Este mural, titulado La lucha de la humanidad por una paz duradera, fue una de las primeras obras de arte que se instalaron en las Naciones Unidas.  En palabras del artista: ""Estos símbolos gritan, rezan, alaban y condenan, pero en conjunto representan la esperanza del hombre por alcanzar la paz"". El mural comienza con la destrucción de una familia y termina con su resurrección. Los campos de concentración, los bombardeos y toda la agonía de la guerra moderna están simbolizados en la pintura. En el centro, una gigantesca figura de cuatro brazos implanta el emblema de las Naciones Unidas en la cúpula de un edificio, mientras la humanidad reconstruye un mundo devastado por la guerra. 

El dominicano José Vela Zanetti (1913 - 1999) se ofreció a pintar un mural en las Naciones Unidas durante su beca de la Fundación Conmemorativa Guggenheim. Se inauguró el 19 de marzo de 1953.

En 1998, el Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan, volvió a dedicar el mural, que fue presentado a las Naciones Unidas por la República Dominicana y España. El Secretario General declaró: ""Es un testimonio del restablecimiento de la esperanza, la reconciliación de las naciones y la resurrección de la humanidad"". A la ceremonia asistieron el hijo del artista y algunos representantes de su ciudad natal, León (España).