El suministro de servicios energéticos, tales como iluminación, confort térmico, cocina, comunicaciones y movilidad, es fundamental tanto para el bien social como económico.  Sin embargo, el uso de combustibles fósiles para satisfacer estas necesidades también puede conducir a mayores emisiones de gases de efecto invernadero, por lo que se convertiría en un peligro potencial para nuestro bienestar. Irónicamente, el mayor riesgo es para las naciones y las poblaciones subdesarrolladas de los puntos geográficos más vulnerables de los pequeños Estados insulares en desarrollo, que están restringidos por la pobreza extrema o limitados por un acceso caro a la energía. El año 2015 marcó un hito significativo en el debate mundial sobre la energía con la adopción por parte de las Naciones Unidas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre los que se incluye el objetivo específico de la energía (ODS 7), que aspira a "garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos". El ODS 7 también aborda la necesidad de aumentar la energía procedente de fuentes renovables, además de promover tecnologías de eficiencia energética. Por consiguiente, el ODS 7 abarca metas para el acceso universal a la energía (7.1), el crecimiento de las energías renovables (7.2), la mejora en la eficiencia energética (7.3), la cooperación internacional en el desarrollo de infraestructura para la energía sostenible (7.a) y la mejora tecnológica y la expansión de los sistemas energéticos (7.b).

A menudo estos objetivos están entrelazados y se refuerzan entre sí. Por ejemplo, la bajada de los precios para algunas tecnologías de energía renovable, tales como la energía solar fotovoltaica, puede permitir el acceso a los servicios energéticos incluso a consumidores de electricidad relativamente pequeños, ya que el coste de inversión incluso de los paneles solares más pequeños se compensa sin comprometer la eficiencia. Los dispositivos de alto rendimiento energético pueden estimular aún más el valor del servicio. Por tanto, la consecución de las metas del ODS 7 puede fomentar el crecimiento sostenible.

Sin embargo, la adopción del ODS 7 tiene lugar en una época en la que el mundo se enfrenta a graves diferencias en el desarrollo energético: más de 1.000 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a la electricidad, aproximadamente el 85% de la matriz energética mundial proviene de fuentes no renovables y el potencial para la eficiencia energética en edificios, transporte y procesos industriales sigue sin explotar en su mayor parte.  Por otra parte, el alcance financiero de las inversiones necesarias para el acceso tradicional a la red eléctrica también es elevado en comparación con los recursos disponibles para los países más pobres. 

Los estudios previos, entre los que se incluyen la World Energy Outlook de la Agencia Internacional de la Energía, los Informes de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y la Global Energy Assessment del Instituto Internacional de Análisis Aplicado de Sistemas, muestran que la evolución actual de los sistemas energéticos a nivel mundial podría no alcanzar las metas adoptadas para el ODS 7 a menos que se introduzcan iniciativas transformadoras.

Es aquí donde la tecnología de la información y las comunicaciones puede desempeñar un papel importante. La inclusión de la tecnología de la información y las comunicaciones está permitiendo una mejoría sin precedentes en la vigilancia, control y gestión de su trabajo, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo.

En cuanto al acceso universal a la energía, la tecnología de la información y las comunicaciones está transformando los modelos empresariales preparados para proporcionar energía a millones de personas. Por ejemplo, la tecnología de la información y las comunicaciones puede facilitar la existencia de contadores inteligentes de pago por entregas, que reducen los costes operativos de los proveedores y a la vez permiten enfoques de pago flexible para los pobres. También puede habilitar el uso de opciones de pago móviles y hacer efecto de palanca con los cientos de millones que se han beneficiado de la inclusión financiera y permitir el uso de analíticas de datos, así como una combinación de la gestión de la demanda, el suministro y el almacenamiento para bajar los costes de evaluación, mantenimiento y funcionamiento.

En relación con el crecimiento de la energía renovable, las capacidades que facultan la tecnología de la información y las comunicaciones son vitales para gestionar la naturaleza volátil y distribuida de las fuentes de energía renovable. Las fuentes de energía renovable son intermitentes (es decir, la velocidad del viento, la irradiación solar y el caudal de agua son variables) y sería imposible una penetración más profunda de las energías renovables en el mercado sin la medición, control y gestión en tiempo real que posibilita la tecnología de la información y las comunicaciones. Asimismo, una mayor penetración de las energías renovables puede ser eficaz en función de los costos si se combina con iniciativas de gestión de la demanda.  La función revolucionaria de la tecnología de la información y las comunicaciones ya se ha observado en la modernización de las redes de electricidad de todo el mundo, donde la tecnología de la información y las comunicaciones está contribuyendo a aumentar la eficiencia de la red, la eficacia en función de los costos y la integración de la oleada de recursos energéticos renovables.

La tecnología de la información y las comunicaciones desempeña una función en la conservación y la eficiencia mediante la detección y el control. También puede contribuir a un mayor uso de los recursos mediante sistemas compartidos, la eficiencia impulsada por dispositivos más inteligentes, la infraestructura y la fabricación de sistemas de información que permitan cambios de comportamiento y la reducción de las emisiones mediante la programación de cargas en base a la demanda. El aumento de la interacción entre las personas y los dispositivos, y entre los dispositivos entre sí, una tendencia conocida como el Internet de las Cosas, está creando nuevos paradigmas para la eficiencia energética.

