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Logo de las Naciones Unidas Fighting Poverty: A Matter of Obligation, Not Charity, 10 de diciembre Logo de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
 

Vínculos entre la pobreza y los derechos humanos

Derecho a la vida y a la integridad física

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 3;
  • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículo 6.

La vida y el bienestar de las personas que viven en una situación de extrema pobreza se ven constantemente amenazados por la falta de alimentos, el riesgo de enfermedades, el trabajo peligroso y las condiciones de vida precarias. Esas personas sufren violencia de todo tipo, que incluye ataques, hostigamiento, intimidación, grave discriminación y, en algunos casos, incluso amenazas de muerte. Las mujeres pobres son particularmente vulnerables a la violencia en el hogar y otras formas de violencia en función del género

Derecho al reconocimiento como persona ante la ley y a ser inscrito

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 6;
  • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 16 y 24.

De resultas de la falta de domicilio legal y de los elevados costos directos e indirectos de la inscripción, las personas que viven en la pobreza frecuentemente no están reconocidas ante la ley y se enfrentan a graves obstáculos para inscribir a sus hijos. El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) estima que, en 2003, no se inscribieron los nacimientos de alrededor de 48 millones de niños (el 36% del total de los nacimientos que habían tenido lugar en todo el mundo ese año)7. El hecho de no aparecer inscrito, es decir, de no tener una identidad jurídica, hace muy difícil matricularse en la escuela, obtener un empleo, acceder a los servicios sociales, ejercer los derechos políticos, probar la paternidad, contraer matrimonio, probar la nacionalidad, viajar libremente dentro y fuera de las fronteras nacionales, intervenir en actuaciones ante los tribunales o incluso evitar ser encarcelado. El reconocimiento de ese derecho es, por consiguiente, una condición sine qua non para la realización de muchos otros derechos.

Derecho a la justicia

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículos 10 y 11;
  • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, artículos 14 y 15.

Las personas que viven en la pobreza son especialmente vulnerables a las violaciones de sus derechos y frecuentemente no pueden hacer uso del mecanismo más eficaz posible para defenderse frente a tales abusos, a saber, la protección de los tribunales. Su acceso a la justicia se ve obstaculizado por limitaciones financieras, el analfabetismo, la falta de instrucción y de información, la falta de confianza en sí mismas, la complejidad de los procedimientos, la desconfianza y el temor basados en su experiencia frente al sistema judicial y el lento ritmo con el que se imparta justicia. Ello resulta particularmente preocupante, dado que las personas que viven en la pobreza tienen más probabilidades que otras de ser discriminadas y sus derechos humanos fundamentales frecuentemente se violan con impunidad.

Derecho a intervenir en la vida política

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 21.

Como consecuencia de la falta de información y de poder político, las personas que viven en la pobreza no pueden participar verdaderamente en los procesos de adopción de decisiones políticas. La discriminación social, la carencia de vivienda y de educación y la no inscripción en el registro civil son otros obstáculos para el ejercicio de los derechos políticos. Así pues, los pobres no pueden influir en las políticas en su propio beneficio y no se tienen en cuenta sus necesidades concretas. Además, los muy pobres también están más expuestos que otros a la manipulación sin escrúpulos de la libertad de elección.

Derecho a participar en la vida social y cultural

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 22;
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 15.

Dado que representa una fuerza unificadora de la sociedad, la cultura es un componente importante de la integración social y sirve de protección frente a la exclusión social. No obstante, las culturas de las minorías y los grupos indígenas no se respetan frecuentemente y las personas que viven en la pobreza suelen carecer de la capacidad básica para participar activamente en la vida social, cultural y política de sus comunidades.

Derecho a un trabajo decente

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 23;
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículos 6, 7, 8 y 9.

