Mensaje del Secretario General con ocasión del Día Internacional de los Voluntarios

(5 de diciembre de 2004)

Si queremos progresar en la aplicación de la Declaración del Milenio y avanzar resueltamente en el logro de los objetivos de desarrollo del Milenio, será necesario contar con la colaboración de personas de todo el mundo; a este respecto, el voluntariado sigue siendo un poderoso y eficaz instrumento de participación.

El voluntariado sobre el terreno en cada comunidad, o desde casa por la Internet, permite a las personas corrientes llevar a cabo tareas extraordinarias. Su contribución es vital, ya tenga por objetivo erradicar la pobreza, el hambre, las enfermedades y el analfabetismo, luchar por proteger el medio ambiente del planeta o salvaguardar a las mujeres de la discriminación y la violencia.

La fuerza del voluntariado reside en su universalidad, en los incontables actos de solidaridad y asistencia que tienen lugar día a día, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. Todas las formas de voluntariado son válidas: tan sólo se necesita que la persona esté dispuesta a compartir su tiempo, sus aptitudes o una idea brillante.

En este Día Internacional de los Voluntarios, exhorto a los gobiernos y a la sociedad civil a crear más oportunidades de voluntariado. Todos debemos reconocer que los voluntarios desempeñan un papel fundamental en el proceso de desarrollo y que el poder del voluntariado contribuye enormemente a la construcción de un porvenir más seguro y sostenible.