– Como Pronunciado –

INTERVENCIÓN DE LA PRESIDENTA DEL 73º PERIODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL, S.E. MARIA FERNANDA ESPINOSA

March 22 del 2019

Su Excelencia Jorge Faurie, Presidente de la Conferencia,

Achim Steiner, Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, y Secretario General de la Conferencia,

Excelencias, Damas y Caballeros,

Agradezco al Gobierno y al pueblo de Argentina por albergar esta histórica Conferencia. La organización ha sido impecable.

Este encuentro es una demostración de que, con el multilateralismo, podemos alcanzar extraordinarios resultados.

Nuevamente felicito a los Estados por su rol constructivo y por su dedicación y a los Embajadores de Lituania y Uganda por sus extraordinario rol como co-facilitadores del Documento final.

Nuestros esfuerzos han valido la pena.

El Documento final refleja la evolución de la cooperación sur-sur y constituye una carta de navegación hacia el futuro.

Nos abre un abanico de posibilidades para ampliar aún más los horizontes de la colaboración solidaria, no solo entre los países del sur, también con los países desarrollados y otros actores centrales. La cooperación triangular los incorpora como socios estratégicos. Además, incluye un mecanismo de reportes voluntarios que nos permitirá medir el impacto de estas modalidades de cooperación.

Excelencias,

Brevemente, me gustaría mencionar tres temas.

En primer lugar, la cooperación sur-sur y la triangular son aceleradores de la Agenda 2030, porque fortalecen sus medios de implementación, con la creación de capacidades específicas en los países en desarrollo para erradicar la pobreza y el hambre; asegurar más salud y educación de calidad; terminar con la discriminación y la violencia contra las mujeres y las niñas; salvaguardar la biodiversidad de nuestro planeta y potenciar nuestras capacidades de adaptación, mitigación y resiliencia frente al cambio climático.

En segundo lugar, es fundamental que estas modalidades de cooperación se adapten a los desafíos de los rápidos cambios tecnológicos.

Los países del sur deben insertarse adecuadamente en la Cuarta Revolución Industrial. Las tecnologías son esenciales para transformar la producción, el comercio, la agricultura, la medicina, la infraestructura y los servicios. Pero también las nuevas tecnologías, si no son bien utilizadas y se enmarcan en una gobernanza adecuada, pueden profundizar las desigualdades, alterar las relaciones sociales, y afectar el futuro del trabajo. Por eso la inserción inteligente de los países del sur en este nuevo mundo tecnológico es de vital importancia.

Por último, quiero enfatizar el rol estratégico de la cooperación sur-sur para acercar más a los países que comparten realidades y desafíos similares, pero también desafíos comunes.

La cooperación sur-sur funciona como un catalizador de la integración regional tanto política como económica y comercial.

De hecho, esto es lo que está sucediendo en varias regiones, con la cooperación Iberoamericana -que solo en la última década registra más de de 7.370 intercambios; o con la creación del Banco de Tecnología para los Países Menos Adelantados en Turquía; e incluso a nivel interregional, como lo demuestra la Alianza Solar Internacional, que congrega a los 121 países más soleados del mundo.

Quiero reconocer el papel de acompañamiento y apoyo del sistema de las Naciones Unidas en el relanzamiento de la agenda de cooperación sur-sur y triangular, en particular el PNUD y la Oficina de las Naciones Unidas para la Cooperación Sur-Sur y, además, del importante rol de las Comisiones Regionales.

Hoy, Buenos Aires se convierte, nuevamente, en un símbolo de esperanza, pero no solo para el sur, sino para todos los que apostamos por un mundo de más solidaridad, de más soluciones colectivas, de más acercamiento entre las naciones del mundo, porque como bien lo ha dicho una poeta latinoamericana, “la solidaridad es la ternura de los pueblos”.

María Fernanda Espinosa Garcés

PRESIDENTA DEL 73º PERIODO DE SESIONES DE LA ASAMBLEA GENERAL

Excelencias,

En estos cuarenta años del Programa de Acción de Buenos Aires hemos transitado un largo camino, que no ha estado exento de dificultades, pero del que, sin duda, el sur ha salido fortalecido.

Hoy, Buenos Aires se convierte, nuevamente, en un símbolo de esperanza, pero no solo para el sur, sino para todos los que apostamos por un mundo de más solidaridad, de más soluciones colectivas, de más acercamiento entre las naciones del mundo, porque como bien lo ha dicho una poeta latinoamericana, “la solidaridad es la ternura de los pueblos”.

Un sistema multilateral vibrante y efectivo, solidario será el motor de un futuro más luminoso y sostenible.

Muchas gracias.