Hasta ahora, es poco lo que se ha adelantado hacia el logro de los objetivos de desarrollo del Milenio (ODM). Actualmente, un 40% de la población mundial está viviendo por debajo de los niveles mínimos de saneamiento; dos terceras partes de todos los analfabetos son mujeres; y más del 65% de las personas afectadas por el VIH/SIDA viven en África.

Los ODM que figuran en la Declaración del Milenio de las Naciones Unidas fueron aprobados en septiembre de 2000 por 189 países, entre ellos España. Al hacerlo, la comunidad internacional asumió un compromiso, no sólo en pro de las mujeres y los hombres más pobres del mundo, sino también con respecto a sí misma.
En los objetivos se reconoce explícitamente la interdependencia entre crecimiento económico, reducción de la pobreza y desarrollo sostenible: desarrollo apoyado por la gobernabilidad democrática, el imperio de la ley, el respeto a los derechos humanos, la paz y la seguridad. Los ODM estipulan metas mensurables con plazos definidos e indicadores para el seguimiento de los progresos logrados. Al respecto, el objetivo 8 -- Fomentar una asociación mundial para el desarrollo -- reconoce expresamente las responsabilidades compartidas de los países, tanto en desarrollo como desarrollados, e incluye la propuesta de que cada país desarrollado destine un 0,7% de su producto interno bruto (PIB) al aumento de la asistencia oficial para el desarrollo (AOD).
España ha hecho suyos los ODM, en el convencimiento de que es posible lograr un mundo más equitativo. En consecuencia, en los últimos cuatro años efectuó un esfuerzo sin precedentes en materia de cooperación para el desarrollo. En su más reciente examen de las actividades de España para la cooperación, el Comité de Asistencia para el Desarrollo, de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) reconoció tal esfuerzo, así como el compromiso de España de duplicar con creces el porcentaje del PIB asignado a la AOD, a fin de alcanzar antes de 2002 la meta del 0,7% establecida por las Naciones Unidas. En dicho examen también se reconoce que, dado que sus asignaciones presupuestarias para 2008 ascienden al 0,5% del PIB, España se ubica, en términos absolutos, en el octavo lugar entre los mayores donantes de todo el mundo y parecería estar bien ubicada para alcanzar sus objetivos. Pero el Gobierno se percata de que subsisten algunos problemas y de que, además de aumentar la AOD, es preciso que España prosiga sus esfuerzos por mejorar la calidad de la asistencia, la coherencia en sus políticas y la coordinación entre los interesados directos.

El logro de los ODM entraña un esfuerzo sistemático que acompaña la política de España de cooperación para el desarrollo, como se refleja en su Plan Maestro de Cooperación para 2005-2008. En diciembre de 2006, en vista de la insuficiencia de los recursos internacionales para alcanzar los ODM, y de conformidad con el compromiso de España en pro de un multilateralismo estratégico con beneficiarios bien definidos, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno de España suscribieron un ambicioso acuerdo para establecer el Fondo España-PNUD, ideado para acelerar las actividades encaminadas al logro de los ODM en varios países y apoyar las medidas de reforma de las Naciones Unidas a escala de país. España ha donado a dicho Fondo conjunto 528 millones de euros, que se han de asignar y desembolsar entre 2007 y 2010. Esos recursos derivan de pagos a España efectuados por los países en desarrollo para enjugar la respectiva deuda externa. En particular, esta iniciativa se emprendió a raíz de que España aprobó en diciembre de 2006 una Ley para la reglamentación de la deuda externa.

El Fondo España-PNUD tiene dos objetivos primordiales. En primer lugar, procura apoyar el proceso de reforma de las Naciones Unidas, y lo hace depositando los recursos asignados al PNUD en la Cuenta del Programa (528 millones de euros), de modo que el PNUD pueda colaborar con otros organismos de las Naciones Unidas. En segundo lugar, el Fondo trata de acelerar la consecución de los ODM en varios países escogidos, apoyando políticas y programas que procuren lograr efectos sustanciales y mensurables con respecto a los ODM. Trata de facilitar la innovación en las prácticas de desarrollo y la aprobación de mecanismos que mejoren la calidad de la asistencia, según se prevé en la Declaración de París sobre la Eficacia de la Ayuda al Desarrollo.

