– Como dijo 

Discurso de S.E. María Fernanda Espinosa Garcés, Presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas

18 de septiembre del 2018

General Assembly Hall at the seventy-third session Election

Opening of the 73rd session of the General Assembly
OPGA

Excelencias,

Distinguidos Delegados,

Señor Secretario General,

Damas y caballeros,

Es un honor dirigirme a ustedes, por primera vez, como Presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Lo hago con una profunda responsabilidad y compromiso con la Carta de las Naciones Unidas y sus principios fundacionales. Lo hago, con el mayor respeto hacia los destinatarios principales del trabajo de esta Organización, nuestros pueblos.

Asumo esta Presidencia en representación de nuestra querida región de América Latina y el Caribe. Una región de paz. Una región comprometida con los derechos humanos.

La Presidencia de la Asamblea General representa una gran distinción para mí y también para mi país, Ecuador. Es un reconocimiento a nuestra política en favor del multilateralismo y a la vocación solidaria e integracionista de nuestro pueblo. Este año corresponde ir más allá de la agenda política y de gobierno que ha sido mi prioridad en los últimos 11 años. Tengan la certeza que desde hoy, trabajaré bajo la bandera azul de nuestra organización, por los intereses y decisiones compartidas de sus 193 Estados Miembros.

 

Excelencias,

Siendo tan solo la cuarta mujer en ocupar este puesto en 73 años de vida de las Naciones Unidas, quisiera reiterar que dedico esta presidencia a todas las mujeres del mundo. A todas las mujeres que hacen política; a las que luchan por acceder a puestos de trabajo en igualdad de condiciones; a las mujeres y niñas víctimas de la violencia; a las niñas y adolescentes que demandan acceso a información y educación de calidad.

Tres grandes mujeres presidieron esta Asamblea en los últimos 72 años: Vijaya Lakshmi Pandit de la India, en 1953; Angie Brooks, de Liberia, en 1969); y, Haya Rashed Al Khalifa, de Baréin, en el 2006. Mi tributo y homenaje a ellas y al legado que han dejado en esta Organización.

Deseo agradecer a mi antecesor, Su Excelencia Miroslav Lajčák, cuyo trabajo en el 72 Período de Sesiones ha sido ejemplar. Trabajaré cosechando sus logros y continuaré con sus buenas prácticas, en especial con los diálogos matutinos y la coordinación mensual con los principales órganos de la Organización. Le agradecemos Presidente Lajčák por su liderazgo, siempre dialogante, incluyente y colaborador. Le deseamos muchos éxitos en sus funciones de regreso a su querido país, la hermana República Eslovaca.

 

Excelencias,

He sacado el mayor provecho posible de estas pocas semanas de transición. Para ello he contado con el apoyo de la Misión del Ecuador, de los delegados de los Estados que se han integrado al Gabinete de la Presidencia y con el respaldo del personal profesional del Sistema de las Naciones Unidas. Les puedo informar que estamos listos para arrancar el trabajo de esta Asamblea.

 

Señor Secretario General,

Gracias por su respaldo en este período de transición, por sus consejos y por su compromiso con esta Organización. Siguiendo el mandato de los Estados, estoy dispuesta a apoyarlo en todas sus iniciativas dirigidas a fortalecer las operaciones del Sistema de las Naciones Unidas, y mejorar así, la eficiencia y el impacto de su trabajo en el territorio.

 

Excelencias,

La Asamblea General no solo es el órgano más democrático y representativo de la Organización de las Naciones Unidas. Este Foro representa el espacio más diverso de saberes, culturas y profesiones del mundo. Ustedes queridos colegas Representantes y Delegados, constituyen en realidad el Centro de Pensamiento global más grande e influyente. Ustedes, unen sus pensamientos, saberes y visiones para definir los estándares de convivencia entre nuestras naciones y de los gobiernos frente a sus pueblos. Cada día contribuyen a encontrar respuestas a los problemas más sentidos de la humanidad.

En 72 años esta Asamblea ha producido y codificado los aspectos más destacados del derecho internacional y de los derechos humanos.

Son muchos los logros alcanzados pero aún nos quedan grandes desafíos. Hemos tenido avances significativos en la descolonización, pero aún queda una agenda pendiente; cada día trabajamos en la construcción de la paz y la prevención de conflictos, pero el flagelo de la guerra aún continúa presente; hemos avanzado significativamente en acuerdos para la protección del medio ambiente y para frenar el cambio climático, pero el planeta y la naturaleza aún continúan sufriendo y corren un grave riesgo, amenazando incluso la supervivencia de la especie humana.

Hemos alcanzado importantes acuerdos para la protección de nuestros pueblos y nacionalidades indígenas, pero ellos aún continúan siendo los más pobres entre los pobres; hemos logrado avances significativos en la agenda de desarrollo, primero con las Metas del Milenio, pero aún quedan importantes desafíos, ahora recogidos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible, solo para dar algunos ejemplos.

