– Como Pronunciado –

INTERVENCION DE LA PRESIDENTA DEL 73 PERIODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL, S.E. MARIA FERNANDA ESPINOSA

25 de Marzo 2019

Estimado António Guterres, Secretario General,

Representantes Permanentes, Delegados y Delegadas:

Existen capítulos en la historia de la humanidad tan trágicos que, de tan solo recordarlos, nos produce un profundo dolor. Pero, a la vez, la memoria es necesaria para prevenir, para reconciliar y, sobre todo, para no repetir los errores del pasado.

La esclavitud es uno de esos momentos trágicos de nuestra historia.

 

Durante tres siglos, millones de seres humanos -hombres, mujeres, niños y niñas- fueron brutalmente arrancados de sus hogares en África, comprados y vendidos como objetos, despojados de toda dignidad.

Cada una de esas personas sufrió los horrores de la explotación, la violencia y la exclusión, y sus dramáticas consecuencias aún persisten en el mundo.

En este día internacional rendimos tributo a las víctimas de tan aberrante práctica. Honramos su resistencia, su valor y su entereza.

Quiero recordar, muy especialmente, a las mujeres esclavas, quienes, además de ser sometidas a interminables trabajos forzados y a terribles actos de violencia, padecieron explotación física para perpetuar la cadena de comercio de la esclavitud.

A pesar de ello, estas mujeres fueron esenciales para mantener la dignidad de sus comunidades. Muchas lideraron insurrecciones y se convirtieron en parte activa de los movimientos abolicionistas, como Harriet Tubman, que liberó a cientos de esclavos presos en las plantaciones del sur de Estados Unidos y que dedicó toda su vida a esta causa. Nombrar a estas mujeres es un acto de justicia y reparación.

Excelencias,

El pasado mes de diciembre conmemoramos los 70 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Un documento que inauguró una nueva era de igualdad y libertad para todas las personas, basada en la dignidad humana. Su Artículo 4 dispone, de manera contundente, que nadie debe ser sometido a esclavitud ni servidumbre.

Sin embargo, para muchos, este precepto está lejos de cumplirse. Alrededor del mundo, se estima que más de 40 millones de personas están sometidas a la esclavitud moderna. El 71% de las víctimas de la trata de personas son mujeres y niñas.

Esto no solo es alarmante, es inaceptable en el Siglo XXI.

Pero no se trata solo de denunciar esta lacerante realidad, se trata de combatir las causas estructurales que sustentan la explotación sexual, la explotación laboral, la servidumbre doméstica, los matrimonios forzados, entre tantas otras formas inhumanas de sometimiento. Como la discriminación racial y los prejuicios que clasifican y jerarquizan a las personas según su color de piel.

El racismo no solamente limita el pleno desarrollo de las personas afrodescendientes y representa una afrenta a su dignidad, sino que, además, priva a las sociedades de una convivencia pacífica y de un desarrollo verdadero e incluyente.

Siempre que he tenido la oportunidad de visitar el monumento del Arca del Retorno, el momento ha sido poderoso y profundo. Este bello e impactante memorial es un recordatorio del sufrimiento causado por la codicia humana, pero es también un símbolo de nuestra promesa colectiva, en nombre de todos los pueblos del mundo, de que no volveremos al pasado, de que trabajaremos incansablemente para no repetir nunca ese trágico pasaje de la historia humana.

La concientización, la educación y la reflexión, con una mirada crítica, son fundamentales. Debemos dar especial atención a las generaciones jóvenes, trabajando con ellas, incluyéndolas en las iniciativas para alertar sobre los peligros del racismo, la intolerancia y la exclusión social.

Existen capítulos en la historia de la humanidad tan trágicos que, de tan solo recordarlos, nos produce un profundo dolor. Pero, a la vez, la memoria es necesaria para prevenir, para reconciliar y, sobre todo, para no repetir los errores del pasado.

La esclavitud es uno de esos momentos trágicos de nuestra historia.

María Fernanda Espinosa Garcés

PRESIDENTA DEL 73 PERIODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL

En ese sentido, quiero elogiar la elección del tema para la conmemoración de este año. Históricamente, las comunidades afrodescendientes no solo que han hecho del arte y la creación un vehículo de resistencia y demanda de justicia, sino que han hecho aportes extraordinarios a la historia del arte, a los imaginarios y a la memoria colectiva de sus países. Hombres y mujeres afrodescendientes: escritores, cineastas, pintores, músicos, escultores, han revolucionado y potenciado la matriz estética del mundo entero.

Como poeta, no tengo duda del poder transformador del arte y de su fuerza para sanar heridas, tender puentes y reconstruir el tejido social.

El arte, además, es un agente de cambio, contribuye a la reflexión colectiva y a promover reformas en los sistemas políticos, sociales y económicos.

Hoy día, muchos artistas que luchan contra la discriminación racial son el centro de los discursos de odio y de ataques, al igual que muchos defensores de los derechos humanos. Tenemos la responsabilidad política y moral de no dejarlos solos.

Destaco los diversos programas educativos y culturales y las iniciativas que lleva adelante el sistema de las Naciones Unidas, los Estados Miembros y la sociedad civil para crear conciencia sobre la esclavitud y el racismo.  Así también debemos seguir promoviendo el Decenio Internacional para los Afrodescendientes.

Y, por supuesto, debemos redoblar nuestros esfuerzos para cumplir la Agenda 2030, que nos ofrece un marco para la acción para cerrar las brechas que siguen condenando a las personas y a comunidades afrodescendientes a la marginación.

Excelencias,

Para concluir, me gustaría citar una hermosa estrofa del icónico poema “Still I Rise” de la escritora Maya Angelou, una oda al orgullo, a la resiliencia y a la esperanza de nuestros hermanos y hermanas afrodescendientes, y leo:

Leaving behind nights of terror and fear

I rise

Into a daybreak that’s wondrously clear

I rise

Bringing the gifts that my ancestors gave,

I am the dream and the hope of the slave.

I rise. I rise. I rise.”

Muchas gracias.