9 de diciembre de 2020

El reciente Informe de políticas del Secretario General, "El impacto de la COVID-19 en las mujeres", analizaba las repercusiones de la COVID-19 sobre todas las vertientes de la vida de las mujeres y la mayoría de sus experiencias vitales. Se centraba más en entornos urbanos de países desarrollados y menos desarrollados que en zonas rurales y situaciones de desastres naturales.

El presente comentario pondrá en relieve aquellas medidas que las Naciones Unidas podría aplicar para ayudar a las mujeres de países en desarrollo a sobreponerse a las muchas consecuencias negativas de la COVID-19. Es posible que algunas de las recomendaciones que se exponen a continuación no estén necesariamente relacionadas con la COVID-19, ya que tratamos de reconsiderar nuestras relaciones y nuestra economía globales con el objetivo de lograr una mayor igualdad y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.

Recomendaciones sobre la COVID-19 y la economía

Las Naciones Unidas podría suministrar insumos agrícolas a mujeres de zonas rurales para mejorar la producción y reducir su carga de trabajo mediante el uso de las tecnologías adecuadas a lo largo de la cadena de producción agrícola. En colaboración con los gobiernos nacionales, la Organización podría difundir información sobre cómo reforzar la inmunidad y la capacidad de las mujeres de luchar contra la COVID-19 mediante la adopción de dietas saludables que incluyan nutritivos productos agrícolas rurales.

Las Naciones Unidas podría prestar su asistencia para la creación de "cooperativas polivalentes dirigidas por mujeres" tanto en entornos urbanos como rurales. Estas cooperativas servirían de canales de difusión de información y de prestación de asistencia para hacer frente a la COVID-19. El Banco Mundial podría ayudar a los gobiernos a adoptar sistemas de transferencias en efectivo mediante mecanismos bancarios móviles para llegar a las mujeres pobres de zonas rurales y urbanas. Para ello, es necesario que las mujeres desarrollen capacidades en servicios públicos, bancos y cooperativas.

Los bancos centrales y comerciales deberían desarrollar un sistema de supervisión especial sensible al género para garantizar que los préstamos y las transferencias en efectivo van dirigidos y llegan a las mujeres vulnerables. Dicho sistema también podría garantizar que las transferencias en efectivo no caen en manos de hombres y de los menos necesitados. Las Naciones Unidas podría desarrollar listas de comprobación de supervisión e impacto sensibles al género para asistir a los países en el seguimiento y la evaluación de sus logros en todos los sectores durante la pandemia de COVID-19.

Recomendaciones sobre la COVID-19 y el sector de la salud

Las Naciones Unidas podría ayudar a los países en desarrollo a ofrecer a las mujeres paquetes de seguros sanitarios, dado que el acceso femenino a los servicios de salud suele ser limitado. Se podría fomentar la promoción de la salud y los mensajes de autocuidado, teniendo en cuenta los niveles culturales y educativos, adaptándolos a las necesidades de las mujeres, a la vez que se hace hincapié en la importancia de la igualdad de derechos en la atención sanitaria.

Recomendaciones sobre la COVID-19 y el trabajo de cuidados no remunerado

Nasrin Akter es organizadora comunitaria en Dhaka, Bangladesh, que trabaja para el proyecto del PNUD de mejora de los medios de subsistencia de las comunidades pobres urbanas (LIUPC, por sus siglas en inglés). Se dedica a concienciar sobre la COVID-19 ent

Los gobiernos nacionales podrían desarrollar paquetes informativos sobre la eliminación de estereotipos relacionados con el género y las funciones reproductivas, con imágenes de nuevos modelos de familias que pasan tiempo juntos y que comparten las tareas durante la pandemia. Se podrían documentar las actividades de ONG dirigidas por mujeres en plataformas de redes sociales, destacando su activismo y su compromiso. Se podrían asignar fondos especiales a programas de medios de comunicación que amplifiquen las voces de mujeres y realcen la importancia de su representación en los ámbitos de las ciencias y la política, entre otros, durante la pandemia.

Violencia de género durante la COVID-19

Las Naciones Unidas debe ayudar a los gobiernos de países en desarrollo a garantizar que las niñas no dejan la escuela por cierres prolongados de los centros escolares y a protegerlas de matrimonios precoces. El impacto de la COVID-19 podría provocar un aumento de los matrimonios precoces debido a la pobreza, puesto que las familias más desfavorecidas podrían verse tentadas a reducir la carga de tener que cuidar a sus hijas jóvenes. Las chicas estudiantes y sus familias deben ser el objetivo de paquetes de apoyo financiero, visitas domiciliarias y supervisión para garantizar su protección. Las Naciones Unidas podría convencer a los países que permiten el matrimonio de niñas de 10 años de edad de que lo tipifiquen como delito.
Las Naciones Unidas debe aprovechar la oportunidad que presenta la pandemia para proteger a las niñas de la mutilación genital femenina (MGF) a través de un enfoque holístico de protección de la salud que englobe la pandemia y la MGF. Podría garantizar que los gobiernos locales respalden sendas de accesibilidad y derivación a servicios médicos, psicosociales y psicológicos para supervivientes de violencia sexual y violencia de género, en particular, en países afectados por conflictos.

El impacto de la COVID-19 en contextos humanitarios y frágiles

Las Naciones Unidas podría abordar el impacto de los desastres naturales durante la pandemia. En estos casos se deben aplicar medidas especiales para llegar a las mujeres que podrían haber perdido a miembros de sus familias, propiedades, campos y animales, pues es posible que no puedan acceder a equipos de rescate y organizaciones humanitarias sobre el terreno. Existe la necesidad de mejorar el uso de aplicaciones móviles por parte de mujeres en contextos frágiles para la comunicación y el acceso a servicios a través de dispositivos móviles.

Las Naciones Unidas tiene que ayudar a diseñar herramientas socioeconómicas y sensibles al género, que incluyan listas de verificación para la planificación, supervisión y evaluación de impactos mediante el uso de tecnologías de medios modernas para lograr la igualdad de género y el empoderamiento femenino. La comunidad internacional debe luchar por conseguir los ODS, incluso durante la pandemia de COVID-19.

 

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