El 13 de diciembre de 2002 se lanzó el programa Sagip Ilog (restauración del río). Desde entonces, de los 56 kilómetros del sistema fluvial, 30 kilómetros se limpian de forma regular. Esto conlleva la recogida diaria de la basura que flota en el río y la instalación de trampillas y filtros a lo largo del recorrido para frenar el paso de los desechos.

De 2002 a 2005, se formó a 9.070 residentes de varias comunidades residentes a lo largo del río en las ciudades de Las Pinas, Paranque, Bacoor y Cavite en temas relacionados con la gestión de residuos ecológicos sólidos y el río. Algunos de estos residentes fueron designados vigilantes voluntarios del río

Los representantes gubernamentales locales y las comunidades cercanas participaron activamente en las actividades de información y desarrollo de capacidades.

Hasta la fecha, se ha formado y se cuenta con una red de 3.120 voluntarios. Los voluntarios han sido organizados en diferentes equipos de vigilancia en las áreas que bordean los ríos.

En 2001, el Programa de Medio Ambiente Costero del Departamento de Medio Ambiente y Recursos Naturales nacionales en la región se encargó de replantar distintas especies de bambú, conocidas localmente como kawayang tinik, con el fin de restaurar los ríos Marikina y Las Pinas. Estos ríos, ambos situados en Metro Manila, contribuyen de forma importante a la degradación medioambiental de la Bahía de Manila.

Se designaron 5 kilómetros del sistema fluvial para la replantación con bambús, manglares y otras especies con el fin de controlar la erosión del suelo. También se plantaron setos de bambú a lo largo de dos tramos de las riberas con especies endémicas y exóticas. En agosto de 2010, las riberas contaban con 10.000 bambús plantados a lo largo de 20 kilómetros.

La repoblación de las riberas del río minimizó la erosión del suelo, que provocaba sedimentación en el sistema fluvial. Las plantaciones de las 37 especies de bambú se han convertido en fuente de ingresos gracias a la recolección de los tallos, que se venden para la fabricación de artesanía. Esta creación de empleos también se ha visto favorecida directamente por el programa, que emplea a unos 62 trabajadores encargados de las actividades de dragado, limpieza y repoblación.

Esta iniciativa también ha hecho fructificar varias empresas sociales:

Producción de compost y de fertilizantes orgánicos a partir de desechos húmedos. Cada uno de los 20 barangays (divisiones administrativas) de la ciudad de las Pinas tiene al menos un equipo de compostaje. Una máquina de compostaje puede procesar los desechos húmedos de unas 500 familias. Desde julio de 2007, también se utiliza el vermicompost en 2 barangays. Estas unidades producen 400 kilos de compost cada semana y venden su producción a los agricultores de las provincias cercanas como pienso para pescado o fertilizante orgánico. Esto ayuda a reducir el monto de residuos biodegradables y contribuye a la producción agrícola ecológica.

El 12 de agosto de 2010 se lanzó el día del reciclaje en 5 barangays, haciendo una llamada a los residentes para vender sus materiales reciclables a los chatarreros. A día de hoy se celebra un día del reciclaje al mes en los 20 barangays de la ciudad.

Fabricación de lámparas de navidad y otros objetos decorativos a partir de bambú, conchas de capiz y otros materiales endémicos de la ciudad; las parols (lámparas) utilizan el bambú para su estructura. El abastecimiento de bambú está asegurado gracias a las prósperas plantaciones a lo largo de las riberas del río y otras localizadas en solares urbanos desarrolladas en el marco de los programas Bambusetum y Pagtatanim para sa Kinabukasan (“Plantando para el futuro”).

Confección de cestas con los lirios de agua que planteaban un problema para los ecosistemas fluviales y provocaban inundaciones en la ciudad. Los tallos de los lirios de agua se utilizan ahora como la principal material prima en el centro para la confección de cestas en la ciudad de las Pinas. Desde su apertura en octubre de 2005, cientos de familias se han visto beneficiadas por el programa.

Producción de redes de fibra de coco y turba a partir de las cáscaras de coco que se tiraban al río; una máquina descascarilladora produce dos subproductos: una fibra de coco utilizada para la manufactura de redes que sirven para la protección de taludes y unos gránulos que sirven para enriquecer el suelo.

