MALEK REUBEN RIAK RENGU

SSi.007
MALEK REUBEN RIAK RENGU
Fecha en que el resumen ha sido publicado en el sitio web del Comité: 
13 July 2018
Fecha/s de actualización del resumen: 
20 December 2018
Motivos de inclusión en la lista: 

Malek Ruben Riak fue incluido en la Lista el 13 de julio de 2018 de conformidad con las disposiciones de los párrafos 6, 7 a) y 8 de la resolución 2206 (2015), reafirmadas en la resolución 2418 (2018), por emprender "actos o políticas que supongan una amenaza para la paz, la seguridad o la estabilidad de Sudán del Sur" y "actos o políticas cuyo propósito o efecto sea ampliar o prolongar el conflicto en Sudán del Sur", por ser dirigente "de alguna entidad, incluido cualquier gobierno de Sudán del Sur, la oposición, las milicias u otros grupos, que haya participado en alguna de las actividades descritas en los párrafos 6 y 7" y, de conformidad con lo dispuesto en el párrafo 14 e) de la presente resolución, por "la planificación, dirección o comisión de actos de violencia sexual y por motivos de género en Sudán del Sur".

Información adicional: 

Según el informe del Grupo de Expertos sobre Sudán del Sur de enero de 2016 (S/2016/70), Riak fue uno de los altos funcionarios de seguridad que planificaron la ofensiva contra el Movimiento de Liberación del Pueblo del Sudán en la Oposición que comenzó en enero de 2015 en el estado de Unidad, y, posteriormente, de finales de abril de 2015 en adelante, supervisó su ejecución. El Gobierno de Sudán del Sur comenzó a armar a jóvenes bul nuer a principios de 2015 para facilitar su participación en la ofensiva. La mayoría de ellos ya tenían acceso a fusiles automáticos de tipo AK, pero la munición era esencial para sostener sus operaciones. El Grupo de Expertos presentó pruebas, incluido el testimonio de fuentes militares, de que el cuartel general del Ejército de Liberación del Pueblo del Sudán (ELPS) había proporcionado munición a los grupos de jóvenes específicamente para la ofensiva. Riak era el Jefe de Estado Mayor Adjunto de Logística del ELPS en aquel momento. La ofensiva llevó consigo la destrucción sistemática de aldeas e infraestructura, el desplazamiento forzado de la población local, la muerte y la tortura indiscriminadas de civiles, el uso generalizado de violencia sexual, incluso contra personas de edad y niños, el secuestro y el reclutamiento de niños para utilizarlos como soldados y un gran desplazamiento de población. Tras la destrucción de gran parte de las zonas meridional y central del estado, numerosos medios de comunicación y organizaciones humanitarias, así como la Misión de las Naciones Unidas en Sudán del Sur, publicaron informes sobre la magnitud de los abusos que se habían perpetrado.