UN Headquarters

19/04/2022

Declaraciones del Secretario General a la prensa sobre el Llamamiento de Pascua para Ucrania

António Guterres

Secretary-General António Guterres briefs reporters on the situation in Ukraine in front of the Knotted Gun sculpture at UN Headquarters. UN Photo/Eskinder Debebe

[I] call on Russians and Ukrainians to silence the guns and forge a path to safety for so many at immediate risk. The 4-day Easter period should be a moment to unite around saving lives and furthering dialogue to end the suffering in Ukraine.

Dentro de cinco días, ucranianos y rusos celebrarán la Pascua. Es esta una festividad común a la cristiandad ortodoxa de Rusia y Ucrania, así como a los ucranianos católicos.
  
La Pascua es una época de renovación, resurrección y esperanza, 
 
una época para reflexionar sobre el significado del sufrimiento, el sacrificio, la muerte y el renacimiento.  
 
Y debería ser una ocasión para la unidad. 
 
Pero este año la celebración de la Semana Santa se ve empañada por la sombra de una guerra que niega por completo el mensaje pascual. 
 
En lugar de celebrar una nueva vida, la Pascua coincide con una ofensiva rusa en el este de Ucrania.
 
Una batalla que, por la intensa concentración de fuerzas y potencia de fuego, va inevitablemente a ser cada vez más violenta, sangrienta y destructiva. 
 
Las acometidas y el terrible número de víctimas que ha sufrido hasta ahora la población civil podrían volverse insignificantes en comparación con los horrores que se avecinan,
 
y esto es algo que no podemos permitir que ocurra,
 
porque de ello dependen cientos de miles de vidas.  
 
Son muchas las gestiones que han emprendido de buena fe numerosas partes para tratar de conseguir un alto el fuego en Ucrania, pero todo ha sido en vano. 
 
Por eso pido hoy que, con ocasión de la Semana Santa, se haga una pausa humanitaria de cuatro días, desde el Jueves Santo hasta el Domingo de Resurrección, 24 de abril, para poder abrir una serie de corredores humanitarios. 
 
Esta pausa humanitaria crearía las condiciones necesarias para cumplir dos imperativos cruciales:  
 
en primer lugar, el paso seguro de toda la población civil que desee abandonar las zonas donde existen o se prevé que surjan enfrentamientos, en coordinación con el Comité Internacional de la Cruz Roja;
 
y, en segundo lugar, aparte de las operaciones humanitarias que ya se están realizando, la entrega segura de ayuda humanitaria para salvar vidas a la población de las zonas más afectadas, como Mariúpol, Khersón, Donetsk y Luhansk.  
 
Las Naciones Unidas están dispuestas a enviar durante este período convoyes de ayuda humanitaria a esos lugares, para lo cual presentaremos planes detallados a las partes.  
 
Las necesidades humanitarias son acuciantes. La población carece de alimentos, agua o suministros para tratar a las personas enfermas o heridas, y ni tan siquiera para sobrevivir en el día a día. 
 
Las personas que necesitan asistencia humanitaria en Ucrania superan ya los 12 millones, más de un tercio de las cuales se encuentran en Mariúpol, Khersón, Donetsk y Luhansk. 
 
Está previsto que esta cifra aumente a 15,7 millones, lo que representaría casi el 40 % de los ucranianos que todavía quedan en el país.  
 
Pero se han conseguido ya avances que nos permiten perseverar: durante las últimas siete semanas se ha prestado asistencia a unos 2,5 millones de personas, muchas de las cuales se encontraban en el este del país. 
  
Por todas estas razones de vida o muerte, exhorto a rusos y ucranianos a que silencien las armas y tracen un rumbo que permita garantizar la seguridad de las numerosas personas que corren un riesgo inminente.
 
Los cuatro días de Pascua deberían ofrecer la oportunidad de unirnos con el propósito de salvar vidas y promover el diálogo para poner fin al sufrimiento en Ucrania.  
  
Esta misma mañana, el Coordinador del Socorro de Emergencia, Martin Griffiths, mantuvo una reunión informativa con el Consejo Ucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, que incluye a líderes ortodoxos, católicos, protestantes, musulmanes y judíos y cuyo apoyo agradezco.  
 
Tomando como inspiración la Semana Santa y todo lo que representa, insto a todas las partes y a los defensores de la paz del mundo entero a que se sumen a mi llamamiento de Pascua:
 
para salvar vidas,
 
para poner fin al derramamiento de sangre y a la destrucción,   
 
para abrir una puerta al diálogo y la paz y ser fieles al significado y al mensaje de la Pascua.