Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Mundial de la Alimentación
16 de octubre de 2014
Hoy, y cada día, comemos gracias al esfuerzo de las familias de agricultores que administran la gran mayoría de las explotaciones agrícolas del mundo, conservan los recursos naturales y la biodiversidad agrícola y constituyen la piedra angular de una agricultura y unos sistemas alimentarios inclusivos y sostenibles.
Resulta oportuno que en este Año Internacional de la Agricultura Familiar hay 100 millones de personas menos que padecen hambre que hace tan solo 10 años. Sesenta y tres países han reducido a la mitad la proporción de su población que está desnutrida. Nuestra visión de hambre cero está a nuestro alcance.
Sin embargo, aún queda mucho por hacer. Más de 800 millones de personas no disponen de suficientes alimentos sanos y nutritivos para llevar una vida activa. Uno de cada tres niños de corta edad está malnutrido.
Las familias de agricultores son clave para impulsar el progreso mundial, pero se encuentran en una situación de desventaja en cuanto al acceso a la tecnología, los servicios y los mercados, y están profundamente expuestas a condiciones meteorológicas extremas, el cambio climático y la degradación ambiental.
Garantizar la igualdad de acceso, especialmente de la mujer, a los recursos productivos es esencial para el empoderamiento de los 500 millones de pequeños agricultores con el fin de ayudar a erradicar la pobreza y proteger el medio ambiente.
En la Cumbre sobre el Clima celebrada en Nueva York el mes pasado más de un centenar de organizaciones y gobiernos se comprometieron a colaborar más estrechamente con los agricultores, los pescadores y los ganaderos para mejorar la seguridad alimentaria y la nutrición al mismo tiempo que se lucha contra el cambio climático. La iniciativa “Reto del Hambre Cero” y el Movimiento SUN para el Fomento de la Nutrición son asociaciones catalizadoras de colaboración con los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado. El Comité de Seguridad Alimentaria Mundial ha hecho progresos notables en el ámbito de la inversión responsable en la agricultura, haciendo frente a las pérdidas y el desperdicio de alimentos y adoptando medidas para promover la pesca y la acuicultura sostenibles.
En 2015 tenemos la oportunidad de cambiar el rumbo mediante el logro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la elaboración de un nuevo programa de desarrollo sostenible y la promoción de un acuerdo universal significativo sobre el clima. Un mundo libre de pobreza y hambre en el que todas las personas disfruten de su derecho a una alimentación adecuada es fundamental para el futuro que queremos.
En este Día Mundial de la Alimentación, decidámonos a poner fin al hambre durante nuestras vidas.
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