Una de cada cinco personas que viven con VIH evita ir a una clínica porque teme que su estado se haga público y sufrir discriminación por el hecho de tener el virus, según un informe de ONUSIDA.

“Cuando las personas que viven con VIH, o están en riesgo de contraerlo, son discriminadas en los centros de salud se ocultan. Esto mina nuestra capacidad de ofrecerles tests, tratamientos y servicios de prevención”, dijo el director ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé en la presentación del informe.

Según ONUSIDA, las personas que son estigmatizadas tiene dos veces más posibilidades de retrasar el inicio del tratamiento.

La discriminación y el estigma son algo común. Una de cada cuatro personas con VIH los han experimentado en un centro médico, una cifra que, entre las mujeres, aumenta a una de cada tres.

El informe asegura que para llegar a todas las personas en riego de contraer el virus o que ya viven con él hay que poner en marcha programas contra la discriminación. Por ejemplo, en Namibia, se crearon, con este enfoque, servicios de salud integrales y se ha logrado reducir un 20% las muertes por esta enfermedad.

 

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