La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en todo el planeta, con independencia de las fronteras, convirtiéndose en un auténtico desafío a nivel global. Se han perdido vidas, la oferta laboral se ha reducido drásticamente y todo el mundo ha debido adaptarse a una nueva realidad. Los últimos meses han demostrado que la cooperación, el apoyo y la responsabilidad colectiva son más relevantes que nunca. 

La Universidad Feevale, una institución miembro de la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) en el sur de Brasil, reiteró su compromiso social mediante medidas reales y prácticas para contribuir a las estategias de prevención y mitigación. En tan solo un año, el Laboratorio de Microbiología Molecular de la universidad realizó 46.645 pruebas de diagnóstico de COVID-19. Este servicio a la comunidad se ha facilitado desde finales de marzo de 2020.

En la actualidad, la institución realiza pruebas para más de 40 municipalidades, sobre todo en las dos regiones principales donde se ubica la universidad, más de 350 empresas de todo el estado y también a los residentes de la región. La directora de Innovación de la universidad, Daiana de Leonço Monzon, destacó la calidad de su trabajo: “Debemos contribuir con este servicio y atender a las personas”.

Debido a la circulación de distintas variantes del virus SARS-CoV-2, el agente etiológico de la COVID-19, y sus implicaciones para la gestión sanitaria, la Universidad Feevale también proporciona a las municipalidades, hospitales, clínicas y laboratorios un servicio de secuenciación para las muestras positivas en el virus. De acuerdo con la Profesora Juliane Deise Fleck, coordinadora del Máster en Virología, la labor de secuenciación es vital.  

“Secuenciar es un proceso que permite vigilar la evolución del virus, identificando mutaciones associadas con su transmisibilidad o virulencia, así como monitorizar la respuesta viral a la vacunación”, precisa esta experta. “En función de los resultados, es posible identificar los tipos de virus en circulación para mejorar su monitorización y controlar la transmisión, la vacunación y el tratamiento”, señala.

Además, la Universidad Feevale University es una de las instituciones involucradas en el Proyecto unCoVer, subvencionado por la Unión Europea. Se trata de una red de instituciones de trabajan para recoger y proporcionar acceso a los datos relacionados con la COVID-19. La idea, como se recoge en la descripción del proyecto, es “unificar grandes conjuntos de datos, complementar la investigación, informar las estrategias de sanidad pública y reducir el impacto de futuras pandemias”.

El proyecto analiza los aspectos clínicos de esta enfermedad. El investigador Fernando Spilki, Decano de Investigación, Estudios de Grado y Extensión en la Univeridad Feevale, señala que buscan comprender cómo se manifiesta la COVID-19 en distintas poblaciones, si existe variabilidad o no, si la enfermedad se puede clasificar del mismo modo en el mundo entero o si mantendrá las mismas características con el paso del tiempo.

“La Universidad Feevale fue pionera entre las instituciones de enseñanza e investigación en esta región de Brasil en cuanto a la implementación de la diagnosis del SARS-CoV-2 cuando aún se estaban documentando los primeros casos de COVID-19 en marzo de 2020”, afirma. “No solo contribuimos a la lucha contra la pandemia, también estamos formando una generación de virólogos extremadamente bien capacitados”, añade el Decano.

Esto constituye un ejemplo de lo que el director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (UNESCO-IESALC), Francesc Pedró, comentó en una reciente entrevista: “Debemos reconocer que buena parte de las soluciones en el terreno de la investigación, para esta pandemia y otras que puedan producirse en el futuro, posiblemente se encuentren en los laboratorios de las universidades”, afirmó.

Además, la Universidad Feevale implementó una amplia serie de medidas destinadas a los trabajadores de primera línea que luchan contra la COVID-19. Por ejemplo, la fabricación de uniformes usados por personal médico y de enfermería y otros profesionales de la salud. Los conjuntos, compuestos de batas de laboratorio y pantalones sanitarios, se crearon con tejidos con nanopartículas y propiedades antimicrobianas.

Además, la universidad estableció una producción a gran escala de mascarillas de tela, ropa de cama (como sábanas y fundas de almohada) y pantallas faciales. Para garantizar la máxima efectividad de estos equipos, los prototipos fueron aprobados por trabajadores profesionales de hospitales. Las pantallas faciales, en particular, se crearon usando impresoras 3D. Todos estos materiales fueron desarrollados por distintas áreas de la institución.

De acuerdo con el rector Cleber Prodanow, la solidaridad es fundamental en estos momentos de dificultad: “Este es un enorme desafío para nosotros, y la universidad no puede encerrarse entre sus cuatro paredes y dedicarse solo a su rol educativo. Debe poner a disposición de las comunidades toda su capacidad creativa y productiva”, afirma, añadiendo que la institución intenta también desarrollar medidas innovadoras para apoyar a las personas necesitadas.