Todos debemos ser conscientes que esta Organización aún tiene muchos retos y son muchas sus deudas. Algunas deudas están empezando a ser saldadas, como ha sido el abordar el fenómeno migratorio a través de un instrumento internacionalmente acordado, lo cual será, sin lugar a dudas, uno de los hitos más importantes de los que seremos testigos en esta sesión. Ojalá alcanzáramos a ser testigos de la solución de otras grandes deudas pendientes de esta Organización, como es la situación del hermano pueblo palestino.

Tenemos también que adaptarnos a los nuevos tiempos. Esta Asamblea debe abordar, por ejemplo, el impacto de las nuevas tecnologías en el mundo del trabajo, en las comunicaciones y en la convivencia social.

 

Excelencias,

El aporte de la Organización de las Naciones Unidas a la humanidad ha sido inmenso. Sin embargo, su impacto y relevancia sería aún mayor si nuestros pueblos sintieran que lo que aquí discutimos y acordamos es, como en efecto lo es, algo que les incumbe de forma directa. No hemos logrado que nuestros pueblos conecten su vida diaria con nuestro trabajo.

Por ello, Hacer a las Naciones Unidas más relevantes para todas las personas será el principal enfoque de mi trabajo durante este período de sesiones. Si logramos establecer esta conexión, en el corto plazo, esto tendría un doble efecto: primero nos acercará como Organización a la sociedad, a la gente, destacando así nuestro rol en sus vidas y necesidades más apremiantes; y en segundo lugar, tendremos en nuestros pueblos a los mejores aliados para implementar, a nivel nacional, los acuerdos que aquí alcancemos.

Por ello, permítanme ser un poco didáctica y dirigirme a aquellos que quizá no conocen lo que sucede el día de hoy en esta Casa.

Estimados ciudadanos del mundo, hoy empieza un nuevo período de sesiones de la Asamblea General, el órgano representativo y de toma de decisiones más importante de la Organización de las Naciones Unidas. Durante los próximos 12 meses, los 193 Estados aquí representados debatirán cerca de 330 resoluciones, sobre igual número de temas, todos, de alto interés mundial. Tenemos programadas cerca de 100 reuniones plenarias y un número indeterminado de reuniones de trabajo y negociaciones.

Este año, nos corresponde asumir, además, 34 mandatos sobre diversos temas de interés global, y la organización de 18 cumbres, foros y reuniones de alto nivel. Finalmente, durante este período nos corresponde dirigir y facilitar 13 procesos intergubernamentales, sobre temas de extremada importancia como las reformas del Consejo de Seguridad, la revitalización de la Asamblea General, el alineamiento de la Asamblea General con la agenda 2030, entre otros.

Quizá esto sonó muy obvio para todos nosotros, pero les aseguro que no es obvio para la gran mayoría de las personas. Por esta razón, he insistido a los equipos de comunicación del Secretariado en la importancia de resaltar más la labor de esta Asamblea. La comunicación debe ser, por tanto, una prioridad en este Periodo de Sesiones.

 

Excelencias,

El programa regular de trabajo y los mandatos que me han encomendado son muchos y todo será debidamente implementado, con su respaldo. Sin embargo, como es costumbre, luego de mis diálogos con muchos de ustedes, con líderes y representantes de varios Estados, y luego del análisis de los temas más apremiantes de la coyuntura global, me he permitido proponer los siguientes siete temas prioritarios para este período de sesiones:

  • En primer lugar, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres debe continuar siendo una prioridad hasta que se logre de forma definitiva. Desde todos los espacios impulsaré el empoderamiento de las mujeres y las niñas. La vida es mejor para todos cuando cada persona, sin discriminación, tiene acceso, en igualdad de condiciones, a todos los derechos humanos.
  • La segunda prioridad será la promoción e implementación de los nuevos pactos mundiales sobre migración y refugiados. Es nuestro deber procurar la protección de millones de refugiados en todo el mundo y encaminar nuestros esfuerzos hacia una migración segura, ordenada y regular. La Conferencia de Marruecos este próximo mes de diciembre será un hito fundamental en esta dirección.
  • La tercera prioridad será la generación de oportunidades de trabajo decente para jóvenes, mujeres y personas con discapacidad, como uno de los desafíos más importantes de las políticas públicas, para el desarrollo y la sostenibilidad de los sistemas de seguridad social.
  • En cuarto lugar, trabajaré para lograr una mayor atención a la protección del medio ambiente. La Asamblea General debe convertirse en una voz que llame a la conciencia pública sobre la contaminación de los desechos plásticos, como un peligro ambiental generalizado que afecta la salud y el bienestar de las personas y los ecosistemas en todo el mundo. Así mismo, prepararemos el camino para la cumbre sobre cambio climático anunciada por el Secretario General para el próximo año.
  • La quinta prioridad se refiere a la importancia de fortalecer el compromiso político y social con las personas con discapacidad. Aún es necesaria una mayor conciencia sobre las necesidades específicas de esta población. La accesibilidad, una educación inclusiva y de calidad y empleos dignos, son desafíos que enfrentan la minoría más grande de la humanidad, que son las personas con discapacidad.
  • La prioridad número seis, será la revitalización de las Naciones Unidas. Trabajaremos en tres ámbitos: la implementación de las reformas del sistema; fortaleceremos el proceso de revitalización de la Asamblea General para optimizar sus métodos de trabajo y potenciar su rol deliberativo y de toma de decisiones. Continuaremos además con el proceso de reforma del Consejo de Seguridad, en consonancia con la voluntad y compromiso de los Estados.
  • La prioridad número siete, pero de enorme trascendencia, será la paz y la seguridad. Los conflictos armados que se desarrollan en este momento no pueden más que causarnos a todos el dolor más grande. Los problemas de seguridad que viven muchas de nuestra sociedades constituyen también un enorme reto para los gobiernos y para nuestra Organización.

