Las niñas y los niños tienen el potencial de perseguir su aspiración de dedicarse a la ciencia y las matemáticas, tanto en las escuelas como en el entorno laboral.
Sin embargo, la discriminación sistémica hace que las mujeres ocupen menos del 30% de los puestos de investigación y desarrollo en todo el mundo.
Necesitamos medidas concertadas y concretas para superar los estereotipos y los prejuicios.
Un punto de partida es desterrar la imagen que se da de los científicos y los innovadores en los medios sociales, los libros de texto y la publicidad, que es predominantemente masculina.
Debemos alentar y apoyar a las niñas y las mujeres a explotar todo su potencial como investigadoras científicas e innovadoras.
Las mujeres y las niñas lo necesitan, y el mundo también lo necesita, si lo que queremos es hacer realidad nuestro anhelo de conseguir un desarrollo sostenible en un planeta próspero.
A lo largo de la historia, desde Hildegard de Bingen hasta Wangari Maathai, las científicas han dado forma a nuestro mundo.
Ha llegado el momento de apoyarlas e invertir en ellas.