MISION PERMANENTE DE COSTA RICA ANTE LAS NACIONES UNIDAS
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Intervención de

S. E. Sra. Linnette Saborio

Vice-Presidente de Costa Rica

Quincuagésimo Octavo Periodo de Sesiones de la

Asamblea General de las Naciones Unidas

24 de septiembre del 2003 Nueva York


Señor Presidente,

Permítame, en primer lugar, felicitarlo por su muy merecida elección a la Presidencia de esta Asamblea General. Estamos convencidos de que sus reconocidas cualidades personales y profesionales le permitirán conducir nuestros trabajos al mayor éxito. Nos complace, en particular, ver que una hermana nación del Caribe ocupa tan alto puesto. Esperamos que su designación realce el papel de las pequeñas naciones dentro de esta Organización y nos permita considerar los retos particulares que las pequeñas economías enfrentamos.

Señor Presidente,

Hoy, una vez más, se reúne la Comunidad Internacional aquí, bajo la cúpula de las Naciones Unidas, para considerar los problemas más serios que aquejan a la humanidad y diseñar medidas concretas para resolverlos. Al hacerlo, debemos recordar que el propósito esencial de esta reunión: otorgar paz, justicia y bienestar a todas y cada una de las personas que habitan el planeta.

Efectivamente, el Derecho Humano á la Paz informa, alimenta y justifica todos los demás derechos fundamentales y constituye la esencia misma de los principios y objetivos de las Naciones Unidas. Las libertades individuales básicas, los derechos políticos, económicos y sociales, los compromisos en materia de desarrollo sostenible y desarme tienen como único propósito el logro de la paz, libertad y felicidad para todas las personas.

El primer paso en el camino de la Paz es, en consecuencia, el pleno respeto a los Derechos Humanos. Los Derechos Fundamentales constituyen el marco de garantías mínimas necesarias para el desarrollo integral de la persona y la construcción de una sociedad armoniosa. Por esta razón, es indispensable garantizar el respeto a los Derechos Humanos en todos los niveles de la sociedad y a favor de todas las personas sin distingo alguno.

Costa Rica aboga por el fortalecimiento de los mecanismos internacionales de protección y verificación de los Derechos Humanos. Debemos superar la creciente politización de los mecanismos de verificación creando criterios objetivos para la aplicación de los instrumentos de Derechos Humanos.

Igualmente, es necesario lograr la universalidad de los tratados internacionales que promueven el respeto de los Derechos Fundamentales. En este contexto, nos complace que, en conjunción con este Debate General, se esté celebrando un evento especial para promover la firma y ratificación del Protocolo Opcional a la Convención contra la Tortura y otros Tratos Crueles o Degradantes, que constituye un mecanismo efectivo para la prevención de estas gravísimas violaciones a la dignidad de la persona.

Celebramos el establecimiento y constitución, en la ciudad de la Haya, de la Corte Penal Internacional, gracias a la exitosa elección de sus jueces en febrero pasado. Afortunadamente, la humanidad ahora cuenta con una instancia judicial efectiva, independiente e imparcial, con competencia para juzgar los crímenes más graves que atentan contra la dignidad del ser humano.

Consideramos urgente estudiar la interrelación entre los Derechos Humanos y el Ambiente. Nos complace que el Programa de Implementación de Johannesburgo haya reconocido la importancia de estudiar, de una manera exhaustiva y transparente, esta relación entre los Derechos Humanos y el ambiente, incluyendo el derecho fundamental al desarrollo. Consideramos indispensable que este tema sea añadido a la agenda de la Asamblea General.

El respeto a los Derechos Humanos se ve amenazado por algunos desarrollos recientes en el campo de la biotecnología. Indudablemente, los avances en las ciencias médicas y en la investigación genética facilitan el desarrollo y descubrimiento de nuevas terapéuticas y técnicas médicas. Sin embargo, esas mismas tecnologías crean nuevos desafíos éticos ya que pueden prestarse para violar los Derechos Humanos y violentar la dignidad intrínseca de las personas.

Es inaceptable que utilicen embriones humanos para la realización de experimentos científicos, eliminándolos en el proceso. La clonación reduce al ser humano a un simple objeto de producción y manipulación industrial. Esto es moral y jurídicamente reprochable. Costa Rica aboga por una prohibición de todas las formas de clonación humana y ha propuesto un proyecto de resolución en este sentido, que hoy copatrocinan varias decenas de países.

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El segundo paso en el camino hacia la paz consiste en hacer de la democracia un sistema de vida. La verdadera democracia es un proceso permanente que requiere de esfuerzos cotidianos de coordinación y concertación, de respeto a la voluntad de la mayoría y a los derechos de las minorías. La verdadera democracia promueve igualdad de oportunidades en materia de desarrollo económico y social.

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Un tercer paso hacia la Paz lo constituye el desarme, la desmilitarización y la reducción de los gastos militares. La reducción de los arsenales militares reduce las oportunidades para recurrir a la violencia y permite dirigir mayores recursos a programas de desarrollo social.

