El enorme sector industrial de China es una potencia económica inexorable que contribuye de forma notable a que este país consiga aumentar su producto interior bruto (PIB) a tasas cercanas al 10% anual. Pero, pese a que es posible que sus empresas y plantas (altamente productivas) estén impulsando la prosperidad nacional, su rápida expansión trae consigo una grave carga ambiental y costosas ineficiencias energéticas que se están convirtiendo, cada vez más, en una barrera para el desarrollo sostenible de China, contribuyendo por tanto al cambio climático.


Tal como señaló Wang Yanjia, experto de la Universidad de Tshingua, en su presentación durante un acto de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) celebrado en 2006, la expansión industrial de China se ha convertido en un arma de doble filo para el país. Por un lado, la industria genera cerca de la mitad de su PIB, con unos ingresos que proceden cada vez en mayor medida del sector privado, el cual se nutre de las políticas estatales, orientadas hacia una economía de mercado. Por otro, el sector industrial es el responsable de aproximadamente el 70% del consumo nacional de energía y del 61% de las emisiones de dióxido de carbono, lo que lo está convirtiendo rápidamente en uno de los principales causantes del calentamiento de la Tierra. Es posible que no sea prudente sugerir que China controle totalmente su crecimiento industrial sino, simplemente, que una consecuencia adversa del crecimiento de las industrias intensivas en energía, sobre todo durante el décimo "plan quinquenal", no se ha visto acompañada de una necesaria mejora de la eficiencia energética de estas industrias. Aunque sí existieron mejoras en el pasado, la tecnología utilizada por las principales industrias chinas sigue sufriendo un retraso en materia de eficiencia energética en comparación con las tecnologías más avanzadas que se emplean en otros países.


Por fortuna, el Gobierno es consciente de los costos de capital derivados de tales ineficiencias y reconoce como un problema que debe abordarse el dudoso honor que supone el hecho de ser el segundo mayor generador de emisiones de carbono asociadas al consumo de energía en el mundo.


Visión empresarial

La creciente clase empresarial china está asumiendo el desafío de hacer realidad los objetivos establecidos por el último plan quinquenal en materia de eficiencia energética, como la reducción del consumo de energía en un 20% por unidad de PIB. Los empresarios de los sectores vinculados a la energía, sobre todo en el ámbito de la energía térmica, están impulsando innovaciones pioneras y rentables que prometen contribuir a controlar el terrible consumo energético de la industria logrando mantener o incluso incrementar los elevados niveles de producción.


La empresa Beijing Shenwu Thermal Energy Technology, fundada en 1999 por Wu Dao Hong, constituye un ejemplo sobresaliente del éxito que tienen los empresarios cuando aplican modelos empresariales que combinan los objetivos económicos y ambientales. Esta empresa fabrica equipos que reducen el consumo industrial de combustibles fósiles y las emisiones de carbono. Además, la empresa genera importantes ahorros de energía y costes para sus clientes de los sectores del acero, el petróleo y la industria química, entre otros. Shenwu utiliza una tecnología de combustión patentada que el Banco Mundial ha reconocido como una de las mejores soluciones del mundo para el ahorro de energía. Sus productos, basados en la combustión de aire a altas temperaturas y otras tecnologías, reducen el consumo de energía entre un 30 y un 60% al tiempo que aumentan la producción un 10%; este margen competitivo ha supuesto para la empresa unos ingresos de más de 50 millones de dólares anuales. Asimismo, esta tecnología reduce las emisiones de carbono en un 30%, garantizando la viabilidad de la empresa a largo plazo en una economía de consumo limitado de carbono.


El hecho de que Shenwu fuera la primera empresa china incluida en la lista de Intercambio Climático de Chicago demuestra la nueva dirección que está tomando el sector industial. El éxito que está viviendo la empresa dice mucho del gran valor que los empresarios del sector energético están encontrando al aplicar una visión que reduce los elevados costes de energía y las emisiones de carbono, contribuyendo así a la obtención de beneficios ambientales. Mientras el gobierno persigue prudentemente la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible junto con los de crecimiento industrial, los funcionarios públicos parecen tener la intención de incrementar el apoyo a las empresas que traten de satisfacer la demanda de eficiencia energética industrial.


