¿Y si existiera una herramienta que pudiera ayudar a los países a evitar la guerra y a resolver los problemas en las situaciones posteriores a los conflictos, ayudar a las comunidades a colaborar más estrechamente y ayudar a las personas a mejorar sus relaciones interpersonales, a cuidar más el medio ambiente y a ser mejores ciudadanos del mundo? Pues bien, esta herramienta ya existe, y se denomina Inteligencia Emocional (IE o EQ). Aunque existen muchas definiciones de Inteligencia Emocional, en términos generales la IE es la capacidad de identificar, utilizar, entender y gestionar las emociones de manera eficaz y positiva. En esta serie, la Iniciativa Impacto Académico explorará a lo largo de esta semana los diversos aspectos de la Inteligencia Emocional y cómo puede utilizarse en diversos entornos para ayudar a generar empatía y lograr un mundo mejor.
Desde finales del siglo XX nos enseñaron que el Cociente Intelectual (CI o IQ) era la medida que definía la capacidad cognitiva. Las pruebas para medir el cociente intelectual se han utilizado para asignar el nivel educativo, evaluar a los aspirantes a un puesto de trabajo y evaluar la discapacidad intelectual. En la mayoría de los casos, el CI se consideraba un rasgo hereditario y no algo que podía mejorarse fácilmente. Sin embargo, en la década de 1960 apareció la primera referencia a lo que se denominó Cociente Emocional (EQ), o Inteligencia Emocional (IE). La Inteligencia Emocional se compone de numerosos elementos y uno de ellos consiste en ser dueño de nuestros actos, es decir, reconocer, entender y gestionar las propias emociones. Otro elemento consiste en reconocer los sentimientos de los otros y responder adecuadamente a ellos, y aquí se incluye la empatía.
Varios estudios de investigación realizados en los Estados Unidos sobre la Inteligencia Emocional han demostrado que las personas con un Cociente Emocional (EQ) más alto sufren menos dolencias físicas, menos ansiedad y depresión y utilizan con mayor frecuencia estrategias de respuesta activas para resolver problemas. Las personas con un alto grado de inteligencia emocional reconocen sus puntos fuertes y débiles, saben gestionar el estrés, trabajan bien con otras personas, tienen conciencia social y desarrollan estrategias que les ayudan a alcanzar sus objetivos en la vida, y todo ello contribuye a lograr niveles de felicidad más altos.
Estas aptitudes pueden aplicarse a diversos entornos, desde la vida cotidiana al lugar de trabajo, y pueden enseñarse igual que otras aptitudes. Los estudios de investigación han demostrado que el EQ puede mejorarse y que la Inteligencia Emocional puede enseñarse en las aulas como se enseñan las matemáticas, el inglés o cualquier otra aptitud o materia. Los resultados de cientos de estudios controlados indican que la enseñanza de la Inteligencia Emocional mejora las aptitudes socioemocionales de los estudiantes, las actitudes hacia ellos mismos y hacia los demás, la conexión con la escuela, los resultados académicos y la conducta social positiva, al tiempo que reducen los problemas de conducta, como las agresiones, el acoso, el consumo de drogas y las tasas de abandono escolar.
La primera persona entrevistada dentro de nuestra serie sobre Inteligencia Emocional es el Doctor Goleman, pionero en este ámbito de la Inteligencia Emocional, cuyo libro publicado con este mismo título en 1995 está considerado un texto fundamental en este tema. Goleman colaboró durante muchos años como periodista científico en el The New York Times, donde escribió sobre el cerebro y las ciencias de la conducta. Su labor de investigación ha redefinido nuestra apreciación de la inteligencia, los rasgos que caracterizan a una persona holística y las aptitudes que contribuyen de forma importante a que las personas tengan una vida satisfactoria. Goleman es cofundador de la iniciativa CASEL (Collaborative for Academic, Social, and Emotional Learning) (www.casel.org), en la Universidad de Illinois en Chicago. La misión de CASEL se centra en incorporar programas con base empírica para contribuir a los programas de alfabetización emocional en las escuelas de todo el mundo.
En su entrevista, el Doctor Goleman habla sobre los componentes de su modelo de Inteligencia Emocional, de cómo los directivos podrían beneficiarse de la aplicación de esta herramienta en sus lugares de trabajo y de cómo la Inteligencia Emocional puede ayudar a recuperarse a las personas que han sufrido algún trauma.
El viernes, 17 de mayo, el Doctor Goleman participó en una conferencia sobre el papel de la Inteligencia Emocional en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que tuvo lugar en la Sala del Consejo Económico y Social de las 10:00 horas a las 14:00 horas, en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.
A continuación figuran diversos recursos en los que se puede encontrar más información sobre la Inteligencia Emocional y su aplicación en el ámbito educativo:
- Emotional Intelligence: Why It Can Matter More Than IQ (Amazon)
- CASEL
- Six Seconds – The Emotional Intelligence Network
Unlocking your Emotions to Achieve the SDGs: Emotional Intelligence
Unlocking your Emotions to Achieve the SDGs: Emotional Intelligence with Daniel Goleman
