La violencia contra las mujeres se ha de reconocer como una violación de los derechos humanos y los asesinatos producidos en el ámbito doméstico como una forma de ejecución arbitraria. Con ese llamado a los gobiernos se pronunció este miércoles la relatora especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias en su informe al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra.

Agnes Callamard indicó que ha llegado el momento «de reconocer que los homicidios relacionados con el género, la violencia doméstica, los asesinatos por honor o los asesinatos de personas gay, lesbianas o transgénero, también pueden equivaler a ejecuciones arbitrarias».

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, a nivel mundial casi el 50% de mujeres víctimas de homicidios fueron asesinadas por familiares o parejas, por solo un 5% en comparación a los hombres.

El estudio destaca además las altas tasas de violaciones al derecho a la vida en mujeres discapacitadas, indígenas y transgénero, entre otras.

La falta de condiciones y servicios básicos como el acceso a la alimentación, agua, servicios de salud o vivienda también fueron reportadas como vulneraciones de esa garantía fundamental.

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