Paz eterna es una pintura a tinta sobre seda que representa ramas de pino y un pájaro. La obra utiliza una paleta sencilla y marcas gestuales para evocar un entorno tranquilo y natural. Según la tradición, en el arte del sudeste asiático, los pinos se asocian con la gentileza, la longevidad, la estabilidad, la fortaleza y la firmeza. El pino de esta imagen representa la esperanza de un estado de paz firme y duradero. 

Descrita en correspondencia al Embajador de Singapur por el entonces Secretario General Kurt Waldheim como ""hermosa"", esta obra fue entregada a las Naciones Unidas por Singapur en 1980.  
El tema de la obra, que simboliza la paz y la estabilidad eternas, coincide en gran medida con la misión de las Naciones Unidas.