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>> Sitio web de la Fundación Villar

La unidad de agua y saneamiento de eThekwini (EWS) es responsable de la gestión de los servicios de agua y saneamiento en la municipalidad de eThekwini, Sudáfrica. En el año 1996 se extendieron los límites de la municipalidad para desarrollar el metro y, en 2001, éstos volvieron a extenderse para crear una Unicity. Esto dio lugar a un incremento en el número de familias sin acceso a agua y a saneamiento bajo responsabilidad de EWS. A ello vino a sumarse el constante flujo de personas pobres provenientes de zonas rurales. Esta importante migración rural-urbana seguirá produciéndose durante décadas y supone un esfuerzo adicional para la municipalidad a la hora de expandir sus servicios a estas comunidades.

En la municipalidad de eThekwini, Durban es una ciudad de contrastes con una infraestructura del primer mundo que necesita un mantenimiento regular que asegure un abastecimiento constante y, a la vez, una ciudad con unas condiciones del tercer mundo en los asentamientos informales y en las zonas rurales del resto de la municipalidad, donde no hay abastecimiento.

Frente a esta situación tuvieron que introducirse unos enfoques técnicos innovadores con el fin de asegurar la sostenibilidad tanto ambiental como financiera y responder a la situación de escasez de agua. Estos enfoques requerían la aceptación por parte de los clientes, educación y formación. También se precisaba conservar la base de clientes existente y asegurar que los costes y la calidad del abastecimiento no se viesen comprometidos.

EWS identificó varios niveles de servicio que permitirían el abastecimiento de agua y saneamiento a todos los residentes de la Unicity en todas las zonas (urbanas, periurbanas y rurales). El plan incluía la instalación de depósitos en el techo o a nivel del suelo para el abastecimiento de agua, el uso de letrinas, bloques de lavabos o sanitarios que separan la orina. En este sentido, resultaba importante asegurar que el tipo de sistema de saneamiento se adecuara al tipo de abastecimiento de agua disponible. También se aseguró el abastecimiento gratuito de 9.000 litros al mes por familia.

Los retos a los que se enfrentaba EWS incluían la obstrucción de cañerías, el derroche de agua, el vandalismo, altos niveles de agua no contabilizada, las dificultades de acceso en las zonas remotas y enfermedades relacionadas con el agua como el cólera. Muchos de estos retos eran resultado de la falta de conocimiento y educación, especialmente en aquellas áreas que no tenían previamente acceso al agua o a servicios de saneamiento. También, la imposibilidad de participar en los procesos de decisión, había acostumbrado a muchos consumidores a recurrir al vandalismo o a no pagar como forma legítima de protesta. Como resultado de todo esto, EWS se embarcó en un amplio programa de sensibilización y educación que asegurara un proceso de comunicación en ambos sentidos. Este programa, iniciado en 1997, se lleva a cabo conjuntamente con el servicio de abastecimiento con el fin de asegurar una continua interacción con las comunidades objetivo, la sensibilización y educación en el uso y gestión adecuados de los servicios y un seguimiento de la aceptación, problemas y éxitos de los servicios suministrados.

Las prioridades del programa de educación y sensibilización se definieron en base a la meta del Objetivo de Desarrollo del Milenio, pero con vistas a asegurar un suministro universal de abastecimiento de agua y saneamiento, y considerando la necesidad de conservar y proteger los limitados recursos hídricos del país. Estas prioridades incluían mejorar la comprensión y aceptación de los sistemas de agua y saneamiento, la educación para reducir el consumo y derroche de agua, y la creación de foros para interactuar con las comunidades locales y determinar la efectividad de los programas. Los grupos objetivo del programa incluían a las comunidades pobres (vulnerables) de zonas rurales y periurbanas, a las mujeres (que son las que suelen encargarse de las tareas domésticas diarias), a la infancia en las escuelas de zonas rurales y periurbanas y a sus educadores, y a las familias vulnerables de las zonas urbanas (las unidades familiares a cargo de niños, los pensionistas, los indigentes, etc.).

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>> Sitio web de la Unidad de Agua y Saneamiento de eThekwini (EWS)