"Los Estados partes se comprometen a prohibir y eliminar la discriminación racial en todas sus formas y a garantizar el derecho de toda persona a la igualdad ante la ley, sin distinción de raza, color y origen nacional o étnico", según la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial de 1965, particularmente en cuanto al goce de los derechos políticos, civiles, económicos, sociales y culturales. Los Estados partes también asegurarán protección y recursos efectivos contra todo acto de discriminación racial.
Tanto en el preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas como en la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 se proclama el derecho de toda persona a disfrutar de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, sin distinción de raza, color u origen nacional. El sistema de las Naciones Unidas y sus organismos especializados han prohibido la discriminación por medio de diversos convenios, convenciones y declaraciones, y han difundido información sobre el asunto y propuesto soluciones al problema. Pese a ello, muchas personas y grupos minoritarios siguen sufriendo distintas formas de discriminación, especialmente en los países que tienen una mayoría dominante o un historial de colonialismo y ocupación. Al tiempo que nos preparamos para celebrar los aniversarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la aprobación por la Asamblea General de la Convención Internacional, la prevención de la discriminación racial y la aplicación de las directrices de las Naciones Unidas al respecto siguen entrañando un importante desafío. En los regímenes en que persiste la discriminación racial siguen conculcándose los derechos humanos para todos.
Las manifestaciones de la discriminación racial varían de un contexto a otro. Por ejemplo, en países como los Estados Unidos, en los que se ha promulgado legislación orientada a la prevención, las modificaciones de las normas sociales han llevado a algunos comentaristas a usar expresiones como "racismo daltónico" 1 o "racismo de laissez-faire" 2 para referirse a los problemas de prevenir la discriminación racial y hacer cumplir la legislación. También se observa discriminación racial en prácticas que se suelen considerar vestigios de otros tiempos, como la esclavitud por motivos raciales, evidente hoy en Mauritania en la constante esclavización de personas de piel oscura 3, y los crímenes de lesa humanidad o, como algunos sostienen, el genocidio perpetrado en la región de Darfur del Sudán.
Los organismos de las Naciones Unidas como la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) han contribuido decisivamente a la formulación y difusión de enseñanzas e información relativas a la protección de todos los derechos humanos. Ejemplo de ello es el papel del ACNUDH en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerancia, celebrada en 2001 en Durban (Sudáfrica), en la que las deliberaciones generadas por el acto y la participación de miles de organizaciones no gubernamentales, grupos de jóvenes y redes influyeron en la vida de millones de personas. La contribución de la UNESCO mediante la formulación de declaraciones y convenciones, como la Declaración sobre los principios fundamentales relativos a la contribución de los medios de comunicación de masas al fortalecimiento de la paz y la comprensión internacional, a la promoción de los derechos humanos y a la lucha contra el racismo, el apartheid y la incitación a la guerra, aprobada el 22 de noviembre de 1978, pone de manifiesto la función que cumplen las Naciones Unidas en el fomento del discurso sobre respeto y la dignidad para todos.
En concreto, en el artículo 12 de la Declaración sobre la Prevención del Genocidio, aprobada el 11 de marzo de 2005 por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial, se "insta a la comunidad internacional a que examine la necesidad de lograr una amplia comprensión de las dimensiones del genocidio, inclusive en el contexto de situaciones de globalización económica que afecten adversamente a las comunidades desfavorecidas, en particular los pueblos indígenas". Esto indica claramente un reconocimiento de los complejos factores que facilitan las prácticas discriminatorias conducentes al genocidio. Conviene señalar que, aunque el genocidio no siempre guarda relación directa con la discriminación racial, ambos suelen estar interrelacionados, como se desprende del informe de la Comisión Internacional de Investigación para Darfur presentado en 2005 al Secretario General 4. La Comisión observó que el genocidio se ve con frecuencia facilitado y apoyado por leyes y prácticas discriminatorias o por la falta de un respeto efectivo del principio de igualdad de todas las personas, con independencia de la raza, el color, la ascendencia o el origen nacional o étnico. Habida cuenta de que en la Convención se exhorta a los Estados a prohibir la discriminación racial y a promulgar legislación que proteja a los ciudadanos, es evidente que cabe vincular las actividades genocidas con las violaciones de los derechos humanos por el Gobierno.
