre
las consecuencias negativas de estas crisis. Por ello consideramos que la cooperación euromediterránea constituye un
elemento
esencial en la realización de la estabilidad, seguridad y desarrollo en la región.
En este contexto, Marruecos
considera que la edificación de la Unión del Magreb Árabe es un objetivo estratégico para
aportar la paz y el desarrollo a sus miembros, lejos de toda tendencia a la
balcanización, y en total respeto de los constituyentes nacionales de todos sus
Estados.
Velando por preservar las relaciones de buena
vecindad, Marruecos ha procedido a atenuar la
tensión artificialmente creada en sus fronteras, a través de una verdadera
acción de búsqueda de una solución consensuada a la cuestión del Sahara marroquí.
Sin embargo,
los esfuerzos desplegados en favor de un arreglo, han mostrado la imposibilidad de archivar definitivamente
este dossier sin proceder a la búsqueda de una solución política realista y
definitiva, conforme
a los principios
democráticos, en el marco del respeto de la soberanía del Reino de Marruecos y de su
unidad territorial, tal y como ha propuesto la ONU en junio de 2001.
En este dominio, de nuevo, quiero reiterar
oficialmente el compromiso de Marruecos de cooperar con la ONU con el fin de alcanzar esta solución.
Señor Presidente,
A partir de los acontecimientos
del 11 de septiembre, la Comunidad Internacional se ha comprometido decisivamente en la lucha contra el terrorismo internacional, contrario a los
sagrados valores de la humanidad.
Marruecos, otro objetivo
alcanzado por el terrorismo
abominable el pasado
mes de mayo, en un intento frustrado para atentar contra su opción democrática y su
inquebrantable adhesión a los valores de la libertad, de la tolerancia y de la
apertura, insiste sobre la necesaria ampliación y consolidación de la
cooperación internacional, con el fin de desarraigar esta lacra.
Desde lo más alto de esta
tribuna, quiero expresar mi fuerte condena a la persistencia de determinadas
partes que mezclan terrorismo e Islam. El Islam es una invitación a la paz y a la dignificación
del ser humano, así como a la prohibición de la injusticia y agresión.
En el seno' de esta crítica situación
internacional, la Organización de las Naciones
Unidas se ve enfrentada a retos polifacéticos y a enormes peligros. Con el fin de poder
afianzar el exclusivo papel de nuestra Organización de fijar las relaciones
entre los Estados, urge volver al concepto de universalismo en su sentido original, que se
refleja en la igualdad de todos ante los mismos principios legales y morales, y la solidaridad
eficaz entre todos los pueblos y naciones.
La humanidad conseguirá tales
objetivos cuando movilice sus voluntades y resucite el espíritu de optimismo y confianza
en la Organización de las Naciones Unidas para
que pueda recobrar su gloria y
eficacia, comprometiéndose con la consolidación de sus medios y con el apoyo de su acción. Ante Nuestra Majestad hallarán Ustedes un
fuerte apoyo para forjar" colectivamente
un mundo más seguro, más justo y más humano.
El saludo, la bendición de Dios el Altísimo y sus
gracias, sean con vosotros.