Para millones de habitantes de las zonas más remotas de Indonesia, la normalidad consiste en un suministro de electricidad errático durante 12 horas al día. Los alumnos estudian a la luz de las velas por la noche y los centros de salud no funcionan a pleno rendimiento, por lo que estas comunidades se enfrentan a una ardua lucha para mejorar su bienestar. 

Sin embargo, una iniciativa recientemente lanzada por la ONU podría cambiar esta situación, gracias a un grupo de indonesios conocidos como "patriotas energéticos". El objetivo de esta agrupación es impulsar el uso de recursos energéticos limpios para mejorar el acceso a la sanidad, la educación y el desarrollo económico en las aldeas rurales. 

Uno de los 23 “patriotas” que trabajarán estrechamente con los habitantes de las aldeas en el marco del proyecto de energía limpia del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es una ecologista de 29 años llamada Ristifah. La iniciativa pretende instalar paneles solares en algunas de las islas más remotas de Indonesia durante cinco años.

 

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