En consecuencia, cabe responsabilizar al Gobierno del Sudán del desplazamiento interno en Darfur de un total estimado de 1.650.000 de personas y del ingreso en el Chad de más de 200.000 refugiados procedentes de Darfur, especialmente en vista de que la Comisión Internacional de Investigación informó de que "el Gobierno del Sudán y los Janjaweed eran responsables de graves transgresiones de las normas internacionales de derechos humanos y el derecho internacional humanitario que equivalían a crímenes con arreglo al derecho internacional". También señaló que "fuerzas del Gobierno y milicianos habían perpetrado ataques indiscriminados que incluían el asesinato de civiles, la tortura, desapariciones forzadas, la destrucción de aldeas, violaciones y otras formas de violencia sexual, saqueos y desplazamientos forzados en todo Darfur. Estos actos tuvieron lugar en forma sistemática y generalizada y, por lo tanto, pueden constituir crímenes de lesa humanidad. La magnitud de la destrucción y los desplazamientos ha causado la pérdida de medios de subsistencia para un número incontable de mujeres, hombres y niños. Además de los ataques en gran escala, muchas personas fueron detenidas y aprehendidas y muchas pueden haber quedado incomunicadas durante períodos prolongados y haber sido torturadas. La enorme mayoría de las víctimas de todas estas infracciones corresponden a las tribus fur, zaghawa, masalit, jebel, aranga y otras tribus llamadas 'africanas'".
Lo anterior da una idea del papel de las Naciones Unidas en la determinación del carácter y el alcance del problema en Darfur y de su capacidad de demostrar que se debió a la discriminación racial, lo que indica que se trata de un problema permanente al que deben prestar atención la comunidad mundial y los grupos de la sociedad civil.
El examen de la importancia de prevenir la discriminación racial y de hacer cumplir la prohibición según lo estipulado en diversos instrumentos de las Naciones Unidas, puede poner de manifiesto las dificultades de hacer frente a la discriminación racial que perdura pese a que han transcurrido cuatro decenios desde que se aprobó la Convención. Sobre la base de las obras de dos autores, demostraré la interpretación social del concepto de raza como mecanismo para generar debates sobre la discriminación racial y dejar en evidencia que el racismo se funde en un razonamiento simplista. Por un lado, la formulación "esencialista" de raza como cuestión de características innatas, de las cuales el color de la piel y otros rasgos físicos no son más que los indicadores más evidentes y, en cierto sentido, más superficiales 5 sirve de base, al menos en parte, a la esclavización que se practica hoy en Mauritania. La otra opinión extrema es la de trivializar la categoría de raza con el argumento de que, por tratarse de una interpretación social, basta con hacer caso omiso de la raza para que desaparezca, con lo que se pasa por alto que la idea de raza ha estructurando profundamente la civilización occidental desde hace 500 años.
Es importante examinar la interpretación social de la raza a la luz de una obra de B. K. Obach en que se detallan las respuestas de estudiantes a un curso sobre racismo 6. Obach observó que, en el contexto de los Estados Unidos, los estudiantes suelen entender la raza como hecho biológico basado en distinciones científicas establecidas, idea que cobra gran solidez en toda la sociedad por de influencia de los medios de comunicación, las políticas gubernamentales y la frecuente aceptación de una determinada identidad racial por el individuo. No cabe duda de que es ingente la tarea de incitar a los estudiantes a abandonar las ideas preconcebidas y considerar que el concepto de raza es un concepto de la sociedad, pero con buena pedagogía puede llevarse a cabo. Obach propone la estrategia de reconocer que el carácter de concepto social de las categorías raciales puede demostrarse en parte examinando las circunstancias históricas que dieron lugar al establecimiento de las categorías raciales habituales y demostrando la manera en que esas categorías y su significado han cambiado con el paso del tiempo. Corrobora sus conclusiones citando a Omi y Winnant5 y Haney Lopez 7. A ese respecto, destacó la definición de indios asiáticos y señaló que los tribunales los declararon no blancos en 1909, blancos en 1910 y 1913, no blancos en 1917, blancos nuevamente en 1919 y 1920 y no blancos a partir de 1923. Esas interpretaciones pueden ayudar a poner de manifiesto que son las relaciones sociales y no determinadas cualidades innatas lo que genera las ideas jerárquicas respecto de la raza.
