En estas jornadas de recuerdo y reconciliación, rendimos homenaje a los millones de personas que perdieron la vida en la Segunda Guerra Mundial y recordamos sus sacrificios.
No debemos olvidar jamás el Holocausto ni los demás crímenes, graves y terribles, cometidos por los nazis.
La victoria sobre el fascismo y la tiranía en mayo de 1945 marcó el inicio de una nueva era.
La noción de solidaridad internacional y nuestra común condición humana desembocaron en el nacimiento de las Naciones Unidas, a las que se confió la misión primordial de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra.
Nuestro mundo sigue sufriendo las consecuencias del conflicto. Incluso durante la actual crisis del COVID-19, vemos surgir nuevos intentos de crear divisiones y sembrar el odio.
En este 75º aniversario, recordemos las enseñanzas de 1945 y unidos, busquemos la forma de acabar con la pandemia y de construir un futuro de paz, seguridad y dignidad para todos.