En este sentido, nos complace notar los logros de las naciones centroamericanas en materia de la reducción de sus fuerzas armadas y arsenales militares. Dos Estados de la región, Panamá y Costa Rica ya hemos abolido nuestros ejércitos. Apoyamos la iniciativa del Presidente Bolaños, de Nicaragua, sobre el Balance Razonable de Fuerzas en la región centroamericana, que creará mayor confianza y transparencia.

Mi país aboga por la adopción de una prohibición absoluta de la transferencia de armas a todos los grupos terroristas así como a aquellos grupos y gobiernos que cometen violaciones masivas o sistemáticas de los derechos humanos o que violan el Derecho Internacional Humanitario. Consideramos urgente la pronta adopción de una convención, jurídicamente vinculante, que regule el comercio en armamentos.

Urgimos a los Estados que poseen armas nucleares a comprometerse verdaderamente con las negociaciones de desarme nuclear. Llamamos a todos los Estados a renunciar al desarrollo de nuevas armas nucleares y a ratificar los tratados de No Proliferación de Armas Nucleares y de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.

Celebramos que los Estados Miembros de la OEA hayan acogido recientemente una iniciativa de mi país sobre la no proliferación de armas químicas en el hemisferio occidental.

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La búsqueda de la paz demanda la solución pacifica de los conflictos por medio de los mecanismos establecidos por el Derecho Internacional. La Corte Internacional de Justicia ocupa un lugar preponderante ya que, siendo el principal órgano judicial de las Naciones Unidas, asegura el imperio de la ley en las relaciones internacionales. Urgimos a todos los Estados a que acepten, sin condiciones, su jurisdicción obligatoria.

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El siguiente paso hacia la Paz consiste en el fortalecimiento de los mecanismos de las Naciones Unidas para la prevención de los conflictos y crisis humanitarias, antes de que estas ocurran, y para reestablecer la paz una vez que los conflictos armados ya se han iniciado. El Consejo debe cumplir sus funciones de una forma más eficaz, activa y justa, sin permitir que ningún interés nacional impida su acción. En este sentido, es necesario revitalizar el proceso de reforma del Consejo de Seguridad, que ya lleva más de una década sin dar fruto alguno.

Para lograr la paz y evitar las guerras civiles es necesario asignar suficientes recursos económicos, técnicos y humanos a las operaciones de mantenimiento de la Paz realizadas bajo la égida de esta Organización. Dichas misiones deben contar con el decidido compromiso y efectiva participación de todas las naciones.

Las Naciones Unidas deben enfrentar decididamente las causas profundas de los conflictos armados. Es necesario eliminar las fuentes de tensión y violencia. Es imprescindible eliminar las injusticias económicas, sociales y políticas que alimentan los conflictos.

El cambio de régimen en Irak, que acogemos, le otorga a Naciones Unidas y a la Comunidad Internacional una oportunidad única para lograr la plena integración de esa nación en el sistema de naciones. No debemos desaprovechar esta oportunidad. Por esta razón, llamamos a las potencias ocupantes a trabajar en la reconstrucción y normalización de esa nación.

Tampoco debemos permitir que Irak se convierta en una fuente de inestabilidad en la región o en foco de terrorismo internacional. Hoy debemos tener presente, en particular, el sacrificio de Sergio Vieira de Mello y demás personal de las Naciones Unidas en Bagdad, que dieron su vida por esta organización y por el pueblo de Irak. Su sacrificio debe guiar nuestros trabajos; su martirio debe llevarnos a consagrar todos nuestros esfuerzos a la defensa del derecho fundamental a la paz.

Hoy en día, la paz se ve amenazada por un resurgimiento del terrorismo internacional. Es indispensable adoptar todas las medidas necesarias, de conformidad con el estado de derecho para prevenir y castigar la comisión de actos terroristas. Sin embargo, la lucha contra el terrorismo internacional no debe convertirse en una excusa para violar los derechos humanos o para adoptar medidas represivas en contra de la población inocente.

Señor Presidente,

En 1971, la Asamblea General aceptó la incorporación de la República Popular de China. Esa decisión fue correcta, en el tanto en que favoreció la universalidad de esta Organización. Inspirado por ese mismo principio, desde aquel mismo momento, mi país ha abogado para que se mantuviera, simultáneamente, la representación de la República de China (Taiwán) dentro de las Naciones Unidas.

Estimamos que la República de China (Taiwán) puede contribuir enormemente a las labores de esta Organización. Durante muchos años, esa nación fue un miembro activo de las Naciones Unidas. Participó constructivamente en todas las actividades y en todos los órganos de esta Organización. Desde entonces, la República de China (Taiwán) ha venido desarrollando una profunda y fructífera relación con los pueblos y gobiernos del mundo en pos de programas y proyectos para el desarrollo sostenible de las comunidades.

Congruente con el espíritu de universalidad de promueve las Naciones Unidas, Costa Rica aboga por que ambos gobiernos estén representados ante esta Organización.

Señor Presidente,

Me he permitido sugerir una serie de pasos indispensables para alcanzar el pleno disfrute de la Paz. Si tan sólo lográsemos implementar uno de ellos, si tan sólo diésemos un paso adelante en el camino de la paz, lograríamos alcanzar grandes beneficios para toda la humanidad.

Muchas Gracias