Para resumir el impacto potencial de la tecnología de la información y las comunicaciones en el sector energético y en la consecución del ODS 7, a continuación se enumeran 12 innovaciones transformadoras basadas en la tecnología de la información y las comunicaciones:

  1. Plataformas para el suministro de Energía como un Servicio, es decir, carga de agua bombeada, luz, carga de batería o servicios de eficiencia, en vez de facturar por la energía consumida;
  2. Desmaterialización de los procesos de facturación y medición de los servicios energéticos para los operadores;
  3. Nuevos modelos de financiación para el acceso a la energía con contadores y gestión avanzada de la demanda y el abastecimiento;
  4. Aumento de flexibilidad en las redes eléctricas existentes con gestión mejorada de los flujos de energía eléctrica;
  5. Mejor control de los sistemas de generación distribuidos como, por ejemplo, las fuentes de energía renovable;
  6. Empoderamiento de los usuarios individuales y comerciales para identificar y gestionar los esfuerzos de eficiencia energética;
  7. Concienciación de los usuarios respecto a la eficiencia energética y el consumo de energía sostenible;
  8. Aceleración de los procesos de adopción de decisiones para el desarrollo de la infraestructura energética;
  9. Mejora de la transparencia en la distribución de subsidios energéticos, como parte de las iniciativas en auge de gobierno electrónico;
  10. Proporcionar una red de comunicaciones para aumentar la calidad del suministro de electricidad y la resiliencia del sistema;
  11. Automatización y conectividad sin precedentes en los sistemas de transporte;
  12. Recabar datos de los indicadores energéticos para evaluar el progreso e identificar las necesidades de mejora.

 

La lista anterior no es exhaustiva, ya que hay nuevas ideas, iniciativas y modelos empresariales novedosos que surgen constantemente. Sin embargo, ayuda a imaginar el papel transformador de la tecnología de la información y las comunicaciones en los futuros sistemas energéticos, en el aumento de la eficiencia, la asequibilidad y la fiabilidad de estos sistemas y en la agilización del viaje, desafiante pero viable, para alcanzar el ODS 7.

Recomendaciones

El potencial de la tecnología de la información y las comunicaciones para transformar el sector energético está claro y los países ya están adoptando medidas para incluir la tecnología de la información y las comunicaciones en sus sistemas energéticos. Para desbloquear por completo el potencial de la tecnología de la información y las comunicaciones para la consecución del ODS 7, se necesitan varias medidas paralelas importantes:

- Promoción del emprendimiento. Acercar el acceso a la tecnología de la información y las comunicaciones a los emprendedores puede estimular el desarrollo de las empresas que funcionan en miniredes o fuera de la red y puede acelerar la reducción de las diferencias de acceso a la energía. Para estos emprendedores es crucial contar con un marco que permita pagos sin dinero en metálico para reducir el coste de transacción y proporcionar servicios de electricidad, puesto que tendrán que gestionar múltiples transacciones a pequeña escala;

- Solicitud de niveles mínimos de fiabilidad en el suministro de electricidad cuando se emiten licencias a los operadores de la red. Estos requisitos pueden utilizar índices de fiabilidad como el número de horas de suministro garantizado, el número mínimo de usuarios afectados por cortes de energía y la duración mínima y la frecuencia de estos cortes. Asimismo, estos requisitos de calidad se deberían imponer para proteger a las empresas privadas y a los hogares frente al coste de la electricidad no suministrada y la baja productividad. Además, esto puede ayudar a fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo en el sector privado;

- Objetivos claros para la proporción de energía renovable unidos a requisitos de fiabilidad. Aumentar sin más la energía renovable en la combinación de suministro puede conducir a inestabilidad en el abastecimiento debido a la variabilidad de la energía renovable, es decir, la velocidad del viento, la radiación solar y el caudal de agua no son fuentes de energía constantes. Los recursos de energía renovable se deberían gestionar de forma adecuada y la tecnología de la información y las comunicaciones es una herramienta probada para esto;

- Fomento de un entorno competitivo para la generación de energía renovable. Las tarifas fijas o subvencionadas de la electricidad han dificultado las operaciones de las miniredes de energía renovable que no pueden recibir esas subvenciones o que desean aplicar tarifas variables;

- Animar a las instituciones educativas a que incluyan formación sobre la tecnología de la información y las comunicaciones para aumentar la competitividad del capital humano en las profesiones relacionadas con la energía. Un amplio abanico de empresas en el sector energético, tales como servicios públicos eléctricos, generadores de energía, fabricantes de equipamiento eléctrico y empresas de transporte, necesitan empleados con habilidades en tecnología de la información y las comunicaciones, ya que está cada vez más presente en los componentes y sistemas en evolución con los que trabajan los profesionales de la energía;

- Crear y fomentar el acceso a portales en línea en los que haya información sobre la educación en eficiencia energética a disposición de los ciudadanos;

- Implementación de sistemas de verificación de la identidad basados en la tecnología de la información y las comunicaciones. De este modo, se distribuirán de forma efectiva las subvenciones para el acceso a la energía y la eficiencia energética;

- Promoción de la vigilancia y la gestión del consumo de energía, de modo que los operadores de la industria y la construcción puedan rastrear las ineficiencias en el uso de la energía.

Aunque el camino para cumplir el ODS 7 está lleno de retos, los gobiernos han establecido un entorno en el que las partes interesadas y los socios pueden prosperar, explotar los beneficios de la tecnología de la información y las comunicaciones e implementar la tecnología, la financiación, la formación y la prestación de servicios de forma acelerada y a un coste asequible por unidad.