Secretario General

Mensaje con ocasión del Día Internacional de las Naciones Unidas
en Apoyo de las Víctimas de la Tortura

26 de junio de 2005

El Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura brinda una oportunidad de reafirmar nuestro compromiso de erradicar la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes, independientemente del modo en que se produzcan o se manifiesten. Es también una ocasión de hacer una pausa y recordar a las víctimas de la tortura que no han sobrevivido, escuchar las historias de las que sí lo han hecho y apoyar sus esfuerzos por lograr que se haga justicia a las víctimas de la tortura y sus familias, incluso mediante la colaboración con el Fondo de las Naciones Unidas de Contribuciones Voluntarias para las Víctimas de la Tortura.

Para las Naciones Unidas, cuyos fundadores reafirmaron su fe en los derechos humanos fundamentales y la dignidad de la persona, impedir y erradicar la tortura es un objetivo esencial. El Relator Especial sobre la tortura ha trabajado durante dos decenios para que se avance en la consecución de ese objetivo. El Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, por el que se establece un marco que permite las visitas de órganos nacionales e internacionales a lugares donde haya personas privadas de libertad, es fundamental para que la labor del Relator Especial sea eficaz. Reitero mi llamamiento a todos los Estados para que lo ratifiquen y se adhieran a él.

Asimismo, debemos recordar que el carácter intrínseco de la prohibición de la tortura no es negociable y que ésta no puede justificarse bajo ningún tipo de circunstancia. Ello incluye, de conformidad con el artículo 3 de la Convención, la prohibición absoluta de transferir a una persona a otra jurisdicción cuando se tengan motivos razonables para creer que, en ella, dicha persona corre el riesgo de sufrir torturas.

La tortura, en todas sus formas y en todos los contextos, es inaceptable y no puede tolerarse. Reafirmemos en este día nuestro compromiso con ese principio y decidámonos a perseverar en nuestra labor para poner fin a la tortura en nuestro mundo.