El punto medio para alcanzar los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM)) -- los objetivos temporales y cuantificados acordados por los dirigentes mundiales en la Cumbre sobre el Milenio del año 2000, con el fin de mejorar la situación humana y de garantizar una igualdad de género y una sostenibilidad ambiental -- se alcanzó en septiembre de 2007. Numerosas publicaciones en el período previo al milenio, con inclusión del informe de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (CEPA), en el que se evalúa los progresos realizados en África para el logro de los objetivos de desarrollo del Milenio, 2007, indica que el continente es sumamente improbable que alcance todos los ODM para la fecha meta. Esto ha provocado una considerable preocupación en África y entre sus asociados en el desarrollo, y ha puesto en marcha varias actividades para acelerar el crecimiento y el desarrollo del continente con el fin de que alcance esas metas.


Actualmente, las anotaciones globales totales de los progresos de África hacia el logro de los ODM muestran que menos de 20 países están en condiciones de alcanzar un número significativo de los objetivos, concentrándose en el África septentrional los que tienen mejores perspectivas. Sin embargo, estos últimos años se han producido algunos resultados positivos. El informe de la CEPA indica bastante claramente que en todo el continente se están produciendo progresos en varias esferas. En la mayoría de los países se ha producido un mejoramiento de la situación en lo que respecta al hambre; en los 46 países sobre los que se han obtenido datos, se ha producido una disminución en la proporción de personas que sufren de hambre. En realidad, algunos países como Djibouti, Gabón y Ghana, ya han alcanzado el objetivo de reducir a la mitad esta proporción y en muchos otros se consideraba que era probable alcanzar esa meta antes de 2015.


Además, el Informe sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio de 2007, emitido por Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, en julio de 2007, muestra que "el número de personas que viven en extrema pobreza en el África subsahariana se ha estabilizado y el índice de pobreza se ha reducido en casi el 6 por ciento desde el año 2000". Se han producido asimismo considerables mejoras en el índice neto de matriculación en la enseñanza primaria, y en la igualdad de género y el otorgamiento de poderes a las mujeres. En realidad, el África subsahariana registra la mayor participación de mujeres en el parlamento entre 1990 y 2007.


No obstante, los datos justifican también la preocupación, ya que indican que es preciso hacer mucho más en la región para acelerar el crecimiento y el desarrollo con el fin de lograr los ODM. Las metas relativas a la igualdad de género y a la salud materna causan particular inquietud. Si bien en muchos países se han logrado algunos progresos para alcanzar el objetivo oficial de mejoramiento de la paridad entre géneros en la educación, los niveles globales siguen siendo bajos, especialmente en la enseñanza superior. Otras dimensiones de la igualdad de género -- un acceso equitativo a las instalaciones sanitarias y a la infraestructura básica, como agua, energía y carreteras, para reducir la carga de la pobreza, y la participación política y económica de las mujeres y las muchachas -- muestran aún menos progresos. Esas desigualdades de género ralentizan también los progresos hacia el logro de los ODM. No obstante, no hay motivo para estar descorazonados. Los datos muestran también que la dificultad de alcanzar los ODM en el continente no es insuperable si se intensifican las medidas políticas nacionales e internacionales con respecto a varias de las esferas fundamentales. Esto ha constituido el meollo de la Conferencia de la CEPA de Ministros de Hacienda, Planificación y Desarrollo Económico de 2007, que formuló recomendaciones. Existen las condiciones requeridas para que se intensifiquen esos esfuerzos.