La obtención de un empleo en el sector estructurado frecuentemente resulta imposible para los pobres como consecuencia de la discriminación social y de la carencia de vivienda, de educación o de formación. Por ello, los pobres se ven obligados a buscar trabajo en el sector no estructurado de la economía. Ese trabajo se caracteriza por el escaso nivel de especialización, la inseguridad, la peligrosidad y un nivel de remuneración sumamente bajo que no garantiza un nivel de vida adecuado. Dado que las personas que viven en la pobreza no suelen disponer de capital, sino únicamente de su propio trabajo, es esencial garantizarles el derecho a un trabajo decente para que puedan disfrutar de otros derechos, como el de la alimentación, la salud y la vivienda.

Derecho a un nivel de vida digno

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 25.

Las personas que viven en la pobreza suelen estar malnutridas y tienen un acceso insuficiente al vestido, el alojamiento, el agua y el saneamiento, la asistencia médica y los servicios sociales. Ello afecta negativamente a su capacidad de hacer valer otros derechos, como los de la educación, la salud y el trabajo, con lo que se refuerza el círculo vicioso de la pobreza.

Derecho a una alimentación adecuada

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 25;
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 11.

La alimentación adecuada es necesaria para la supervivencia del ser humano y para llevar una vida sana. La desnutrición sitúa las personas que la padecen en una situación de desventaja en la vida: impide que los niños se concentren en la escuela, al tiempo que el hambre reduce la productividad de los trabajadores. La pobreza puede dar lugar a desnutrición y ésta probablemente intensifica la pobreza.

Derecho a la vivienda

  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 11;
  • Convención sobre los Derechos del Niño, artículo 27.

La vivienda de las personas muy pobres —en caso de que la tengan— frecuentemente está construida con materiales de baja calidad, carece de agua corriente, instalaciones de saneamiento y electricidad y suele estar ubicada en entornos insalubres y distantes de los servicios básicos. La vivienda es frecuentemente insegura de resultas de desahucios legales o arbitrarios y de la incapacidad de los pobres de pagar incluso un alquiler mínimo de manera periódica. Además, la vivienda deficiente influye en gran medida en el ejercicio de otros derechos, como los de la salud y el empleo. La precariedad de la vivienda puede afectar asimismo al nivel de instrucción, ya que constituye un obstáculo para asistir periódicamente a la escuela y para el desarrollo intelectual y físico de los niños como consecuencia de la falta de estabilidad y de espacio, de la insalubridad del medio ambiente, del hacinamiento y del ruido.

Derecho a la salud

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 25;
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículo 12.

La mala salud contribuye a la pobreza, ya que reduce la productividad de los trabajadores, hace disminuir el nivel de instrucción y limita las oportunidades. Paralelamente, la mala salud es frecuentemente consecuencia de la pobreza. Los servicios de salud para los pobres son frecuentemente inaccesibles o inadecuados o están mal equipados. En el caso de los pobres, las tasas de mortalidad son especialmente elevadas, la esperanza de vida es muy reducida y los embarazos y partos son particularmente peligrosos. Aunque son los más expuestos a las enfermedades, los grupos más pobres de la población suelen ser los que menos se benefician de las campañas de vacunación.

Derecho a la educación

  • Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 26;
  • Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, artículos 13 y 14.

La educación es uno de los medios más eficaces de romper el círculo vicioso de la pobreza y es fundamental para la realización de otros derechos, como los derechos al trabajo, la salud y la participación política. No obstante, suele ser inaccesible para quienes viven en la pobreza. Cuando los ingresos familiares son insuficientes, los hijos se ven obligados a participar en la búsqueda diaria de medios de subsistencia para la familia o a trabajar fuera del hogar. Eso afecta negativamente a su capacidad de aprender y asistir a la escuela. Los niños pobres que pueden asistir a la escuela se ven en ocasiones rechazados o discriminados por causa de su origen social.

Fuentes: E/CN.4/Sub.2/1996/13; "Draft Guidelines: A Human Rights Approach to Poverty Reduction Strategies", Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (2002).

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