Cabe sostener que las iniciativas de las Naciones Unidas a fin de mejorar las estrategias para hacer frente a la discriminación racial han mejorado sensiblemente desde que se adoptó un marco paradigmático más inclusivo y dinámico, teniendo en cuenta que la discriminación, la negligencia o exclusión sistemáticas suelen ser causas fundamentales de conflicto. En relación con la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial subrayó la importancia de la adopción de decisiones para el de fortalecimiento de la capacidad del Comité "para detectar y prevenir lo antes posible incidentes de discriminación racial que pudieran conducir a conflicto violento y genocidio". Así pues, uno de los fines de la Convención es destacar la prevención como elemento fundamental de las actividades de lucha contra la discriminación racial y el genocidio.
Aunque existan medidas nacionales para hacer frente a la discriminación racial y la exclusión, la capacidad de prevención de los casos de discriminación suele ser insuficiente en la jurisdicción de los Estados que presentan los peores historiales al respecto. No obstante, la educación y los derechos humanos entendidos como estrategias centrales de las organizaciones de la sociedad civil que promueven la acción y plantean inquietudes respecto de la discriminación, pueden contribuir tanto a la prevención como al cumplimiento. Así pues, es necesario investigar las mejores prácticas de los procesos institucionales y los modelos de raza que impulsan la transformación y no intensifican la marginación de las minorías raciales. A ese respecto, lo mejor es aprovechar las experiencias de esas minorías sin tener en cuenta el papel que les incumbe en la denuncia de los casos de atentado contra su dignidad.
La comunidad internacional debe ahora prestar atención a la complejidad de las políticas de raza y la forma en que contribuyen a los abusos de los derechos humanos, incluidos los actos de genocidio y los crímenes de lesa humanidad como los observados en Darfur y la esclavitud en Mauritania. Lo que está claro es que, aunque abunden las pruebas de las consecuencias de la discriminación racial para las estructuras de oportunidad, en particular en cuanto a los bienes políticos y culturales, la salud, el bienestar y la dignidad, las medidas para hacer frente a los "abusos ocultos" siguen siendo insuficientes.
Los distintos organismos especializados de las Naciones Unidas deberán asumir una función directiva eficaz para prevenir la discriminación racial y exigir cuentas a los grupos e individuos responsables de violaciones de los derechos humanos. Las críticas del pasado sobre la forma en que se han enfrentado situaciones que dieron lugar a abusos descomunales de los derechos 8, como en Rwanda en 1994, deberían inducir a las personas de autoridad a reconocer que hay que intervenir con diligencia. Como señalaba en marzo de 2007 el New York Times respecto de Darfur, los dirigentes internacionales han de demostrar que, además de hablar, son capaces de actuar para salvar vidas humanas y afianzar la confianza en el sistema internacional.
Notas
1. E. Bonilla-Silva y T. A. Forman, "I am not a racist but ...": Mapping white college students' racial ideology in the USA. Discourse & Society 11 (2002): 50-85.
2. K. Bales, Disposable People: New Slavery in the Global Economy (Berkeley y Los Angeles: University of California Press, 2000).
3. L. Bobo, J. Kluegel y R. Smith. "Laissez-faire Racism: The Crystallization of a Kinder, Gentler, Antiblack Ideology", Racial Attitudes in the 1990s, eds. S. Tuch y J. K. Martin (Westport, CT: Praeger Publishers, 1997) 15-42.
4. K. Bales y J. Reitz, Racism, Racial Discrimination and Related Intolerance Relating To Contemporary Forms of Slavery (documento de antecedentes preparado por Free the Slaves, Washington D.C., 2003).
5. Informe de la Comisión Internacional de Investigación para Darfur. http://www.un.org/News/dh/sudan/com_inq_darfur.pdf. M. Omi y H. Winant, Racial Formation in the United States: From the 1960s to the 1980s (Nueva York: Routledge, 1994).
6. B. K. Obach, "Demonstrating the social construction of race", Teaching Sociology, 27.3 (1999): 252-57.
7. I. F. Haney Lopez, White by Law: The Legal Construction of Race (Nueva York: New York University Press, 1996).
8. S. Power, "Bystanders to genocide", The Atlantic Monthly, septiembre de 2001.
Sonam Jindal
Por acción o por inacción, son las personas, y no las máquinas, quienes determinarán cómo será la sociedad del mañana.
Allida Black
La batalla por crear una visión internacional de los derechos humanos requirió todas las capacidades de Eleanor Roosevelt, y supuso un desafío para ella, de formas que nunca habría imaginado.
Volker Türk
Atravesando por estos tiempos de inestabilidad e incertidumbre, el poder duradero de la Declaración reside en su promesa de los derechos como soluciones.