Energía rural

Hace más de 25 años, Hao Zheng Yi previó la formación de un gran mercado virgen de servicios de energías limpias en la China rural. Las estadísticas del Consejo Mundial de la Energía muestran que en 1970, no mucho antes de que el Sr. Hao fundase la empresa Yunnan Zhenghong Environmental Protection Co., menos de la mitad de la población rural de China tenía acceso a la electricidad. Desde entonces, los proyectos de electrificación y las amplias políticas gubernamentales han avanzado mucho en la resolución de este sobrecogedor problema. Sin embargo, el hecho de que en torno a una quinta parte de la población rural de China siga sin tener acceso a la electricidad pone de manifiesto la inadecuación de los proyectos y programas públicos para tratar de resolver por sí solos las necesidades energéticas de los hogares rurales.


Los desafíos que plantea esta necesidad insatisfecha en términos de una menor productividad y daños ambientales resultan evidentes si se observa la realidad vital de las familias que viven en regiones como Yunnan. Las insuficientes infraestructuras han obligado a los 8,7 millones de hogares agrícolas a depender fuertemente de la madera y la paja, que queman en hornos convencionales para cocinar y calentarse. Dichos recursos, aunque son baratos y están disponibles localmente, liberan agentes contaminantes altamente dañinos, ofrecen un nivel muy bajo de eficiencia térmica y se sabe que causan graves problemas de salud a largo plazo. El pionero diseño del Sr. Hao de un calentador sostenible para cocinar y calentarse, basado en tecnología más limpia y eficaz, muestra la forma en que las soluciones vitales procedentes del sector privado están complementando los esfuerzos gubernamentales en respuesta a los retos sociales y ambientales.


El sistema eficiente de combustión de gas que emplean los hornos de Zhenghong es un diseño híbrido que utiliza combustible tradicional y gas natural, incorporando cinco tecnologías patentadas que permiten al usuario final mejorar la eficiencia y reducir los costos de capital; resulta, por tanto, ideal para los consumidores de ingresos bajos que viven en zonas rurales. Aunque estos sustitutos más limpios de los hornos convencionales son beneficiosos para las comunidades, los empresarios también se sienten atraídos por el enorme beneficio potencial que perciben que pueden obtener en un mercado sin explotar como es el de los servicios rurales de energías limpias. Un informe del Instituto de Recursos Mundiales, titulado "Los próximos 4.000 millones", identifica una paridad de poder adquisitivo de 350.000 millones de dólares en el mercado de la energía entre los consumidores asiáticos de la "base de la pirámide". El éxito de los hornos de Zhenghong demuestra el valor que los consumidores de bajos ingresos otorgan a los servicios de energías limpias; sólo en la provincia de Yunnan se han vendido más de 50.000 calentadores de alta eficiencia.


La ventaja añadida de las iniciativas energéticas del sector privado es que, para poder tener éxito, los empresarios deben crear productos comercializables y comprometer de un modo participativo a las comunidades desprovistas de este tipo de recursos. Zhenghong también ha sido ejemplar en esta área, trabajando directamente con los agricultores locales en la fase de diseño de los hornos para conocer sus opiniones y asegurarse de que el producto final optimice los costes energéticos de estas familias que dependen de la agricultura. Como resultado de ello, los hornos de Zhenghong funcionan durante un período de entre cinco y ocho años con la cantidad de madera y heno que los hornos tradicionales consumen en un sólo año.


Mientras siga existiendo una brecha tan amplia en el acceso a las energías limpias por parte de las familias rurales chinas, las empresas como Zhenghong encontrarán una atractiva oportunidad de mercado incluso entre los consumidores más pobres. Al comercializar los servicios energéticos que el gobierno no tiene la capacidad de ofrecer, las empresas continuarán explotando el valor de las soluciones mercantiles, que combinan la obtención de beneficios con la lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente.