EL SALVADOR
 

INTERVENCION

 DE

SU EXCELENCIA MARÍA EUGENIA BRIZUELA DE ÁVILA
MINISTRA DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPUBLICA DE EL SALVADOR

 EN EL DEBATE GENERAL DEL QUINCUAGÉSIMO SEXTO PERIODO ORDINARIO
 DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS
NUEVA YORK, 14 DE NOVIEMBRE DE 2001

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Señor Presidente:

Le expresamos nuestras felicitaciones por su elección para presidir este período de sesiones, deseándole los mejores éxitos en el cumplimiento de su mandato; así como nuestro reconocimiento a Su Excelencia, Señor Harri Holkeri, por la labor que realizó en el período anterior.

A nuestro Secretario General, Kofi Annan, le externamos las más sinceras felicitaciones por su reelección unánime para un segundo mandato al frente de la Organización, hecho que constituye un amplio reconocimiento a su capacidad, liderazgo y firme determinación para promover los propósitos y principios de la Carta, lo cual ha sido justamente reconocido al habérsele otorgado, conjuntamente con las Naciones Unidas el Premio Nobel de la Paz.
 

Señor Presidente:

La delegación de El Salvador estima que los deplorables e irracionales actos terroristas contra el pueblo y Gobierno de los Estados Unidos, los cuales hemos repudiado y condenado oportunamente y que reiteramos en este foro, nos han evidenciado que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones es una grave amenaza para la paz, la libertad y la democracia; y que dada su naturaleza especial, hace imprescindible aunar voluntades y esfuerzos para luchar y erradicar dicho flagelo.

Estos actos de terrorismo nos han afectado a todos directamente, porque los mismos son un atentado contra la civilización, que se basa en los valores y principios contenidos en la Carta de la Organización. De hecho, este tipo de actos han afectado no sólo la paz y la seguridad internacionales, sino también el crecimiento y desarrollo de nuestras economías. En vista de ello, los países aquí representados no debemos permitir que grupos minoritarios dobleguen el espíritu democrático de nuestros pueblos y creen situaciones de incertidumbre y temor permanente por medio de hechos violentos o amenazas contra los más elementales principios de convivencia humana.

Precisamente, las normas de convivencia humana son las que sustentan y dan sentido a la paz, la libertad y al desarrollo de la humanidad, independientemente de las ideologías, las culturas, las razas o las religiones. Coincidimos con muchas delegaciones, que la lucha contra el terrorismo no debe considerarse, ni mucho menos interpretarse, coma una lucha entre civilizaciones, ni tampoco entre naciones.

De conformidad con las decisiones adoptadas por la comunidad internacional, el Gobierno de El Salvador está tomando las medidas adecuadas para cumplir con las disposiciones enunciadas en las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General y otras acciones determinadas a nivel regional y continental. Es oportuno mencionar que a nivel centroamericano la Comisión de Seguridad ha adoptado un ambicioso -plan de acción para actuar conjuntamente en la lucha contra el terrorismo.
 

Señor Presidente:

Con relación a nuestra situación nacional, en diferentes oportunidades hemos reiterado el compromiso y la voluntad política del Gobierno de El Salvador para enfrentar con eficacia los desafíos en la construcción del desarrollo humano sostenible. Mucho hemos avanzado en la última década.

Sin embargo, como es de todos conocido, este año lo iniciamos con graves desastres naturales. Los dos terremotos de enero y febrero sacudieron los cimientos de la sociedad salvadoreña, ya que un 25% de la población resultó damnificada y se perdió un 13% del Producto Interno Bruto. Los efectos devastadores de los terremotos se extendieron al ámbito económico y social obligándonos a implementar un programa de emergencia, que significó cambiar y adecuar el plan de gobierno, de conformidad a las nuevas prioridades, orientando los limitados recursos financieros del Estado hacia la reconstrucción.

Aunado a ello, se registró una baja sin precedentes en los precios internacionales del café, nuestro principal producto de exportación y se sufrió una sequía de grandes proporciones que afectó la producción agrícola, base de sustentación de nuestra economía.

Es por ello, que estimo fundamental reiterar nuestro especial reconocimiento y agradecimiento a todos los países y organizaciones internacionales que nos brindaron su valiosa ayuda durante estos desastres naturales, en particular al Programa Mundial de Alimentos, por su efectiva labor para aliviar los problemas alimentarios de considerables sectores de la población afectados por la sequía.
 

Señor Presidente:

Para el Gobierno de El Salvador, es de trascendental importancia referirse en esta fecha a un hecho que ha significado un punto de inflexión en la historia nacional y que al mismo tiempo constituye un éxito, en el contexto de las Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas, por ser la primera misión con carácter multidisciplinario en la solución de un conflicto interno, como es el caso salvadoreño.

Deseo destacar con gran satisfacción, que el próximo 16 de enero de 2002, se cumplirán diez años de la histórica firma de los Acuerdos de Paz de El Salvador, que dieron formalmente por finalizado el conflicto armado que flageló a nuestra sociedad durante doce años, y en cuyo proceso se contó con la participación activa del Secretario General de las Naciones Unidas, ejerciendo una importante labor de intermediación en el proceso de negociaciones y de verificación del cumplimiento de todos los compromisos acordados entre las partes.

Desde esa fecha hasta el presente, hemos vivido un proceso que podemos separar en dos etapas: una, el período de transición de la guerra a la paz y otra, de la paz a la democracia, en los que realizamos grandes esfuerzos para cumplir con los compromisos de los Acuerdos, a fin de lograr la paz, la democracia, el respeto y protección de los derechos humanos, la reconciliación nacional y la reunificación de la sociedad salvadoreña, habiéndose alcanzado transformaciones cualitativas en dichos campos.

Para el Gobierno de El Salvador, como parte signataria y ampliamente interesada en el fiel cumplimiento de los Acuerdos, ha sido satisfactorio haber comprobado el éxito logrado en la ejecución de los compromisos, llevando a la práctica una política constructiva que nos ha permitido concluir temas sensitivos y complejos, de la que pueden dar fiel testimonio los miembros de la comunidad internacional, especialmente los paises donantes y las Naciones Unidas.

En el cumplimiento de los Acuerdos de Paz, asumimos todos los salvadoreños nuestras obligaciones con la seriedad y responsabilidad que ello demandaba, en atención al significado solemne, y a los alcances que dicho cumplimiento representaba para las aspiraciones y expectativas que se habían trazado, tanto internas como la comunidad internacional, y es por ello que sentimos una gran satisfacción, porque al haber cumplido con nuestras obligaciones, no hemos defraudado la confianza de quienes fueron solidarios y apoyaron en todo momento nuestro proceso.

Ahora más que nunca se abren nuevas posibilidades para que todos los sectores del país, con una visión de nación, de cara al futuro mediante una responsabilidad compartida, asumamos el nuevo reto que implica continuar consolidando la democracia y promoviendo el desarrollo económico y social.
Consecuentemente, estamos comprometidos a continuar el proceso de modernización y fortalecer las instituciones democráticas, conforme a la estrategia de desarrollo sostenible, cuyo centro y destino es el mejoramiento de la calidad de vida de todos y cada uno de los salvadoreños.
 

Señor Presidente:
 

En un mundo globalizado e interdepend¡ente, cualquier situación que afecta la economía de los países industrializados y de los emergentes, incide significativamente en las condiciones del resto de países de la comunidad internacional. Por tal razón, la tendencia hacia la desaceleración en esas economías se vuelve preocupante para nuestros países, por los efectos contraproducentes que tiene para promover el progreso económico y mantener la estabilidad social.
En ese contexto, es esencial poner atención a los problemas que caracterizan el orden económico internacional y evitar que éstos puedan incrementar su dimensión para constituirse en causas generadoras de nuevos conflictos, especialmente en los países en desarrollo, por lo que esperamos que los resultados de la reunión de la Organización Mundial de Comercio en Doha, Qatar, sean beneficiosos para los países en desarrollo.

Es oportuno mencionar, que durante la participación del Señor Presidente de El Salvador, Francisco Flores, en la Cumbre del Grupo de los Ocho, celebrada en Génova, Italia, el pasado 10 de junio, éste expresó las inquietudes y preocupaciones sobre los graves problemas actuales y las aspiraciones que tenemos como paises en desarrollo para promover el progreso de nuestros pueblos. En esa ocasión, el Presidente Flores planteó que no queríamos dádivas, ni concesiones basadas en criterios paternales, sino convertirnos en socios para el desarrollo y lograr beneficios mutuos, de manera que tengamos la oportunidad de mejorar gradualmente nuestras condiciones para insertarnos y aprovechar de mejor manera los mercados internacionales.

En El Salvador hemos puesto en práctica una serie de medidas de libre mercado y de promoción de la inversión extranjera, que ha generado una apertura económica reconocida internacionalmente, y que en la práctica ha incluido un proceso de privatizaciones, especialmente en los sectores de comunicaciones, energía y financiero, así como en materia de seguridad social, lo cual favorece nuestras posibilidades de crecimiento y de desarrollo.

A principios de este año, el Gobierno de El Salvador promovió la Ley de Integración Monetaria, estableciendo el dólar como unidad de cuenta en el (sistema financiero, siguiendo un proceso gradual que llevará a la eliminación de la moneda nacional, facilitando con ello la integración comercial y financiera del país, y mejorando aún más las condiciones para la inversión nacional y extranjera; así como el acceso a las fuentes de financiamiento internacional.

En materia comercial, además de tener una relación de libre comercio con nuestros hermanos centroamericanos, se han ampliado los lazos con México, República Dominicana y Chile, estableciendo Tratados de Libre Comercio con ellos' y estando en proceso de negociación otros, con Panamá y Canadá.

Paralelamente, realizamos esfuerzos por fortalecer el proceso del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), en donde hemos dados algunos pasos importantes, entre los que se destacan, un esfuerzo aduanero y la propuesta regional para la modernización y transformación de Centroamérica, cuyos proyectos estratégicos de desarrollo fueron presentados este año ante el Grupo Consultivo de Madrid. La puesta en práctica del Plan Puebla - Panamá, en el cual Centroamérica tiene como socio aMéxico para su desarrollo, se enmarca en esos esfuerzos.

En general podemos decir, que ante el proceso de mundialización que caracteriza las relaciones internacionales contemporáneas, y a pesar de las dificultades y complejidades que dicho proceso entraña, nuestro país está haciendo máximos esfuerzos por aprovechar los beneficios del mismo, y en tal sentido, lo menos que podemos esperar es que exista la buena disponibilidad y voluntad política de los países desarrollados para que nos otorguen su solidaridad y apoyo para incorporarnos efectivamente en dicho proceso.

Considerando la importancia del compromiso :asumido por los Jefes de Estado y de Gobierno en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas, creemos necesario señalar, que la Conferencia Internacional sobre Financiamiento para el Desarrollo, que se celebrará en México, y la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, que se realizará en Johannesburgo, Sudáfrica, ambas en el 2002, constituirán una oportunidad para' demostrar la solidaridad y la cooperación de la comunidad internacional, particularmente de los países desarrollados, mediante la adopción de medidas adecuadas que permitan concretar un desarrollo justo y equitativo, y en especial en los países en desarrollo.

Señor Presidente:

Con relación a otros temas sensibles para la comunidad' internacional, el Gobierno de El Salvador observa con preocupación la continuación o agravamiento de ciertos problemas que de no resolverse constituirán una amenaza a la paz y seguridad internacionales, entre ellos:

La continuación del conflicto en el Medio Oriente, el cual es motivo de enorme preocupación, especialmente porque en el último año hemos observado una violencia constante que ha resultado en la pérdida irreparable de vidas humanas y daños materiales y
económicos en la región, que cada vez causan más sufrimiento al pueblo israelí y palestino. En ese sentido, el Gobierno de El Salvador reitera su apoyo a todo esfuerzo y medida orientada a lograr una solución política y negociada que tenga en cuenta los intereses de las partes directamente involucradas para que pueda lograrse unía paz firme y duradera. El derecho a la existencia del Estado de Israel y de vivir dentro de fronteras seguras, así como el derecho inalienable del pueblo palestino a decidir sobre su futuro y a tener su propio Estado, son condiciones esenciales para lograr el objetivo de la paz, a fin de que los gobiernos de la región puedan dedicarse a promover el progreso y bienestar de sus pueblos.

La situación excepcional de la República de China en Taiwán, es un caso que la comunidad internacional debe examinar, especialmente a la luz de los últimos cambios que se han producido en el sistema internacional.

En cuanto al fortalecimiento de la Organización Mundial, es importante no dejar pasar la oportunidad para referirnos a un tema de interés prioritario para todos los Estados Miembros, como es el relativo a la reforma del Consejo de Seguridad. A este respecto, queremos enfatizar los compromisos adoptados en la Declaración de la Cumbre del Milenio, para que esta reforma pueda llevarse a la práctica. En ese sentido, instamos y alentamos al Grupo de Trabajo de Composición Abierta creado para ese fin, para que redoblen sus esfuerzos en aras de lograr tal cometido, y podamos, sobre la base de posiciones flexibles, alcanzar un acuerdo general sobre el tema.
 

Señor Presidente:

Finalmente, ante un situación internacional compleja e incierta exhortamos a todos los gobiernos, grupos y sectores de la sociedad civil organizada a reflexionar sobre la importancia y el imperativo de trabajar unidos, con un espíritu de solidaridad humana, que nos permita superar cualquier diferencia que nos divida para poder alcanzar objetivos supremos de carácter global, que de forma individual no podrían alcanzarse, con miras a lograr la paz espiritual y material a la que todas las naciones aspiramos.

Muchas Gracias.