El acuerdo constitutivo del Fondo abarca todas las prioridades sectoriales y geográficas incluidas en el Plan Maestro de Cooperación, el cual estipula las políticas de España, su justificación y las prioridades financieras para el logro de los ODM. No obstante, es importante destacar que la administración del Fondo se ajusta a los procedimientos propios de un órgano multilateral y que la adopción de sus decisiones no debe responder a las prioridades ni a los intereses de ningún donante en particular. Sobre la base de esta premisa, el Fondo funciona por conducto del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo y financia actividades conjuntas que multiplican el valor sin par de las Naciones Unidas en cada sector y cada país. Con respecto a la asignación de recursos, el Fondo funciona por conducto de tres cauces principales. El primero, la "Cuenta mundial", apoya las iniciativas mundiales y regionales, proporcionando fondos adicionales para complementar las contribuciones básicas del Gobierno español a los presupuestos ordinarios de diversos organismos y otros órganos de desarrollo que trabajan para alcanzar los ODM. Esa Cuenta también financia estudios y análisis que tengan posibilidades de mejorar la eficiencia global del sistema, o seleccionar determinados proyectos o programas.

El segundo cauce, conocido como "Cuenta de Una ONU", proporcionará contribuciones a los fondos de las Naciones Unidas para la coherencia en hasta ocho de los países piloto seleccionados: Albania, Cabo Verde, Mozambique, Pakistán, República Unida de Tanzanía, Rwanda, el Uruguay y Viet Nam. La primera distribución con arreglo a esta Cuenta fue una asignación de 4 millones de dólares al Fondo para la coherencia en Viet Nam, aportada a principios de noviembre de 2007.

El tercer y ultimo cauce, la "Cuenta por países", proporcionará apoyo a los programas conjuntos de las Naciones Unidas, de conformidad con dos criterios: los países que reciban apoyo serán los 57 especificados en el Plan Maestro; las esferas temáticas de la Cuenta para cada país deben corresponder a sus prioridades sectoriales; y se prevé que un 85% de los recursos del Fondo serán administrados por conducto de esta Cuenta. La Cuenta por países, mediante sus servicios de financiación por temas, es el cauce principal para presentar solicitudes al Fondo.

Hasta la fecha, se han establecido cinco servicios temáticos: igualdad entre hombres y mujeres y ampliación de los medios de acción de la mujer; medio ambiente y cambio climático; cultura y desarrollo; gobernabilidad económica democrática; y juventud, empleo y migración. No obstante, el lanzamiento de esos servicios por temas no basta para lograr los objetivos establecidos. En consecuencia, hacia mediados de 2008 se crearán otros tres servicios: prevención de conflictos y consolidación de la paz; desarrollo del sector privado y alianzas entre el sector público y el privado; e infancia, nutrición y seguridad alimentaria. Simultáneamente, con la inauguración de esos tres nuevos servicios, se está considerando la posibilidad de establecer otro cauce de financiación para promover "gobernabilidad económica y democrática".

Con respecto a la selección de proyectos, cada país, en coordinación con los organismos interesados de las Naciones Unidas y de conformidad con su estrategia nacional y sus políticas oficiales, decidirá cuál es la propuesta que ha de presentar. Un comité técnico se reunirá para realizar un examen preliminar de las propuestas de programas recibidas y un comité directivo seleccionará las propuestas que serán financiadas, en última instancia, en el ejercicio financiero del año en curso. Al finalizar el proceso, cada país recibirá información sobre las propuestas seleccionadas, que serán remitidas a la secretaría en forma de programas conjuntos en su versión final.

El Fondo ha logrado algunos resultados preliminares con respecto a la reforma de las Naciones Unidas. Se han formulado más de 180 propuestas de programación conjunta por parte de 56 equipos por países, cada uno de los cuales congrega, en promedio, a entre cuatro y seis organismos de las Naciones Unidas y, en algunos casos, también el Banco Mundial. Además, las inversiones del Fondo en programas conjuntos a escala mundial también ha ofrecido un sustancial incentivo para el perfeccionamiento del instrumento de programación conjunta estandarizada del Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo, una nueva versión del cual se dio a conocer en agosto de 2007.

En consecuencia, el Fondo España-PNUD ofrece un ejemplo sin par de financiación multianual suficiente, coherente con la Declaración de París. Por conducto del Fondo, España desea impulsar decididamente el adelanto hacia los ODM. Se ha registrado algún grado de adelanto, pero no es suficiente; es preciso intensificar los esfuerzos para alcanzar cabalmente los ODM, en los plazos establecidos. Ha llegado la hora de dar un gigantesco paso hacia adelante y pasar de las palabras a los hechos puesto que, a menos que lo hagamos, simplemente no habremos cumplido con nuestra misión en calidad de comunidad internacional, y habremos permitido que millones de personas queden postergadas.