La activista por el clima Archana Soreng forma parte de la tribu Kharia, en Odisha, la India. Las comunidades indígenas como la suya solo suman el 5 % de la población mundial. Sin embargo, estas comunidades tienen una función protectora en más del 20 % de las tierras del planeta, así como en un 80 % de su biodiversidad. 

“Durante años, se ha dicho de las comunidades indígenas que estamos subdesarrolladas, que somos salvajes y que vivimos atrasados debido a nuestras tradiciones, por nuestra identidad y debido a nuestra propia cultura”, dice Archana, cuyo apellido significa “roca” en su idioma nativo. 

“Es solo ahora cuando presenciamos que después de muchos años los derechos de los pueblos indígenas, o la misma visión de estos pueblos, empieza a respetarse, algo que se ha incluido en los informes del IPCC”, añade en referencia al informe respaldado por la ciencia y que pertenece al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, donde se reconoció en 2019, por vez primera, el papel fundamental que juegan las comunidades indígenas a la hora de preservar los ecosistemas y los bosques. 

“Los pueblos indígenas, los mismos jóvenes, deberían ser los líderes en defensa de las acciones por el clima, no víctimas de las políticas que perjudican esta defensa contra el cambio climático”, subraya Archana. “Pienso que es importante que dejemos de analizar sin sentido la participación de la población indígena y de los jóvenes indígenas, en particular, dentro de las comunidades locales, y que empecemos a tenerles en cuenta por sus conocimientos, ya sea tanto dentro de los procesos completos de elaboración de políticas como en la aplicación de los mismos”.

La sostenibilidad de las tierras comunales, los recursos naturales y ecosistemas como algo gestionado por las comunidades indígenas en todo el mundo- desde el Ártico hasta la Antártida - sostiene las vidas y los medios de subsistencia de 2500 millones de personas a nivel global. Sin embargo, en la actualidad, sus sistemas alimentarios se ven afectados por la pérdida de flora y fauna salvajes, las sequías y otras pautas climáticas irregulares.

“Es importante darse cuenta que los pueblos indígenas que contribuyen a favor de una acción por el clima gracias a su sabiduría y prácticas ancestrales propias de su forma de vida, que son los que menos contaminan, o que han contribuido en menor manera a esta crisis, se están viendo afectados por la propia crisis climática, que, de nuevo, desbarata todo lo relacionado con la justicia, ya que son las personas que no provocan el problema las que se ven afectadas y además su apoyo no llega a ser recompensado”, sigue explicando. 

Durante generaciones, las comunidades indígenas también han luchado para proteger esas tierras heredadas de sus antepasados, con el fin de evitar las prácticas destructivas y que vendrían a concretarse en la deforestación, la ocupación de tierras, la extracción de gas y el monocultivo. 

“Lo observo en mi propia comunidad y es que, debido a los proyectos en desarrollo para extracciones, se ha ocupado una zona inmensa de tierras que ha provocado el desplazamiento, la pérdida de dialectos e incluso una crisis de identidad dentro de todas las comunidades. Y dentro de todo el discurso, encontramos también impactos presentes y relacionados con la crisis climática, lo que nos ha llevado a una posición excesivamente vulnerable. Así que creo que lo auténtica e indudablemente importante es que reconozcamos los derechos de los pueblos indígenas sobre sus tierras, las regiones forestales y sus territorios y que los defendamos para que puedan seguir contribuyendo en pos de una acción por el clima”.

En la Conferencia de las Naciones Unidas celebrada en Glasgow en 2021, los gobiernos se comprometieron a aportar 12 000 millones de USD para detener y revertir la pérdida de los bosques y la degradación de los suelos para 2030. En un esfuerzo por proteger los derechos de las comunidades indígenas, se reservaron 1700 millones de USD para apoyar en sus conocimientos especializados y esfuerzos destinados a la conservación de los bosques.

“Para nosotros, como jóvenes, resulta muy importante compartir nuestra identidad para dar a conocer los conocimientos y prácticas ancestrales propias que ayudarán a preservarla y a protegerla, y abogar también por una participación de los pueblos indígenas y comunidades locales dentro de los procesos de toma de decisiones, puesto que somos nosotros quienes más contribuimos a ello (a la acción por el clima), aunque seamos quienes sufrimos las peores consecuencias (del cambio climático)”, sigue explicando Archana, quien fue seleccionada por el Secretario General de la ONU António Guterres, en 2020, para ser uno de los siete jóvenes provistos de los conocimientos y especialidades necesarias para unirse al Grupo Consultivo Juvenil sobre el Cambio Climático.

“Todos podemos poner algo de nosotros para contribuir a una acción por el clima, porque cada uno aportamos algo único. Nuestra participación importa”, continúa.

“Y uno puede contribuir a una acción por el clima de la forma que quiera, y de la forma que sepa”.

Este Día de la Tierra contribuyamos todos para detener el cambio climático en la medida que podamos, porque cada uno de nosotros cuenta, y también importa todo lo que emprendamos. 

 

Entrevista disponible en inglés: