Cuando una persona se convierte en refugiada –es decir, una persona que ha escapado de su país por motivos políticos, religiosos o económicos o huyendo de una guerra–, no solo se queda sin su hogar. Siente que ha perdido tu identidad, y también se han perdido por el camino los fuertes vínculos que le unían a sus amigos y familiares que se han quedado en su país. De repente se encuentra en un entorno nuevo en el que no puede contar con nadie. Hay que imaginarse el valor que se necesita para rehacer la vida partiendo de cero.

Para conmemorar el Día Mundial de los Refugiados, que se celebra el 20 de junio, la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés) ha producido una serie de podcasts y artículos en los que se narran historias de refugiados de Afganistán, Myanmar/Tailandia, Nepal/Bután, Haití y Rwanda.

Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 79,5 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a huir de sus hogares. Entre ellas hay 26 millones de refugiados y refugiadas, la mitad de los cuales son menores de 18 años. Casi el 50% de todos los niños y niñas refugiados(as) en edad escolar no están escolarizados(as) y solo un 3% de estudiantes refugiados(as) cursan actualmente estudios superiores. Los motivos de esta situación están estrechamente relacionados con la falta de asistencia psicológica y económica y a menudo con la deficiente calidad de las políticas gubernamentales de los países de acogida.

La educación superior brinda a los refugiados(as) oportunidades de introducir un cambio radical en sus vidas, lo cual puede resultar beneficioso no solo para los refugiados(as) sino también a largo plazo para sus comunidades de acogida. En esta serie, la UNAI presenta las historias de Neh Meh, Dawood, Aliny, Lok Darjee y Donaldo, que se han matriculado en clases de educación superior como un medio para mejorar sus vidas.

Lok Darjee, de 26 años, se está preparando para iniciar un nuevo capítulo en su vida. Ha sido admitido en el programa de Maestría en Administración Pública, en la Universidad Rutgers (Estados Unidos). También está en lista de espera para cursar la Maestría en Política Económica y Desarrollo en la Universidad Columbia de la ciudad de Nueva York, y también para la Maestría en Políticas Públicas en la Universidad de Chicago.

Lok Darjee ha recorrido un largo camino. Pasó su infancia como refugiado en Nepal, donde su familia vivía en una choza sin electricidad, sin agua corriente e incluso sin comida suficiente. “Recibíamos entre 4,5 y 7 kg de arroz para un mes y teníamos que compartirlo entre los seis", recuerda.

En 1992, los padres de Lok Darjee salieron de su casa de Bután y huyeron a Nepal, siguiendo los pasos de tantos otros nepaleses que habían sido expulsados a la fuerza de sus tierras a principios de la década de 1990. Tres años después nació Lok Darjee en un campamento de refugiados de Nepal.

Tenía 10 años cuando su padre sufrió un accidente cerebrovascular y, de repente, Lok Darjee tuvo que asumir la responsabilidad de mantener a la familia. Pero cuando tenía 16 años, las organizaciones no gubernamentales responsables del mantenimiento del campamento de refugiados les ofrecieron una oportunidad de trasladarse a los Estados Unidos con el estatus de refugiados. Pensando que esta sería una buena oportunidad para Lok Darjee y sus hermanos pequeños, la familia decidió marcharse de Nepal y posteriormente fue acogida en el CSI Refugee Center en Idaho.

Después de graduarse en una escuela local de educación secundaria, Lok Darjee estudió física y economía en la Universidad Brigham Young. Para financiar su educación y pagar las facturas de su familia tuvo que buscar tres o cuatro empleos a tiempo parcial al tiempo que estudiaba. “Fue uno de los momentos más difíciles de mi vida”. Sin embargo, Lok Darjee logró sacar tiempo para poner en marcha el Proyecto R, que tiene como finalidad ayudar a los jóvenes refugiados a integrarse en la sociedad a través de un programa de mentorías.

“Para poner en marcha este proyecto me inspiré en mi propia trayectoria. Cuando estaba en la escuela de secundaria me decían que, al ser refugiado, no podía asistir a la universidad. Luego, en la universidad, tuve problemas para decidir qué quería estudiar y qué iba a hacer después de licenciarme. Normalmente son los padres los que nos ayudan a decidir estas cosas pero, lamentablemente, los padres de los refugiados no suelen tener mucha idea sobre la educación superior ni sobre el sistema educativo en general.”

A su regreso al campamento de refugiados, Lok Darjee tuvo una mentora que le enseñó inglés y le informó sobre los sistemas educativos. Esta mentora era una estudiante de doctorado de la Universidad de Oxford que estaba investigando, para su tesis, el papel de los niños en los campamentos de refugiados. Lok Darjee, que trabajaba como su ayudante, supo que miles de niños refugiados eran víctimas de abusos, de matrimonios forzosos o de violaciones o no tenían ni siquiera acceso a la escuela primaria. Su primera experiencia con esta mentoría le hizo convertirse a su vez en mentor para niños refugiados como él.

En el marco del Proyecto R, los niños refugiados tienen la oportunidad de hacer preguntas sobre el procedimiento para solicitar el ingreso en una universidad, obtener asesoramiento sobre los cursos que pueden realizar, acostumbrarse a hacer redacciones o tener más información sobre becas. “Hasta el momento hemos ayudado a 90 refugiados, la mayoría de los cuales han podido asistir a un centro comunitario de enseñanza superior gracias a nuestra ayuda. Ellos me ven como una inspiración. Pero todo esto se acabó cuando empezó la pandemia. Nuestros voluntarios están luchando con sus propias vidas y los refugiados tienen que centrarse en sobrevivir y en mantener económicamente a sus familias y no tienen tiempo para pensar en el futuro”.

Pese a todas estas dificultades, Lok Darjee no piensa dejar de ayudar a otras personas. “Toda mi vida he creído en el valor de la educación y creo que es muy importante, en particular para los que comparten un origen similar como refugiados. La educación ayuda a las personas a formar su identidad. Yo quiero estudiar una maestría para poder utilizar los nuevos conocimientos que he adquirido sobre el desarrollo de programas para aquellos refugiados que quieran lograr su independencia económica”.

Para escuchar la historia completa en inglés, haga click en este enlace.