UNITED NATIONS

NATIONS UNIES

 

 

 

CONFERENCIA POLITICA DE ALTO NIVEL PARA LA FIRMA DE LA CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS CONTRA LA CORRUPCION

Mérida, México, 9 de diciembre de 2003

 

 

Llamado a los jueces de todo el mundo

Por el Sr. Hans Corell, Secretario General Adjunto para Asuntos Legales y

Asesor legal

 

 

Mi experiencia profesional tiene sus bases en el sistema judicial de mi país, donde tuve el privilegio de servir en numerosas funciones judiciales. Es por ello que deseo utilizar esta oportunidad para hacer un llamado a los jueces de todo el mundo.

 

La adopción de la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción es un paso trascendental en la lucha contra un fenómeno que tiene efectos devastadores y frena nuestros esfuerzos para construir sociedades donde impere la ley. Pero la Convención y las legislaciones nacionales que resulten de ella deben ser puestas en práctica de manera precisa.

 

Es lamentable que no todos los sistemas judiciales estén exentos de corrupción. Para erradicar la corrupción de estos sistemas se requiere la participación de muchas personas, no sólo de quienes están dedicados al derecho. Sobra decir que uno de los más importantes factores que determinarán el éxito  de esta tarea, es la manera en la cual aborden el tema de la corrupción quienes se dedican a las leyes. Cuando un sistema judicial es corrupto, significa que el mecanismo diseñado para erradicar la corrupción ha sido infectado por la enfermedad que debía curar. Este es un golpe devastador contra los esfuerzos que emprenden otros para combatir este mal.

 

La corrupción es un crimen. Pero básicamente, es una cuestión de ética y de moral. Quienes estamos dedicados a la administración de justicia, sabemos que hay muchos retos que deben ser superados en este contexto, en particular la cuestión de la remuneración de los jueces a nivel nacional. Pero el hecho de que estos problemas no hayan sido resueltos de manera satisfactoria hasta ahora, nunca será una excusa suficientemente válida. Un juez siempre debe conducirse con integridad y respeto por sí mismo. Cualquier que tenga un poco de respeto por sí mismo evadirá la corrupción.




 

En esta ocasión solemne, hago un llamado a los jueces del mundo entero para que participen de manera efectiva en la lucha contra la corrupción, poniendo el ejemplo. Deseo dirigirme, en particular, a las personas de mayor edad dedicadas a esta profesión. Su ejemplo tendrá un impacto determinante en las nuevas generaciones de jueces.

 

 

Jueces de todo el mundo: que el evento de hoy sea una señal para unir nuestras manos, a nivel nacional y más allá de nuestras fronteras, en un esfuerzo común para erradicar la corrupción de nuestra profesión. Esta es la contribución más importante que podemos hacer  a la labor en la que participan tantas personas decididas a construir sociedades en las que podamos vivir con dignidad.

 

 

 

 

* Traducción no oficial