En primer lugar, sigue existiendo un fuerte, amplio y sostenido compromiso con respecto al programa de los ODM, particularmente a nivel de los órganos de decisión superiores. En 2005 los Jefes de Estado de África aprobaron un documento sobre la Posición Común Africana con respecto a los ODM, que se presentó posteriormente a la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas de 2005 y en la Cumbre de Gleneagles del G8. La Unión Africana reiteró este compromiso en la Cumbre de Banjul de 2006 y lo respaldó aprobando medidas concretas para intensificar los esfuerzos. En su Cumbre de Accra de 2007, la Unión Africana aprobó una resolución en la que se exhortaba a los países miembros a que intensificaran los esfuerzos para alcanzar los ODM en la fecha establecida como objetivo. Desde 2005 los Ministros de Hacienda, Planificación Económica y Desarrollo de África, así como los ministros de los sectores principales, han situado constantemente los ODM en el centro de sus conferencias y reuniones. Varios países han establecido oficinas relativas a los ODM para seguir y supervisar los progresos.
En segundo lugar, se han producido mejoras en el entorno político y económico -- condición imprescindible para lograr los ODM. La democracia participativa se ha afianzado en el continente; la mayor parte de los países africanos acompañan sus reformas económicas con una liberalización política de gran alcance. La libertad de asociación constituye actualmente la regla y no la excepción en más de los tres cuartos de países africanos que no están en conflicto. Se han logrado resultados concretos para contener la reaparición y extensión de los conflictos. Es indudable que el número de países sujetos a conflictos activos se ha reducido drásticamente en el último decenio.


En tercer lugar, además de promover el entorno global para alcanzar los progresos deseados con respecto a los ODM, los logros tangibles en lo que respecta al crecimiento económico desde el año 2000 siguen manteniéndose. Cuando se considera un contexto a más largo plazo, los rendimientos del crecimiento reciente de África, que han mejorado considerablemente desde un bajo 3 por ciento en 1999 a aproximadamente el 6 por ciento en 2007, han sido bastante impresionantes. Estos resultados positivos se han producido en todos los países, tanto los exportadores como los importadores de petróleo, y se han plasmado en un aumento de los ingresos anuales per cápita favorable del 3 por ciento por término medio. Los logros en lo que respecta a los indicadores macroeconómicos fundamentales han sido también considerables. Los niveles medios de inflación se han mantenido estables con una sola cifra y los déficits presupuestarios se han mantenido en la mayoría de los países. Además, los déficits contables han sido más razonables, al mismo tiempo que la sostenibilidad de la deuda ha mejorado perceptiblemente, debido a que un mayor número de países se han beneficiado de la Iniciativa de los Países Pobres Fuertemente Endeudados.


Reconociendo la necesidad de intensificar los esfuerzos para alcanzar los ODM, los dirigentes mundiales que participaron en la Cumbre Mundial de 2005 decidieron "adoptar, para 2006, y aplicar estrategias de desarrollo nacionales globales para alcanzar las metas y los objetivos internacionalmente convenidos", con inclusión de los ODM. Han pasado dos años y se han logrado algunos progresos perceptibles en la formulación y aplicación de las estrategias basadas en los ODM. Más de 35 países africanos han iniciado el proceso de preparación y aplicación de estrategias y planes de acción nacionales basados en los ODM. Las perspectivas y posibilidades de iniciativas que produzcan rápidamente resultados, como la distribución de redes de camas que protegen contra el paludismo y los subsidios alimenticios para la educación, han estado intensificándose y los países han registrado progresos en varios ODM.


Es evidente que la región debe superar un conjunto de dificultades amplias si se quieren alcanzar los ODM en la fecha prevista. En primer lugar, es preciso facilitar y sostener un crecimiento rápido. El aumento de la productividad agrícola y la transformación del sector rural han constituido y siguen constituyendo objetivos importantes para la mayor parte de los países africanos desde su independencia. Los niveles reducidos de desarrollo agrícola agravan aún más la pobreza, el hambre y el mal estado de salud de los pobres, al mismo tiempo que intensifican la vulnerabilidad al VIH/SIDA y a otras enfermedades. Para superar estas dificultades será necesario intensificar sustancialmente las intervenciones en los mercados de insumos, productos y exportación.


El cambio climático constituye otro problema. Actualmente, la variabilidad del clima influye negativamente en el crecimiento, incluso en la agricultura y en la industria, por su repercusión en los diques hidroeléctricos y el suministro de la electricidad, entre otros aspectos. Otros problemas conciernen a la gestión del cambio climático y a la probable repercusión de la falta de progresos para el logro de los ODM, la creación de empleo y la cuestión relacionada del aumento de la desigualdad, una transformación social rápida, especialmente la urbanización creciente, y el problema persistente de la desigualdad entre los géneros.


