21 de marzo de 2021

Tras el Día Internacional de los Bosques de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas, mediante una resolución de diciembre de 2012, declaró el 21 de marzo de cada año Día Internacional de los Bosques. En él se recuerda y se conciencia sobre la importancia de todos los tipos de bosque, por medio de actividades relacionadas con los entornos forestales y los árboles. Los actos se llevan a cabo en todo el mundo, en el ámbito local, nacional e internacional.

El Día Internacional de los Bosques se centra cada año en un tema concreto. Debido a los efectos de la pandemia de COVID-19 y al hecho de que 2021 es el primer año del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), el tema de este año es «Restauración forestal: un camino a la recuperación y el bienestar».

El impacto de la pandemia de COVID-19 en todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) ha demostrado que lo que comenzó como una emergencia sanitaria mundial rápidamente se ha convertido en una crisis humana y socioeconómica. Aunque la pandemia compromete el progreso hacia la consecución de los Objetivos, también hace que alcanzarlos resulte aún más urgente y necesario. Y ahí es donde entra en juego la restauración forestal.

Bosques sanos equivalen a personas sanas. Los bosques proporcionan beneficios para la salud, como aire fresco, alimentos nutritivos, agua limpia y espacio para el esparcimiento. En todo el mundo, en torno a mil millones de personas dependen en alguna medida de los alimentos forestales, como la caza, los insectos comestibles y los productos vegetales, las setas y el pescado.1 Alrededor de 2.400 millones de personas tanto de áreas urbanas como rurales utilizan energía basada en la madera para cocinar, y se calcula que .200 millones de personas dependen de sistemas de agrosilvicultura.2 Cuando se produce un desastre, se pierde una cosecha o se destruye el empleo, los bosques actúan como red de seguridad que proporcionan alimentos e ingresos a las comunidades afectadas. Los bosques también nos ayudan a adaptarnos al cambio climático y a mitigarlo, y constituyen el hábitat de la inmensa mayoría de especies vegetales y animales.

Sin embargo, cada año el mundo pierde 10 millones de hectáreas de bosque (el equivalente aproximado a la superficie de la República de Corea, o al doble de la superficie de Costa Rica) por la deforestación.3 La degradación del suelo afecta a casi 2.000 millones de hectáreas, una superficie mayor a la de Sudamérica,4 y esto tiene múltiples efectos adversos. La pérdida de bosques y la degradación son la causa de la emisión de grandes cantidades de gases que generan el calentamiento mundial, y al menos el 8 % de las especies forestales y el 5 % de las especies animales sufren actualmente un riesgo extremo de extinción.5 Solo la degradación afecta al bienestar de 3.200 millones de personas y cuesta más del 10 % del producto bruto mundial en pérdida de servicios de ecosistemas.6

La COVID-19 nos recuerda que aproximadamente el 70 % de las enfermedades infecciosas emergentes, y casi todas las pandemias recientes, son de origen animal, especialmente de animales salvajes.7 Casi una tercera parte de las enfermedades infecciosas emergentes están vinculadas a los cambios en el uso del suelo, como la deforestación.8

Sin embargo, es posible salir de nuestras crisis planetarias, sanitarias y económicas. Estas se pueden superar con la restauración y la gestión responsable de los bosques, junto con la recuperación de los hábitats, la producción de los bienes y servicios necesarios para un desarrollo sostenible y apoyando la recuperación económica tras la COVID-19 mediante empleo verde, a la vez que se mejora la seguridad alimentaria y el bienestar humano.

El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas brinda la oportunidad de impulsar de forma masiva la restauración de los paisajes forestales degradados, incrementando la resiliencia y la productividad ecológicas y contribuyendo a alcanzar muchos de los ODS. Algunos países ya han asumido compromisos en virtud del Desafío de Bonn, dirigido a restaurar 350 millones de hectáreas de paisajes degradados y deforestados de aquí a 2030, y del ODS 15, objetivo 15.3, que persigue la neutralidad de degradación del suelo para 2030. También están en camino respuestas regionales como la Gran Muralla Verde y la Iniciativa Africana de Restauración del Paisaje Forestal (AFR100), la Iniciativa 20×20 en Latinoamérica y el ECCA30 en Europa, Cáucaso y Asia Central.

Bosques sanos equivalen a personas sanas.

Es importante recordar que la restauración forestal no consiste solamente en plantar árboles. También implica restablecer el equilibrio de los beneficios ecológicos, sociales y económicos de los bosques y los árboles dentro de un amplio modelo de uso del suelo. En algunos casos, se consigue favoreciendo la regeneración natural de las especies vegetales locales, y en otros, la plantación de árboles y plantas ayuda a acelerar el proceso de restauración de la salud y la productividad de los paisajes degradados. La Gran Muralla Verde es un buen ejemplo de esto último. Con ayuda de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), recientemente se ha iniciado la restauración de unas 63.000 hectáreas, de lo que se benefician un millón de personas.9

Para conseguir un cambio positivo es esencial implicar y capacitar a las personas para restaurar, conservar y utilizar os bosques de manera sostenible. La capacitación de las comunidades ayuda a formular soluciones locales y favorece la participación en la restauración de los ecosistemas. Con ello se generan oportunidades para «reconstruir» paisajes forestales equitativos y productivos, que previenen los riesgos que para los ecosistemas y las personas representa la destrucción de nuestros bosques.

Si se hace bien, la restauración forestal es una solución natural clave para reconstruir y lograr el futuro que deseamos.

¡Feliz Día Internacional de los Bosques!

Notas

1 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, The State of the World’s Forests 2020. Forests, Biodiversity and People (Roma, 2020), pp. xix y 62. Disponible en http://www.fao.org/documents/card/en/c/ca8642en.
2 Ibid., pp. xix y 59.
3 Ibid., pp. xvi y 13.
4 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «Día Internacional de los Bosques», mensajes clave. Disponible en http://www.fao.org/international-day-of-forests/key-messages/en (visitado el 16 de marzo de 2021).
5 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, The State of the World’s Forests 2020, pp. xvii y 51.
6 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «La nueva Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas es una oportunidad inigualable para crear empleo, mejorar la seguridad alimentaria y abordar el cambio climático», Noticias, Nueva York, 1 de marzo de 2019. Disponible en http://www.fao.org/news/story/es/item/1182090/icode.
7 Foro Global de Paisajes, «Las enfermedades zoonóticas están en aumento, pero prevenir futuras pandemias es posible: cómo apoyar la recuperación en un mundo posterior al COVID-19», Noticias, 28 de octubre de 2020. Disponible en https://www.globallandscapesforum.org/glf-news/zoonotic-diseases-are-on-the-rise-but-preventing-future-pandemics-is-possible-how-to-support-recovery-in-a-post-covid-19-world/.
8 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «Día Internacional de los Bosques».
9 Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, «Acción contra la Deforestación», Resultados clave. Disponible en http://www.fao.org/in-action/action-against-desertification/en/ (visitado el 19 de marzo de 2021).

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