Secretario General
Mensaje con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa
2 de mayo de 2003

Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, reafirmamos el derecho de la prensa a hacer su trabajo. A menos que las ideas y la información puedan circular libremente, tanto en el interior de las naciones como a través de las fronteras, la paz seguirá siendo tanto más difícil de alcanzar. Dondequiera que se impone la censura los perdedores son la democracia y el desarrollo. Una prensa libre e independiente es no sólo la savia de que se nutren las sociedades fuertes y eficaces sino también un nexo vital con el progreso.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa constituye también una oportunidad para recordar a los numerosos periodistas que pierden la vida en el cumplimiento de su misión. En este momento los más presentes en el pensamiento de muchos de nosotros deben ser los 14 que murieron -y los dos que siguen en paradero desconocido- en la guerra del Iraq. Todavía no conocemos, y tal vez nunca conozcamos, las circunstancias exactas de todas esas muertes. Lo que sí sabemos, gracias al Comité para la Protección de los Periodistas, es que, por muy peligrosa que pueda ser la guerra para quienes informan sobre ella, la mayoría de periodistas que perecen en el cumplimiento de su deber en todo el mundo son asesinados, es decir, esas personas son tomadas deliberadamente como blanco porque revelan casos de corrupción o de abuso de poder o porque se enfrentan a intereses creados, legítimos o ilegítimos: en una palabra, por hacer su trabajo. También hay periodistas que son encarcelados por los mismos motivos: 136 a fines de 2002, según informa el Comité. Además, cientos de ellos son víctimas de hostigamiento, intimidación y agresiones físicas. Aparte de las tragedias personales que conllevan, esos actos pueden tener un efecto paralizador en el conjunto de la sociedad, ya que sofocan la discrepancia y el debate. Esos atentados no deben tolerarse. Quienes los perpetran deben ser llevados ante la justicia.

Este año el Día Mundial de la Libertad de Prensa llega en un momento en que la prensa está dedicada a analizar las complejidades de su papel en los conflictos armados e intenta abordar las prácticas profesionales y las normas éticas que deberían guiar la forma en que los medios de comunicación informan sobre la guerra, así como sus responsabilidades que persisten después del conflicto.

El periodismo entraña siempre decisiones difíciles, pero en tiempo de guerra aumenta el nivel de intensidad, lo cual conduce a un auténtico campo minado de problemas: la objetividad frente a la propaganda; el escepticismo frente al sectarismo; el contexto global frente a imágenes dramáticas concretas; la lucha de los informadores por equilibrar la necesidad de ser objetivos con las ventajas del acceso que ofrece estar "integrados" en las fuerzas; la necesidad de dar a conocer los efectos del conflicto, particularmente en la población civil, sin mostrar imágenes de muerte y sufrimiento que son una afrenta a la dignidad humana; y si en realidad la saturación informativa no acaba por reducir nuestra capacidad de reaccionar, de ser solidarios y de actuar.

Una cuestión que nos preocupa particularmente en las Naciones Unidas es la de la selectividad: nos preguntamos por qué algunas cuestiones y situaciones son objeto de cobertura informativa mientras que otras, que al parecer tienen la misma importancia, no llegan a cobrar el mismo nivel de interés.

Esas preguntas no tienen respuestas sencillas. Mientras continuamos dándoles vueltas, desearía también aprovechar este Día Mundial de la Libertad de Prensa para instar a que se actúe por lo menos en relación con una cuestión importante sobre la que todos deberíamos poder estar de acuerdo: los medios de información que incitan al odio. En Rwanda y en Bosnia y Herzegovina el mundo fue testigo de actos de genocidio y crímenes contra la humanidad que habían sido desencadenados en parte por campañas de violencia nacionalista y etnocéntrica, propagadas por los medios de comunicación. Más recientemente, en Côte d'Ivoire, numerosos medios de difusión comenzaron a utilizar lo que muchos han considerado mensajes xenófobos, manipulación política, denuncias infundadas e incitación a la violencia contra personas y grupos, especialmente los de determinado origen extranjero. La situación se ha calmado un poco, pero una vez más el mundo fue testigo de que el mal uso de la información puede tener consecuencias mortíferas.

El hecho de que el Tribunal Penal Internacional para Rwanda haya enjuiciado a los principales responsables del fomento del genocidio por parte de la emisora de radio y televisión Mille Collines es un paso importante. No obstante, lo que realmente importa es que logremos impedir este tipo de incitación en el futuro. El mejor antídoto es la existencia de medios de comunicación libres e independientes que respondan a las necesidades de todos los sectores de la sociedad. Las Naciones Unidas colaboran estrechamente con medios de comunicación y organizaciones no gubernamentales de muchos países para apoyar la difusión de noticias objetivas y otras iniciativas encaminadas a promover normas de conducta profesional y el libre intercambio de información. Necesitamos más relaciones de colaboración de este tipo, y necesitamos que se mantengan a largo plazo.

La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, cuya primera parte se celebrará en Ginebra en diciembre, puede efectuar una contribución importante a la causa de la libertad de prensa. La expresión "sociedad de la información" es un intento de definir los nuevos contornos de nuestro tiempo. Hay quienes se han referido a la era digital o la edad de la información. Cualquiera que sea el término que empleemos, la sociedad que construyamos deberá ser abierta y pluralista, una sociedad en que todas las personas de todos los países tengan acceso a la información y a los conocimientos. Los medios de comunicación son quienes más pueden hacer para ayudarnos a alcanzar este objetivo y superar la brecha digital. La prensa puede beneficiarse también de la Cumbre, si obtiene de los dirigentes mundiales un firme compromiso de defender la libertad de los medios de comunicación. Confío en que la prensa informará de ese acto con toda la energía de la profesión.



Preparada en español por la Sección del Sitio Internet de la ONU
de la División de Noticias y Medios de Información del Departamento
de Información Pública © Naciones Unidas 2003