Según el documento Aprovechando las tecnologias digitales para la inclusión social, publicado por el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES), "para que nadie se quede atrás, todo el mundo debería estar conectado. Sin embargo, la mitad de la población mundial, es decir unos 3.700 millones de personas, no utiliza Internet". En otro documento publicado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) se señalaban los efectos que ha tenido esta brecha digital en la educación durante la pandemia de COVID-19 y se afirmaba que el salto al aprendizaje digital ha excluido "a un gran número de estudiantes, lo que ha contribuido a amplificar las disparidades que ya existían en el ámbito educativo antes de la pandemia”.

Para enfrentar la brecha digital y hacer hincapié en la importancia de invertir en la inclusión en este ámbito, la Universidad Federal del Cariri (UFCA), institución brasileña miembro de la iniciativa Impacto Académico de las Naciones Unidas (UNAI, por sus siglas en inglés), amplió sus iniciativas para garantizar a los estudiantes el acceso a las herramientas digitales que necesitan para continuar sus estudios. Antes de la pandemia, la universidad ya ofrecía un programa de ayudas económicas para la inclusión digital. En el marco de este programa, los estudiantes vulnerables de la UFCA recibieron dinero para adquirir una computadora portátil nueva o para actualizar, mantener o reparar la que ya tenían. Entre los años 2018 y 2019, un total de 765 estudiantes recibieron fondos de este programa.

Con la pandemia, el aprendizaje remoto se convirtió en la principal modalidad  de enseñanza en la mayoría de las universidades brasileñas, y el acceso a Internet y los equipos digitales se volvió algo imprescindible para todos los estudiantes. En 2020, la universidad reasignó recursos a fin de ampliar el programa de ayudas digitales y aumentar así el número de estudiantes que participaban en las clases en línea. Gracias a la ampliación de la ayuda a la inclusión digital, 527 estudiantes de la UFCA compraron una computadora portátil y 190 actualizaron la que ya tenían.

Además, 221 estudiantes de la UFCA se beneficiaron de un programa del Gobierno federal destinado a proporcionar chips que permitieran el acceso a Internet 3G. Según cuenta Vitória Santos Ângelo, estudiante de pregrado, "existen disparidades entre los estudiantes, especialmente los que se encuentran en situaciones vulnerables; y ese es mi caso. Nunca he tenido una computadora y gracias al programa de ayuda a la inclusión digital pude comprarme mi primera computadora. No me imagino cómo habría podido continuar con mis estudios sin ella durante la pandemia.”

Otra estudiante llamada Jéssica Sousa dijo que ella tampoco tenía una computadora propia y tenía que quedarse después de las clases en la biblioteca de la universidad para hacer las tareas asignadas. “Cuando tuve la oportunidad de pedir la ayuda para la inclusión digital, reuní la documentación necesaria y me dieron una subvención. Tras la adquisición de la computadora, mi rendimiento en los cursos ha mejorado mucho y cuando, debido a la pandemia, las clases presenciales se suspendieron indefinidamente esta computadora fue una herramienta todavía más importante, ya que me permitió seguir trabajando activamente”.

La pandemia de COVID-19 ha puesto de manifiesto que la brecha digital sigue siendo una realidad para muchos estudiantes, y este programa contribuye a colmar esa brecha y a garantizar que los estudiantes, en particular los que proceden de familias económicamente vulnerables,  puedan continuar sus estudios y evitar quedarse atrás.