Esta Asamblea debe convertirse en el principal órgano constructor de la paz, a través de un enfoque preventivo. La paz sostenible debe afincarse en el diálogo y el entendimiento. Facilitar ese diálogo será mi prioridad. Además, existe un reconocimiento del rol fundamental que cumplen los jóvenes en la construcción de sociedades seguras y la prevención de conflictos. La Asamblea General debe impulsar esfuerzos para que los jóvenes cuenten con mayores oportunidades y participación política, para evitar condiciones que los conduzcan inexorablemente al extremismo violento.

Dos grandes conceptos y visiones estratégicas acompañarán mi trabajo este año, “Paz y Derechos Humanos para Todos”, y “Un Multilateralismo Fortalecido, con Liderazgo Global y Responsabilidades Compartidas”. Alrededor de estos dos ejes giran estas siete prioridades que, aunque ambiciosas, guiarán mi trabajo durante este período de sesiones para alcanzar nuestra meta de construir unas Naciones Unidas más relevantes para todas las personas.

 

Excelencias,

Una de las formas más eficaces de medir el impacto de nuestra Organización está en la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El mayor indicador de éxito del trabajo de esta Asamblea será el bienestar de la gente, en su vida cotidiana y en su perspectiva de futuro. Este impacto será, en última instancia, lo que hará que las Naciones Unidas continúen siendo relevantes y valiosas para el mundo.

Nuestra agenda de trabajo es enorme. Mi función será alentar el diálogo y facilitar la generación de consensos durante nuestras consultas y diálogos permanentes, a fin de tomar decisiones orientadas a la acción.

Excelencias, ahora comenzamos una nueva sesión, con una intensa actividad en las próximas semanas de septiembre.

Finalizaremos los preparativos para la Cumbre de Paz de Nelson Mandela, del 24 de septiembre. Este evento, en honor del centenario del nacimiento de Madiba, brindará a todos los Estados la oportunidad histórica de presentar sus puntos de vista sobre cómo prevenir conflictos y dar un impulso renovado en la construcción de sociedades pacíficas.

El 25 de septiembre es el primero de nueve días de Debate General. Una vez más, nuestros líderes podrán escuchar y ser escuchados en el único espacio que existe para ello, esta Asamblea General. Es en esta casa donde todas las naciones por igual cuentan con el mismo asiento, el mismo botón para votar o pedir la palabra, el mismo derecho a escuchar y ser escuchado.

Aliento a sus delegaciones a estar representadas en el salón de la Asamblea General, mientras nuestros Jefes de Estado y de Gobierno pronuncian sus discursos. Sólo conociéndonos y escuchándonos podremos avanzar en el cumplimiento de nuestras aspiraciones comunes por la paz, la seguridad, los derechos humanos y el desarrollo sostenible.

Les aseguro que apoyaré y encabezaré con la participación de todos los Estados, los esfuerzos para que todas las reuniones y conferencias de alto nivel sobre la salud; cambio climático; Cooperación Sur-Sur; países de renta media, entre otros mandatos, sean exitosas. Es de mi interés que estas deliberaciones lleguen a recomendaciones útiles y concretas.

 

Excelencias,

Como lo señalé el día de mi elección, permítanme asegurarles que cumpliré, con absoluta responsabilidad, el Código de Ética para el presidente de la Asamblea General, y los preceptos de la Carta de las Naciones Unidas y las Reglas de Procedimiento de esta Asamblea General.

Durante este período de sesiones se cumplirán 70 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La Resolución 217/A del 10 de diciembre de 1948 es quizás una de las resoluciones más importantes que ha adoptado esta Asamblea ya que marcó el inicio de una nueva era, la de la universalización de los derechos humanos. A veces no somos consientes de que cada día, con las resoluciones que adoptamos en este mismo salón, estamos haciendo historia.

Sigamos juntos haciendo historia, construyendo un mundo más igualitario y libre, más sostenible y respetuoso de la naturaleza, más incluyente y solidario. Gracias por su respaldo y su confianza. Y con esto doy inicio al trabajo de esta Asamblea.

Muchas gracias