Otro conjunto de problemas está relacionado con el aumento de la financiación y las inversiones del sector público para hacer frente a obstáculos graves al crecimiento. En la movilización de la financiación para inversiones en el sector público y gastos relacionados con los ODM, la reducción de la deuda ha aportado recursos adicionales para incrementar estos gastos, pero sigue estando lejos de satisfacer las necesidades de la región. La inversión directa extranjera y la asistencia oficial al desarrollo (AOD) están aumentando, al igual que los esfuerzos de los países africanos por aumentar la movilización de recursos internos y la asistencia de otros países, como China y la India.
El mal estado de la infraestructura en África es un obstáculo importante a la integración del mercado interno y regional, así como al acceso equitativo a servicios sociales y, por consiguiente, al crecimiento. Guarda relación con este aspecto la dificultad complementaria y fundamental de intensificar las inversiones en capacidades humanas y capital. La educación, la salud, el agua, el saneamiento y la protección social son fundamentales para incrementar el capital humano y lograr los ODM. Sin embargo, hasta hace poco, las inversiones en estas esferas han venido disminuyendo en muchos países africanos.


Un último grupo de dificultades está relacionado con la planificación de las políticas ambientales, el seguimiento y los resultados del seguimiento. Países que afrontan la tarea de preparar y aplicar un marco de planificación basado en los ODM compatible con las disposiciones del Documento Final de la Cumbre Mundial de 2005. Entre otros problemas cabe mencionar el mejoramiento de la gestión y el espacio fiscal de que disponen los países como resultado del alivio de la deuda, el aumento y/o la estabilización de los precios de los productos básicos, un aumento de la asistencia oficial al desarrollo y la intensificación de los esfuerzos de movilización de los recursos domésticos. Muchos países han seguido tropezando con dificultades para proporcionar datos mejorados con respecto al seguimiento de los progresos, así como de los gastos relacionados con los ODM, en lo que respecta a la adopción de decisiones. Por último, garantizar la paz y la seguridad es fundamental para utilizar con eficacia la globalización y las asociaciones para el crecimiento y el desarrollo.


Para superar estas dificultades, a los países africanos les queda mucho por hacer. Es imperativo que establezcan estrategias concentradas en el desarrollo nacional compatibles con los ODM. Un componente fundamental de cualquier estrategia debe ser la diversificación de las economías y el aumento de las posibilidades para todos. La ciencia, la tecnología y los conocimientos deben incorporarse a la producción y las restricciones de infraestructura deben también eliminarse o por lo menos reducirse considerablemente. La integración regional es asimismo fundamental para el progreso, dado que muchas economías africanas son pequeñas y aisladas y tienen necesidad de acceso al mar. Además, los asociados en el desarrollo de África tienen que cumplir los compromisos que asumieron en Monterrey en 2002 y en Gleneagles en 2005, y mantener sus promesas. Aunque la responsabilidad principal de la movilización de los recursos para posibilitar el aumento de las inversiones del sector público con el fin de alcanzar los ODM corresponde a los propios países africanos, en el análisis final, el éxito depende de los compromisos nacionales e internacionales compartidos para mejorar las posibilidades de vida de los miembros más vulnerables de la sociedad.


La CEPA seguirá acompañando a los países africanos en su planteamiento para hacer frente a los ODM. En 2006 la Comisión se volvió a plantear la posibilidad de prestar una mejor asistencia a la región para hacer frente a sus retos de desarrollo. La CEPA se está actualmente concentrando en dos pilares interrelacionados: la integración regional en apoyo de la visión y las prioridades de la Unión Africana; y la satisfacción de las necesidades especiales de África y de los nuevos cambios globales. La CEPA, por medio de su innovador Grupo de Aprendizaje Africano sobre Estrategias de Reducción de la Pobreza y los objetivos de desarrollo del Milenio, está promoviendo la distribución de experiencias y el aprendizaje homólogo de estrategias para la reducción de la pobreza y el establecimiento de los ODM entre los Estados Miembros, contribuyendo de esa manera a promover la adopción de políticas en favor de los ODM. La CEPA está asimismo elaborando instrumentos innovadores como la elaboración de objetivos de desarrollo del Milenio, para que los países puedan determinar y seguir los progresos.


En conclusión, como la el Secretario General Ban indicaba en su prefacio al informe de 2007 sobre los ODM, "los ODM siguen siendo alcanzables si actuamos ahora. El mundo no desea nuevas promesas".